martes, 29 de junio de 2021


Santiago de Chile, 29 de junio de 2021

 

C O M U N I C A D O[1]

 

Esta semana comienza un nuevo ciclo en nuestras comunas. Los Alcaldes y Concejales elegidos asumen sus cargos. Son tiempos difíciles, presionados por un conjunto de crisis que parten por la propia crisis institucional y de perdida de la credibilidad de la ciudadanía en las propias autoridades, la clase política, empresarial y social.

Sobre este nivel, nuestras nuevas autoridades de gobierno local deben continuar enfrentando los desafíos de superar una crisis sanitaria, económica y social, que ya va por el segundo año consecutivo y que tiene al borde del colapso a muchas personas y familias.

Lo anterior, nos motiva a expresarles toda nuestra solidaridad y apoyo en esta etapa que recién comienzan e invitarles a sumar a su labor la fuerza de las Organizaciones Sociales y Comunitarias, partiendo por promover y apoyar su reactivación y profesionalización.

Desde Fundescochile, renovamos nuestro deseo de contribuir al éxito de sus planes y programas en beneficio de la superación de los problemas que a todos nos agobian y del crecimiento y desarrollo integral de nuestro país.

 

Rubén D Solano S

Presidente Fundescochile

 

  

“Abogamos por una Participación Ciudadana en la Gestión y la Fiscalización Pública”



[1] Este Comunicado está dirigido a las personas de toda tendencia política, ideológica y género.

jueves, 24 de junio de 2021

Hacia una Participación Ciudadana en la Gestión y la Fiscalización Pública. Primera Parte. Los Síntomas que Nadie Menciona

 

“La ineficiencia e incompetencia de las autoridades, sumado al abuso del poder y la corrupción han sido los “puncetazos en la güata” que hemos soportado por años en Chile, convencidos que son el mal del mundo al cual ningún país escapa y que siempre consideramos no es tan grave, como el que observamos que padecen nuestros países vecinos…” 


Me han pedido que participe en un ciclo de conversaciones que nos permita reflexionar sobre la crisis que padece nuestro país, analizando por etapas, desde los síntomas que nos aquejan, hasta llegar a una propuesta que dé luces para la superación de nuestras diferencias y problemas, nos devuelva la paz y nos encamine hacia un crecimiento sostenido y sostenible.

Como se trata de juntar la visión de varias personas, haré lo posible por distanciarme de las apreciaciones sobre los síntomas de las crisis que vivimos, que considero más visibles y comunes, para intentar llamar la atención de los que considero son menos mencionados, pero no por ello, menos importantes.

El punto de partida de este desafío para dar una opinión será el denominado "estallido social" ocurrido el 18 de octubre de 2019. Es decir, que partiremos por reconocer la debacle en Chile y por ello, es necesario ponernos de acuerdo sobre las razones que provocaron tal estallido, para avanzar hacia un diagnóstico y propuesta de solución compartida. Creo que coincidimos cuando digo que los síntomas cuando son visibles nos facilitan llegar a un acuerdo sobre el diagnóstico sin mayor discusión, como son las bajas pensiones, los salarios precarios, la atención deficitaria de la salud, la carestía de los servicios públicos, los medicamentos y tratamientos, el difícil acceso a las ayudas del Estado en materia de vivienda, educación y emprendimiento, y un largo etcétera de demandas y promesas incumplidas, que por lo demás, se han denunciado a través de pancartas y consignas a lo largo y ancho del país durante la crisis social.

Treinta pesos de aumento en la tarifa del transporte público fueron la “guinda de la torta”, que resume para muchos, décadas de años de injusticia social y la inspiración para un slogan que pasará a la historia: "¡No son treinta pesos son treinta años!" ... Pero, es aquí en donde nos separamos, porque todos esos síntomas, que son reales, sólo son vistos desde la desigualdad material de los chilenos, los cuales, además, son maximizados por los candidatos en sus discursos para ganar simpatizantes, demostrar su conexión con la gente y con sus demandas sociales. Sin embargo, mi teoría es que hay síntomas de los que muy poco se habla y que son los que realmente han provocado la rabia de los chilenos, la cual ha venido en aumento sin que nadie haga nada por evitarla, porque se trata de la constante ineficiencia e incompetencia en la gestión pública por parte de las autoridades, el incumplimiento de las promesas de campaña, el abuso del poder y los constantes actos de corrupción... Hacer una larga fila, por ejemplo, para acceder a un servicio ya es molesto por sí mismo para todos, pero lo que causa rabia y puede ser intolerable, es que algunos se crean con privilegios y se salten la fila constantemente.

