domingo, 27 de septiembre de 2009

Cuarta Lección: Una Nueva Oportunidad para los Operadores de Taxis Colectivos


Las Lecciones del TRANSANTIGO
Cuarta Lección: Una Nueva Oportunidad para los Operadores de Taxis Colectivos
Rubén D. Solano S.

“A la naturaleza humana le tarda tiempo unir los puntos. Pero cuando llega el momento de la unión,… quisiera haberlos unido más pronto” Al Gore

Después de estudiar las bases de licitación de Taxis Colectivos Rurales y las de Taxis Colectivos Urbanos, para la Región Metropolitana para el período 2010 – 2016, he llegado a algunas conclusiones que deseo compartir con ustedes.

En un mundo globalizado, la sociedad es cada vez más exigente y los gobiernos son cada vez más exigidos por sus ciudadanos. Esto pasa también en la actividad del transporte.

Viajar a otros lugares es cada vez más fácil y rápido. La información y la experiencia de otras ciudades y países esta al alcance de un clic.

Exigir servicios de transporte, modernos, confortables, eficientes y seguros ya no es una utopía, es una realidad que hoy viven millones de personas en el mundo y que quienes las conocemos no estamos dispuestos a conformarnos con menos.

Durante muchos años he dedicado mi vida profesional a enseñar a gerentes y propietarios de negocios grandes o pequeños, la necesidad e importancia de asumir con responsabilidad y consciencia, el rol en la administración de los negocios. Esto significa avanzar con nuestras empresas al ritmo de los desarrollos tecnológicos, impulsando estrategias de gestión eficientes, capaces de responder a las expectativas e intereses de los clientes, trabajadores, proveedores, etc. y no solamente a los caprichos de los dueños.

Sin embargo, para que los actuales operadores del transporte tengan el control de la actividad y de la industria en general, como ocurre en países desarrollados, deben mantenerse a la vanguardia y estar dispuestos a modernizar sus empresas, estar abiertos a realizar alianzas estratégicas para reducir los costos de la operación, y juntar capitales significativos para invertir en más y mejores desarrollos; es decir, estar dispuestos a ejercer con mayor profesionalismo esta actividad. De lo contrario, nuevos inversionistas, nacionales o extranjeros, con mayores capitales se quedarán con el negocio, de igual manera que lo han hecho con otros modos de transporte y en otros sectores económicos.

El transporte público en Chile ya no puede continuar siendo una actividad atendida como típica panadería o almacén de barrio, mientras el resto del mundo se beneficia de la innovación tecnológica y comparte la buena experiencia alcanzada por otros.

Los errores en la planificación e implementación del Transantiago, no pueden llevar a pensar a los actuales operadores del transporte público a, que el Estado se ha olvidado de su objetivo principal de promover cambios sustanciales en la operación de los sistemas de transporte en el país o que la ciudadanía hayan resignado en su ambición de contar con un servicio de mejor calidad.

Recordemos que por culpa de estos errores el modo de Taxis Colectivos, se hizo necesario e importante como medio de transporte público, después de haber estado por fuera del plan de modernización original.

Los problemas tenidos son del pasado y deben entenderse únicamente como errores propios de la inexperiencia y sobre los cuales se deben sacar lecciones. Al leer las nuevas bases licitación para los Taxis Colectivo, creo que el Estado ha dado muestras de entenderlo así y ahora, operadores y sociedad en general, estamos frente a una nueva oportunidad que debemos aprovechar para tener un sistema de transporte público a la altura de nuestro desarrollo.

Tenemos todo para lograrlo. Así por ejemplo, los operadores deben dar el salto definitivo a la modernización de las empresas, implementando modernos sistemas de autocontrol y gestión que sean certificables internacionalmente para generar confianza entre sus pares y los demás actores del sistema, especialmente entre las instituciones financieras.

El Estado a través de la CORFO debe iniciar un programa piloto de apoyo económico a las empresas de transporte que participen en los procesos de licitación y presenten un plan de modernización de su gestión empresarial.

El Estado a través del Ministerio de Transporte debe dar señales de apoyo y protección a las empresas concesionadas, sancionando de manera ejemplar la “piratería”, la evasión de la tarifa y el incumplimiento a las reglas de la licitación.

La Universidad Estatal Tecnológica Metropolitana ha diseñado un programa de capacitación dirigido a los empresarios denominado Diploma en Gestión de Empresas de Transporte, que debe promoverse con mayor ahínco dentro de la industria y acompañarse de una estrategia de asesoramiento y acompañamiento permanente a los empresarios en la implementación de los temas impartidos y la aplicación de las herramientas entregadas.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Tercera Lección: Autocontrol o Fiscalización


Las Lecciones del TRANSANTIGO
Tercera Lección: Autocontrol o Fiscalización
Rubén D. Solano S.

Todavía no tenemos conocimiento del aprendizaje alcanzado por los empresarios y la autoridad acerca de las lecciones del Transantiago, porque no se conoce de otra experiencia similar en el país, posterior a su implementación.

Estamos sí, a la espera de la publicación de las bases de licitación para el transporte público en algunas ciudades, de manera particular y de muy buena fuente sabemos que para el primer trimestre del 2010 se conocerán las bases de las correspondientes a la modernización del transporte de Rancagua. Seguramente, muy cerca están las bases de licitación para otras ciudades.

