miércoles, 11 de diciembre de 2019

¡No con mis hijos, ni con mis nietos!

No quisiera iniciar una polémica sobre la entrevista realizada a un "joven capucha" que forma parte de la "primera línea" en las manifestaciones, aparecida en el sitio "El Desconcierto" y que se ha viralizado en las Redes Sociales.  Tengo profundo respeto por todas las personas y muy especialmente por los jóvenes y menores de edad, porque sin considerarlos inferiores, nunca he deseado que ellos, asuman las "batallas" que debemos dar los adultos. Me parece injusto, porque creo que las etapas de la niñez y la juventud, que por lo demás, son muy cortas, deben dedicarlas al cultivo de los valores, la formación y el aprendizaje... Ya tendrán tiempo, cuando sean adultos, para recibir el "testimonio", el cual no soltamos, sino hasta el día en que partimos de este mundo. Permitir que nuestros niños y jóvenes continúen dando las "batallas" que debemos dar los adultos, es algo que debemos parar.

Los centros de formación, los espacios públicos, la infraestructura de la ciudad y todo lo que existe, bueno o malo, se ha conseguido y se ha construido con sacrificio y no pocas veces a "sangre y fuego", por eso mismo no es correcto aceptar que sea destruído, porque significa retroceder. Además, a nadie le hace más daño su destrucción que a quienes en el pasado lucharon por conseguirlo. Por ejemplo: Acaso, el sistema de transporte que hoy tiene la ciudad de Santiago, ha sido producto de la generosidad de algún gobierno? Acaso, hemos olvidado las "batallas" que se dieron por las extensiones de las líneas y servicios? Por la creación de las vías exclusivas? Por la frecuencia y la calidad del servicio? No, nada nos ha resultado gratis y las reconstrucciones tampoco lo serán.

Las instituciones de orden público, como los carabineros, no son un capricho de unos pocos. Existen, con sus virtudes y defectos, en todos los países del mundo y practicamente, han existido desde que el hombre existe. Tal vez, también deberíamos preguntarnos, si conocemos las motivaciones que tiene una persona adulta para ser parte de estas instituciones; de igual forma, como ahora sabemos las motivaciones de un joven capucha que está en la primera línea de las manifestaciones.

Lo que creo que deberíamos hacer, después de tantos siglos de luchas por las injusticias sociales, es capitalizar lo aprendido y utilizar de mejor forma lo poco o mucho que hemos conseguido. Por ejemplo: Si a "sangre y fuego" conseguimos instalar la democracia y con ella, el derecho a elegir a quienes deben gobernar, entonces, vamos a preocuparnos y ocuparnos de elegir a los mejores. Para ello, debemos ejercer el derecho ganado a la Participación Ciudana, ejerciéndola con más Información, con más Inteligencia y con más Inclusión Social. Si las personas que elegimos como nuestros representantes, no están cumpliendo con nuestras demandas ni expectativas, entonces, exigamos mayor participación, exigiendo que se incorporen mecanismos como, la iniciativa legislativa popular, los plebiscitos vinculantes, la revocatoria del mandato, el voto prográmatico, el silencio administrativo positivo, las veedurías o fiscalización ciudana a la gestión pública....

Lo anterior, porque debemos avanzar y trascender, no retroceder. Evitar exponer nuestros niños y jóvenes al sacrificio, al sufrimiento y menos a la muerte. Ellos deben ocupar su tiempo en ser felices, disfrutándo de lo poco o mucho que se ha conseguido en tantas "luchas y batallas", estudiando, capacitándose, formándose, para consolidar y cuidar lo conseguido, mejorar lo que haya que mejorar y seguir construyendo una mejor sociedad para ellos y para su descendencia. No queremos niños ni jóvenes sin miedo a la muerte, queremos niños y jóvenes con ganas de vivir! RDS