Uno de los ejemplos más evidente y reciente de la ineficiencia e incompetencia en la gestión del Estado y que ha provocado rabia ciudadana, se encuentra retratado en la destrucción del sistema de pensiones por parte de una ciudadanía apoyada por una oposición dura, ante la constante demora del gobierno para hacer llegar las ayudas económicas a los cientos de familias chilenas afectadas por la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19. Estamos frente a un Estado que ha hecho costumbre reaccionar a las demandas ciudadanas, únicamente ante la fuerza de las marchas y protestas, con el silencio cómplice a la violencia y destrucción de los espacios y servicios públicos por parte de algunos desorientados. La imposibilidad de focalizar las ayudas demostró que el Estado no tiene información que permita conocer la realidad de vida de los chilenos y sus familias, ni tiene autoridad para exigirla, ni es confiable como depositario de ella.

Y así como la ineficiencia de las autoridades de gobierno provoca rabia en la ciudadanía, también la provoca el constante abuso del poder y los crecientes actos de corrupción que cada vez están más presentes en prácticamente todas las instituciones del sector público y privado de nuestro país. No creo que valga la pena extenderme en la realidad del abuso del poder que vivimos a diario cuando, por ejemplo, tenemos que pararnos frente a una ventanilla o llamar a un call center para hacer una petición o una simple solicitud.

Y sobre la corrupción, no para de asombrarnos los cientos de millones de pesos que se escapan de las arcas del erario, sin que haya posibilidad de recuperar un solo peso, ni de ver a sus autores tras las rejas, mientras las cárceles se llenan de personas con delitos que pueden ser graves, pero que son mucho menores a los cometidos por una elite (política, empresarial y social), llena de privilegios, que parece estar por encima de todo escrutinio y escarmiento.

En resumen, si bien es cierto que la desigualdad material es potencial detonante de cualquier estallido social, debemos poner mayor atención a la injusticia social provocada por la ineficiencia e incompetencia de las autoridades de gobierno, el abuso del poder y la corrupción, porque atacan la dignidad de la inmensa mayoría de las personas y debilitan los valores que se promueven a nivel social y al interior de la familia. Cualquier persona formada en valores entiende, por ejemplo, que debe tener paciencia y esperar su turno para recibir el apoyo que necesita para solucionar sus problemas de salud, vivienda, educación, transporte, justicia, suministro de servicios básicos, etc. Pero, es difícil esperar un comportamiento paciente, moderado o racional de alguien, cuando el apoyo que espera se desvía para favorecer a quienes no están en el turno, no lo necesitan o se queda en el bolsillo de personas deshonestas, egoístas e insolidarias.

La ineficiencia e incompetencia de las autoridades, sumado al abuso del poder y la corrupción han sido los “puncetazos en la güata” que hemos soportado por años en Chile, convencidos que son el mal del mundo al cual ningún país escapa y que siempre consideramos no es tan grave, como el que observamos que padecen nuestros países vecinos… Tal vez debemos reflexionar nuevamente el poema atribuido a Bertolt Brecht antes que nos sorprenda una nueva debacle: “Ellos vinieron por mí, pero ya era muy tarde.” RDS

Hacia una Participación Ciudadana en la Gestión y la Fiscalización PúblicaEl título puede ser un mensaje subliminal de lo que considero debe ser el camino estratégico para construir de manera diferente la relación Sociedad-Estado-Individuo, porque creo que el problema de fondo es la ausencia e indiferencia de la ciudadanía en la gestión y la fiscalización pública, sumado a la pérdida de credibilidad en la clase política. La participación ciudadana ha estado reducida al voto en las urnas y son los representantes, quienes asumen la responsabilidad de conducir los destinos del Estado y atender las demandas sociales, con un balance cada vez más decepcionante.


martes, 15 de junio de 2021

¡Estamos Bien, en la Convención los 155!