Uno de los temas que siempre me ha preocupado en el ejercicio de la profesión de administrador de empresas y ahora de consultor empresarial. es el relativo a la autonomía necesaria que deben tener las empresas para desarrollar su misión-visión y el papel regulador del Estado.

Es verdad que existen sectores económicos o actividades empresariales en que la naturaleza de sus operaciones tiene mayor incidencia en la vida de la sociedad y por lo tanto, requieren de sistemas de regulación especializados y sofisticados sistemas de fiscalización para proteger los intereses y las expectativas de los consumidores. Léase bien, estoy reconociendo el papel regulador y fiscalizador del Estado.

Sin embargo, la pregunta es, cuál es el límite de tal regulación o hasta dónde debe llegar la intervención gubernamental en una determinada industria o sector. Porque no me cabe la menor duda, que en la habilidad que se tenga para encontrar este equilibrio, tendremos más y mejores inversionistas responsables y creativos y a un Estado más centrado, y con mayor autoridad moral, para ejercer su rol fiscalizador.

En el caso específico del transporte público, la intervención del Estado, desde su primera licitación en el año 91, se ha caracterizado por ser excesiva en la regulación y deficiente en la fiscalización. Muy poco espacio se ha dejado a los empresarios del transporte para que desarrollen la actividad de acuerdo con sus conocimientos y experiencias. Como se dijo en otras Lecciones del Transantiago, ni siquiera fue tenida en cuenta su expertise. A tal punto llegó la intervención del Estado, que ha regulado el sistema de recaudación de los dineros del transporte público, el sistema de remuneración de los conductores, el sistema de gestión de la flota, el sistema de información a los usuarios, el tipo de vehículos y la antigüedad de estos y prácticamente, hasta la cantidad de dinero que deben recibir.

Increíble. El Estado no solamente regula esta actividad, sino que la co-gestiona. Por esta razón, las empresas concesionarias del Transantiago están lejos de las críticas y del escarnio público frente a los graves problemas de planificación e implementación del sistema. Es más, creo que no tienen que preocuparse de su déficit ni eventuales perdidas económicas, porque al final, el Estado tendrá que responder por las promesas de una concesión rentable, que por naturaleza no lo es.

En materia de fiscalización del transporte público, el Estado no ha podido cumplir su rol, porque choca con sus mismos desatinos. Sólo ha debido limitarse a realizar de manera acelerada, las obras de infraestructura que no estuvo dispuesto a incluir en su proyecto original, a estancar el valor real de la tarifa y hacer el de la “vista gorda” en materia de evasión. Todo para acallar la furia y la presión de los usuarios y en general de la opinión pública.

Estamos hablando de Lecciones del Transantiago y todavía me pregunto si en los nuevos proyectos de modernización del transporte público para otras ciudades, están contemplados los programas de formación y capacitación de la ciudadanía para generar una nueva cultura en materia de uso de un transporte público ordenado, moderno y eficiente… ¿Por qué no promover al interior de las comunidades beneficiarias las Veedurías Cívicas del Transporte? En otra oportunidad les amplío el concepto.

¿Qué se está haciendo para incorporar al sistema a los antiguos operadores? ¿Se continuará pensando, equivocadamente, que ésta es una actividad que debe ser reservada únicamente a los grandes inversionistas nacionales o extranjeros? ¿Qué se debe “sacar del negocio” a los “pobres ignorantes” que por más de 50 años, sin estudios profesionales, sin apoyo económico de de ninguna entidad financiera, sin programas de capacitación en administración de empresas de transporte, sin subsidio de ninguna clase, han sabido movilizar la fuerza laboral y el futuro del país, con dineros de su propio bolsillo?

Siguen los interrogantes: Está la CORFO preparada y están los recursos disponibles para apoyar a estos operadores en el proceso de modernización o empresarización. Cuáles son los planes para “chatarrizar” los vehículos de transporte público antiguos e incentivar la adquisición de vehículos más modernos. De qué manera se esta trabajando en un programa de Autocontrol de las empresas de transporte, para que sean cada vez menos dependientes del Estado. Cuántos puntos adicionales contemplan las bases a las propuestas que sean presentadas por inversionistas nacionales o extranjeros, pero que incluyan la participación de los empresarios del transporte local. Cuántos puntos hay para las empresas de transporte que liciten y tengan certificados sus sistemas de gestión bajo normas internacionales como la ISO 9001 y la NCh 2909, empresas que asuman trabajar bajo los principios y los valores de la Responsabilidad Social Empresarial.

Perdón, pero es que la actividad del transporte público se ha desarrollado y gestionado históricamente de manera artesanal. Y con todos lo errores y deficiencias que tiene, ha servido y se ha sostenido durante muchas décadas. Si esto es así, cómo sería si contara con un verdadero apoyo del Estado…

Estoy convencido que la mayoría de los actuales operadores son personas de esfuerzo, gente humilde y honesta. Se debe ayudar a organizar estos operadores para que con el apoyo económico del Estado, el involucramiento de las universidades y con la sabiduría que nos ha dejado el Transantiago, construyamos entre todos una industria del transporte menos ruidosa, menos costosa, pero con más inteligencia y a nuestra “pinta”.