miércoles, 7 de septiembre de 2022

¿Cómo debe expresarse y entenderse la Participación Ciudadana en una Segunda Propuesta de Constitución para Chile?


"La idea es que vamos más allá de las urnas de votación y nos alejemos cada vez más de las inmolaciones"

    La Participación Ciudadana, como fenómeno político-social, ha tomado fuerza en Latinoamérica desde comienzos de la década de los 90'. Todas las reformas constitucionales que se han realizado desde entonces en los países de la Región, comenzando por la Constitución de Colombia en el año 1991 hasta la propuesta constitucional para Chile en 2022, la han reconocido y destacado, incorporando, más o menos, algunas figuras que dan la posibilidad a los ciudadanos de incidir cada vez más y de manera directa, en la Gestión y la Fiscalización Pública. Por ejemplo, participando en la formulación y reforma de las leyes y en la revocatoria del mandato de los representantes en cargos de elección popular, llegando a colocarse al nivel de otros órganos del Estado, pero sin pretender sustituirlos, porque lo que se ha estado instalando en la Latinoamérica es una Democracia Participativa, en donde la ciudadanía tenga una participación mayor, que va más allá de la elección de sus autoridades y representantes a los Centros de Decisión.

    Pero, ¿por qué este fenómeno de la Participación Ciudadana crece en la región? Creo que hay una sola razón en donde coincidimos todos los estudiosos e investigadores del tema: Porque la clase política que nos ha gobernado y representado en los Centros de Decisiones ha ido perdiendo la credibilidad y la confianza de los ciudadanos, que no ven en sus actuaciones, una real preocupación en la solución de los problemas que los aquejan. El aumento de los delitos de corrupción, los abusos del poder y una administración claramente ineficiente en muchas de las instituciones y empresas del Estado, han contribuido a aumentar la desconfianza en la Democracia Representativa.

     La protesta, la marcha, la huelga y el "cacerolazo", se han transformado en la única alternativa de los ciudadanos para lograr ser escuchados por las autoridades o el gobierno de turno. El problema es que esta estrategia paraliza la población y hace más daño a los propios ciudadanos por la incapacidad de controlar las personas violentas que se infiltran y los grupos de anarquistas que vandalízan y destruyen todo lo que encuentran a su paso. Por estas razones, los ciudadanos han encontrado en la democracia, mecanismos de participación más efectivos y pacíficos con los cuales presionar a las autoridades y representantes para que atiendan sus causas y aceleren la solución de sus demandas.

    Sin embargo, es importante recalcar que esta forma de ejercer la Participación Ciudadana en la Gestión y la Fiscalización Pública, no está para sustituir la labor ni la responsabilidad de las autoridades ni los representantes elegidos con el voto popular. Eso sería un error de interpretación, que puede despertar temores o animadversión en la clase política, los cuales impedirán la aplicación adecuada y oportuna de los Mecanismos de Democracia Participativa que se aprueben, generando mayor frustración y alejamiento de la ciudadanía del Estado. Haciendo, de paso, más lejanos o inalcanzables los planes y programas de cualquier gobierno y dándole mayor espacio y justificación a las marchas y protestas callejeras como la única expresión del pueblo para reclamar y exigir de las autoridades y sus representantes el cumplimiento de sus derechos.

    Un aspecto central a alcanzar y fortalecer; que no debe cambiar o perderse de vista, es que los ciudadanos, cuando eligen las autoridades de gobierno y sus representantes a los diferentes Centros de Decisión a nivel nacional, regional y local, esperan que éstos actúen con idoneidad, probidad y autonomía, haciendo uso de todos los instrumentos permitidos por la Constitución y generados por las leyes, y en la medida que cumplan a cabalidad su rol y mandato, no será necesario la intervención del pueblo, la cual mantendrá latente la posibilidad del ejercicio de su soberanía a través de los Mecanismos de Democracia Participativa. En este sentido, el no uso de estos mecanismos, puede entenderse como una aprobación de la ciudadanía al actuar de sus autoridades y representantes. De igual manera, el uso de estos mecanismos de Democracia Participativa, debe leerse como una declaración del pueblo: "Porque ustedes no han actuado, actuaremos nosotros".

    La Participación Ciudadana en la Gestión y la Fiscalización Pública es el ejercicio de la Democracia Participativa, y debe ser visto por la clase política como un complemento al ejercicio del poder delegado, un avance para la toma de decisiones o una llave para abrir los "candados" de quienes pretendan retrasar, paralizar o bloquear las decisiones de quienes están llamados a tomarlas y ejecutarlas.

     Ahora bien, no debe confundirse una mayor Participación Ciudadana con mayor burocracia, creación de más cargos o contratación de más personas por parte del Estado, porque la Participación Ciudadana a que hacemos referencia es libre, voluntaria y espontánea. Siempre estará motivada o activada por una razón especifica, que debe ser superada lo más pronto posible por el gobierno de turno.

    La Participación Ciudadana se inserta en el Estado para contribuir en el mejoramiento de la Gestión y colaborar en la Fiscalización de las instituciones, las autoridades y los representantes. Se apoya en la labor que realizan todas las intituciones del Estado y en los organismos que velan por la transparencia y probidad dentro del Estado.

    Finalmente, es importante reconocer que un avance constitucional en esta dirección, implica también avanzar en un proceso de Formación Cívica de manera permanente y liderado por las Organizaciones de la Sociedad Civil con el apoyo de los Centros de Educación Superior; garantizando de esta manera,  un ejercicio oportuno y apropiado de la Democracia Participativa y de sus Mecanismos.
   
     La Democracia Participativa es sin lugar a dudas, un avance de la Soberanía Popular, pero principalmente es el camino para avanzar en paz hacia una sociedad con mayor justicia social y recuperar la confianza en la Democracia Representativa, en las autoridades y sus representantes.

    Por último, les extiendo una invitación para conversar y profundizar en el contenido y alcance de esta propuesta. Les prometo una extensa bibliografía y una refinada experiencia. -Rubén Solano - rdsolano@gmail.com

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P.D. La Participación Ciudadana es inherente a la Democracia y es el Voto en las Urnas su expresión principal. Tiene varias formas de manifestarse:
a) A través de la delegación (Democracia Representativa).
b) Con los ciudadanos decidiendo en toda situación (Democracia Directa), y
c) Mediante una combinación de la dos anteriores (Democracia Participativa).

La Democracia Participativa se ejerce a través de la Información, la Consulta y la Decisión de los ciudadanos. En Chile se ha avanzado de manera importante, pero no suficiente, en Información y Consulta. Pero, muy poco o nada en la toma de decisiones de manera directa, por parte de los ciudadanos.

Algunos Mecanismos o Instrumentos de Participación Ciudadana son:

* La Iniciativa Legislativa Popular
* La Revocatoria del Mandato
* Los Plebiscitos Vinculantes
* Las Veedurías Ciudadanas
* El Silencio Administrativo Positivo
* La Consulta Ciudadana
* El Voto Programático
* ...














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