Tendiendo en cuenta el alto grado de polarización y desconfianza que cubre el ambiente de la Convención Constitucional y el  descontento que hay con las autoridades de gobierno y los representantes de los diferentes poderes del Estado, algunos de los cuales están censurados por muchos Convencionalistas, haré con mucha humildad y con el único propósito de aportar al éxito del enorme desafío que tienen por delante, algunas recomendaciones prácticas para que los 155 representantes a la Convención puedan instalarse el primer día, sin que signifique un problema para ellos ni para el país, porque estaremos atentos a todo lo que ocurra dentro y fuera de la Convención. No queremos lamentar ningún enfrentamiento de personas, ni de perdida de la vida de nadie, menos de alguno de estos honorables e irreemplazables ciudadanos. De ninguna manera, queremos que se traslade la sede de la Convención a ningún hospital y menos a un Parque Cementerio.


1. ¿Dónde me siento?
Sugiero que todas las sillas en donde deben sentarse los convencionalistas estén previamente numeradas y a la entrada a la sede haya una urna con papeles recortados que tengan los números de las sillas. En la medida que entren los Convencionalistas tomen un número de la urna y se sienten en la silla correspondiente al número que sacaron. Con el paso del tiempo y calmados los ánimos y la ansiedad podrán acordar con los demás en dónde prefieren ubicarse dentro de la sala por el resto de la Convención.


2. ¿Quiénes deben presidir la Mesa Directiva de la Instalación?
Sugiero para ese momento, que los convencionalistas que desean asumir un puesto en la Mesa Directiva escriban su nombre en un papel y lo depositen en una urna que deberá estar visible en el centro de la sala de la Convención. Cuando llegue el momento, el Convencionalista que le haya tocado la silla número uno, sacará un nombre de la urna y quien la tenga, ocupará la Secretaria de la Mesa. Luego el que tenga la silla número 155, sacará otro nombre de la urna y ese ocupará la Vicepresidencia de la Mesa. Finalmente, el que tenga el número de asiento que corresponda al día de la Convención, sacará el otro nombre y ese ocupará la Presidencia de la Mesa Directiva de Instalación.


3.- ¿Hasta cuándo preside la Mesa de Instalación?
Sugiero que la Mesa Directiva  de Instalación de la Convención permanezca hasta la aprobación del Reglamento de la Convención, momento en el cual los Convencionalistas deberán elegir una Mesa Directiva de conformidad con el reglamento aprobado.


4.- ¿Ante quién deben jurar los Convencionalistas?
Sugiero que cada convencionalista haga un juramento público y libre sobre lo que considere más sagrado.
Sugiero que la Mesa Directiva de Instalación llame al azar uno a uno a los Convencionalistas (pueden hacer uso de la urna que contiene el número de cada silla).


5.- ¿Qué autoridad de gobierno o representante del poder del Estadp debe asistir a la Instalación de la Convención?
Sugiero que ninguno debería asistir. Hay demasiada tensión en el ambiente producto de la crisis sanitaria, social, política y económica que vive el país desde hace casi dos años. Somos un país huérfano de referentes políticos, religiosos, empresariales, culturales, deportivos,... y hemos perdido la credibilidad y la confianza en nuestros semejantes. Debemos comenzar un nuevo camino solos y en silencio. Darnos todos una nueva oportunidad para volver a mirarnos a los ojos, demostrar con nuestras acciones que todos pueden confiar en nosotros y ganarnos la confianza de los demás. Esto debe ser válido para todos, incluyendo los que están y no estamos en la Convención.


6.- ¿Y la comunicación con los Convencionalistas?
Sugiero que dentro de toda la logística de apoyo a la Convención haya una página en Internet y en las RRSS  en donde los chilenos y personas que lo deseen le podamos enviar mensajes a los Convencionalistas. Ojalá sean mensajes positivos, de saludos, mucha fuerza y buena onda desde el primer día.


