“Debemos dar la pelea por una Democracia
Participativa, porque la Democracia Representativa debe recuperar la
confianza de los ciudadanos y mientras esto no ocurra, los ciudadanos debemos
tener mecanismos civilizados de control. No debemos seguir permitiendo, en
pleno siglo XXI, más caos, destrucciones ni suicidios, para tener que ser
escuchados. Por ello, es importante la inclusión de mecanismos de participación
ciudadana.”
Hay demasiada manipulación en todo esto.
Es tan notoria, que me produce tristeza y me sorprende la facilidad con que se
ha logrado desviar su atención y centrar la solución de las demandas sociales
en un cambio de la Constitución Nacional, en circunstancias que muy pocas
personas conocen su contenido y muchas menos, identifican las disposiciones que
se deberían eliminar y las que se deben incluir. Es ridículo hacernos creer que
un cambio de modelo y la incorporación de unos cuantos derechos más nos
cambiará la vida.
Me produce impotencia no tener la fuerza
suficiente para gritar que, si bien es cierto, la Constitución es importante y
un cambio en ella es necesario, no es la prioridad y no resuelve ninguno de los
problemas que dieron origen al estallido social y que por el contrario, su
discusión en estos momentos nos aleja de dar la pelea por los temas que
realmente son los mayores causantes de la desgracia, la desigualdad y la
injusticia social que por siglos padecemos: Los abusos, el enriquecimiento
con dineros públicos y la corrupción de toda clase, especialmente los que a
diario cometen algunas personas de las autoridades de gobierno, de la clase
política, de la clase empresarial y de la clase social.
Están muy alejados de la realidad al
preguntar si queremos o no una nueva Constitución. Al preguntar si queremos que
la nueva Constitución sea hecha por una Convención Constitucional o por una
Convención Mixta Constitucional. ¡Vaya! ¿Cuál sería la diferencia? Si en todas
ellas los únicos que estarán presentes al frente o en la sombra son los mismos
de siempre. ¿Acaso, creemos que la señora Juanita nos puede escribir una nueva
Constitución? ¡Perdón!
¿Por qué mejor no hacer un plebiscito
vinculante para preguntar a la señora Juanita y a todos los chilenos, qué hacer
para combatir la corrupción, los abusos y el enriquecimiento con dineros
públicos? Se sorprenderán de la claridad que tenemos los ciudadanos sobre las
soluciones que se deben poner en práctica, “ahora ya” y de la cantidad de
ejemplos y experiencias que tenemos como víctimas de abusos y actos de
corrupción. Puedo anticipar sin riesgo a equivocarme que las soluciones se
pueden lograr, con la promulgación de nuevas leyes y/o la aplicación de las
actuales, sin necesidad de un cambio constitucional, que de cualquier manera
requiere de mucho tiempo y acuerdos para concretarse.
¿Por qué mejor no nos preguntan si la
queja ciudadana es por los ricos y la riqueza del país o por los ladrones de
cuello blanco y el enriquecimiento ilícito y abusivo con los recursos públicos?
¿Por qué mejor no nos preguntan si aceptamos que haya personas que se dan una
vida de reyes con nuestros impuestos? ¿Por qué mejor no nos preguntan si
necesitamos toda la cantidad de actuales congresistas y concejales, para que
nos sigan representando? ¿Por qué no nos preguntan si cuando votamos, estamos
votando por los mejores o por los menos malos y menos corruptos? ¿Por qué mejor
no nos preguntan si nos gusta que nos pongan a elegir entre candidatos
corruptos, ineptos y payasos para gobernar nuestro país? ¿Por qué mejor no nos
preguntan si estamos de acuerdo en que abusen, nos roben y se enriquezcan con
nuestros ahorros para las pensiones?... ¡¡¡ Basta ya de tanta
manipulación!!!
Este es el momento para que las
Organizaciones Sociales y Comunitarias, rompan estas cadenas y ayuden a la
ciudadanía a salir de este círculo vicioso y perverso de manipulación y abusos,
y aboguemos por una Participación Ciudadana más Informada, más Inteligente y
más Inclusiva. Es responsabilidad de nosotros, los dirigentes sociales, educar
la ciudadanía, porque no lo harán las élites de nuestro país. Es el momento que
las Organizaciones Sociales y Comunitarias de Chile sean más protagonistas y
asuman el liderazgo y la protección de una sociedad que no tiene por qué
continuar sacrificándose en las calles, dando su vida, inmolándose, autodestruyéndose
y destruyendo lo poco o mucho que se ha conseguido, para reclamar el derecho a
una vida digna o mejor calidad de vida.
Ya lo he dicho, no es la prioridad, pero
es necesario un cambio de Constitución. Votaré por el SÍ y por una Convención Constitucional.
Debemos dar la pelea por una Democracia Participativa, porque la Democracia
Representativa debe recuperar la confianza de los ciudadanos y mientras esto no
ocurra, los ciudadanos debemos tener mecanismos civilizados de control. No
debemos seguir permitiendo, en pleno siglo XXI, más caos, destrucciones ni
suicidios, para tener que ser escuchados. Por ello, es importante la inclusión
de mecanismos de participación ciudadana como: La iniciativa legislativa
popular, la revocatoria del mandato, el plebiscito vinculante, el silencio
administrativo positivo y la fiscalización o veedurías ciudadanas. Tampoco soy
ingenuo, estos mecanismos no son la panacea y muchos de ellos, son detestados e
igualmente susceptibles de ser manipulados por parte de la clase política
tradicional, especialmente por quienes se niegan a renunciar a sus privilegios
y correr el riesgo de verse confrontados periódicamente por los ciudadanos.
Pero, no deberían preocuparse, deben creerme, que cuando la clase política obra
con rectitud, estos mecanismos serán sólo parte del paisaje de la Constitución
y una advertencia latente, para quienes crean que pueden llegar a los centros
de decisión a servirse y no a servirle al país. RDS