Los chilenos debemos darle espacio a los Convencionalistas. Respetar su delicada misión y confiar en que todos quieren lo mejor para Chile y para los chilenos.
Ellos no necesitan de funas, ni de amenazas. Toda el área en donde funciona la Convención debe ser un espacio sagrado y debemos colaborar para que todos estén bien y hagan grande este histórico momento. Quizás se pueden organizar algunas actividades culturales, sin pancartas ni banderas de lucha.  La Convención Constitucional debe ser un acontecimiento inolvidable, como cuando nos abrazamos y lloramos de alegría con aquel mensaje que nos mandaron los mineros de San José desde las profundidades de la tierra: ¡¡Estamos bien, en el recinto los 33!!

viernes, 11 de junio de 2021

¡Se Cosecha, lo que se Siembra!

"Por la irresponsabilidad de la clase política tradicional de izquierda y de derecha, se perdió la credibilidad en las instituciones del Estado, aumentó la corrupción y el abuso del poder, llegó a su techo la abstención y la apatía de la gente en la política, ha estado en peligro la democracia y estamos en riesgo de perder la libertad y todo aquello que  “a sangre fuego" ya habíamos conseguido."

Perú: José Pedro Castillo T. y Keiko Fujimori H.

Finalmente, me parece que ha logrado irrumpir con fuerza en Latinoamérica una nueva clase de gobernantes. Lamentablemente, más mediocres, populistas, de comportamiento poco diplomático, actitudes extremas, sin mayor formación académica, ni mucha experiencia en el sector público, pero más cercanos a la mayoría de los ciudadanos. No daré ejemplos de estos personajes, porque no es el propósito de este comentario y no deseo iniciar una discusión sobre los méritos, títulos y condecoraciones que hayan recibido, los cuales siempre serán de dudoso origen.

De todas maneras, esto que está ocurriendo no es tan nuevo, ni desconocido. Ya habíamos tenido señales y somos testigos de esta clase de gobernantes en los niveles local y regional o en los resultados de las elecciones municipales y de gobernaciones.

Mi teoría es que esta nueva clase de gobernantes, está surgiendo del voto de rabia ciudadano contra la clase política tradicional. De una élite arrogante y egoísta, que por su irresponsabilidad, nos tiene cosechando lo que sembraron de mala gana, porque poco o nada se han preocupado de la formación ciudadana para la participación cívica ni la gestión pública. Se reservaron para ellos, que son una élite impenetrable, el ejercicio del poder y se "apernaron" en los cargos, que sólo han compartido con sus familiares y áulicos incondicionales. La militancia de los partidos sólo les ha servido para alimentar su ego y justificar su existencia; es por ello, que es volátil, poco comprometida con los ideales de los partidos y crece en deserción. Muchos candidatos que buscan su apoyo, prefieren hacerlo como independientes, sólo para aprovechar la "maquinaria" y los beneficios económicos y de financiación del Estado a las campañas políticas. Prefieren figurar como independientes y no colocar sus logotipos en sus banderas de campaña, porque la idea es no ser asociados a partido alguno. ¡Sería una vergüenza!

¿Qué hacer? Creo que se deben abrir las compuertas, permitir el desahogo ciudadano, abrir el diálogo sin restricciones, reconocer la derrota de la clase política tradicional y aceptar la voluntad del pueblo y reconocer los gobernantes, porque "es lo que hay". Debemos recomenzar desde abajo, promoviendo la autoconstrucción de la sociedad y poner fin a la autodestrucción y a la auto-flagelación. Dejar de culpar el éxito de la oposición, sin asumir la responsabilidad del fracaso, cuando en décadas de gobierno no fueron capaces de mantener una base social que se ampliara con el tiempo y siguiera creyendo en sus falsas y restrictivas promesas. Debemos tener esperanza en que surgirá una nueva clase política. Ojalá, menos abusiva, corrupta, egoísta y arrogante, que nunca más gobierne de espalda a la ciudadanía y a sus demandas...      

Por la irresponsabilidad de la clase política tradicional de izquierda y de derecha, se perdió la credibilidad en las instituciones del Estado, aumentó la corrupción y el abuso del poder, llegó a su techo la abstención y la apatía de la gente en la política, ha estado en peligro la democracia y estamos en riesgo de perder la libertad y todo aquello que  “a sangre fuego" ya habíamos conseguido. -RDS

lunes, 7 de junio de 2021

Participación Ciudadana en la Gestión Pública. El Desafío de Combatir el Abuso del Poder y la Corrupción

(Conferencia a los estudiantes de Administración Pública de la Escuela de Administración Pública de Colombia -ESAP. 5 de junio de 2021. Agradezco la invitación del profesor y amigo Julián Felipe Bello López.) 

Rubén D Solano S Presidente Fundescochile
 El propósito de esta charla es sensibilizar a quienes me   escuchan sobre la importancia de participar activamente   en la vida de la nación, de la región y de la localidad en   donde residimos. Nunca antes como hoy tiene tanta   validez el clamor que hizo Martin Luther King cuando   dijo: “No me duelen los actos de la gente mala. Me   duele  la indiferencia de la gente buena”. Hoy también   debemos   recordar el poema de Bertolt Bretch “Ahora   vienen por mí, pero es demasiado tarde”.[1]

 Sin lugar a dudas el título de esta charla es en sí mismo un desafío, porque encierra diferentes temas que pueden ser tratados de manera independiente y porque, además, cada uno de ellos da para una larga conversación. De partida, les invito a consultar en Internet estos temas utilizando sus etiquetas de manera independiente para su búsqueda. Se sorprenderán de lo abundante de la bibliografía. De todas maneras, al final les dejaré algunas referencias para quienes se interesen en conocer un poco más o profundizar en estos temas, que considero deben estar en el centro de atención de las actuales y futuras generaciones, especialmente de nuestra América Latina.

Comenzaré por reconocer el complejo mundo en el que estamos viviendo el día de hoy, en donde según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para la Migración -ACNUR[2]: aproximadamente 80 millones de personas en el mundo han sido forzadas a desplazarse y en donde un país Latinoamericano -Venezuela- ocupa el segundo lugar de países con mayor número de desplazados. Hay más de 10 guerras activas y más de 50 conflictos que siguen causando muertes violentas y desplazamientos de la población. El problema adicional son, las consecuencias de los conflictos internos de cada país, que también las padecen los demás países del mundo, especialmente los países vecinos. Así, por ejemplo, Turquía es el país que más sufre con los desplazados por la guerra de Siria y Colombia es quien más padece con los desplazados por el conflicto venezolano. Sin contar que Colombia ha sido una fuente permanente e histórica de desplazamiento y migración de sus habitantes de manera interna y por el mundo, en donde en el último decenio el 8.36% de la población se ha visto involucrada, según una publicación del Centro de Estudios Demográficos y Urbanos de México escrita por Nubia Ruiz: 2011,[3] y titulada el Desplazamiento Forzado en Colombia.

Personalmente, soy una de esas víctimas que hace 25 años fue desarraigada y obligada a una emigración forzada de Colombia hacia Chile y aunque mi experiencia como migrante ha sido positiva, quizás por mi formación en el exterior o por la experiencia de mis padres, que 20 años atrás ya habían sido obligados a desplazarse al Ecuador, la verdad, es que es una experiencia que no se la deseo a nadie, porque ser extranjero sólo es grato cuando se está de paso, cuando somos turistas. No conozco ningún país que, en la práctica, acoja a los inmigrantes como a sus ciudadanos o como uno de los suyos. Esto sólo ocurre en las novelas y películas como Shogun o Lawrence de Arabia y eso después de muchos sacrificios y humillaciones. Esto no es una queja, es una realidad que quiero destacar para abordar la importancia del tema de esta charla y llamar la atención de quienes me escuchan de no ser indiferentes a los acontecimientos que ocurren en nuestro país, en la región y en el mundo. Las declaraciones oficiales de acogida y mano amiga a los extranjeros y migrantes por parte de regímenes y gobiernos del mundo, sólo son eso, discursos políticamente correctos, que distan mucho de la dolorosa experiencia que viven los cientos de millones de personas desplazadas por el mundo. Pensemos que, la mayoría de los conflictos que hay en el mundo, son por acusaciones de los nativos a las invasiones de sus territorios y espacios culturales y religiosos. En este sentido, es fácil reconocer lo poco que hemos avanzado, en la práctica, en la campaña por vivir en un “mundo sin fronteras”, no obstante vivir en un planeta cada vez más globalizado.

La lucha por la identidad y la defensa del origen, sigue siendo más fuerte que la voluntad por la integración, la inclusión y la igualdad. Los pueblos originarios, por ejemplo, se resisten a integrarse al nuevo mundo y luchan por la recuperación de sus tierras y tradiciones. Los estadounidenses se resisten a la convivencia armónica con los afrodescendientes, no obstante haber estado juntos en varias guerras. Palestinos e israelíes se niegan a reconocerse mutuamente y compartir un mismo territorio a pesar de tener un mismo y milenario origen en ese espacio.

Vivimos en un extraño mundo multi-polarizado, en donde el que alcanza un poco de poder lo aprovecha para excluir a todos los que le resultan contrarios o diferentes.

Vivimos en sociedades que lo único que tienen de común es que son gobernadas por una clase política, que con contadas excepciones gobierna de espaldas a la ciudadanía y a sus necesidades. Poco idónea, corrupta, codiciosa, abusadora del poder, mientras los habitantes ven con angustia como la pobreza, el desempleo, la desigualdad y la injusticia social sólo son banderas, utilizadas para llegar a los centros de decisión. No son desafíos que los líderes acepten para erradicarlos, sino elementos para armar discursos “sensibleros” o “cebolleros” y ganar el poder. 

Por otra parte, los países sufren las consecuencias de las migraciones, porque no están preparados para brindarles la atención sanitaria y de servicios básicos que demandan las oleadas de gente desplazada; asumen en silencio la injusticia que padecen estos millones de personas, al no exigir una solución al país de origen, transformándose en países cómplices de regímenes autoritarios y criminales. La condición de los migrantes y refugiados, generalmente se agrava en los países anfitriones. Por ello, me resulta increíble ver que en el mundo son débiles o inexistentes las marchas y protestas contra los regímenes y gobiernos de países en conflicto, que provocan el desplazamiento forzado de sus habitantes y que también agravan y precarizan, las condiciones de vida de los habitantes de los países anfitriones.

Y es aquí donde debemos reflexionar. Haciendo un llamado al pueblo, al soberano, de manera particular a las jóvenes y a las futuras generaciones, para que ejerzan y promuevan una Participación Ciudadana cada vez más Inteligente, más Inclusiva y más mejor Informada, de todas las personas desde el momento que alcanzan el uso de razón, para no dejarse desplazar ni manipular por líderes inescrupulosos y perseverar en una Formación Ciudadana que amplíe el conocimiento y manejo adecuado y oportuno de los Instrumentos Pacíficos y Democráticos de Participación, que la humanidad ha ganado a sangre y fuego en cientos de luchas callejeras, porque no debemos olvidar que el paso del absolutismo a la democracia no fue por la generosidad de ninguna monarquía, como tampoco lo han sido los avances por tener una mayor y mejor democracia en donde, por ejemplo, la mujer ganó el derecho al voto, al igual que los trabajadores, los pueblos indígenas y los afrodescendientes, no obstante que la democracia ha reconocido desde sus orígenes la soberanía del pueblo y su derecho a elegir y controlar a sus gobernantes como lo han expresado filósofos y politólogos como Norberto Bobio:2008, Robert Dahl:1989, Giovani Sartori: 2005[4]

En este largo proceso de transformación social por un mayor y mejor sistema democrático, en los países latinoamericanos debemos avanzar hacia una Participación Ciudadana en la Gestión y la Fiscalización Pública, apoyados en las conquistas de quienes nos han antecedido. Así, como en el reconocimiento de los países que firmaron en Lisboa-Portugal en junio de 2009,[5] la Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública y que se suma a los cambios introducidos en las reformas constitucionales y en los procesos constituyentes que, además, han reconocido la Democracia Participativa y han incluido más y mejores Mecanismos de Democracia Directa.

En resumen, debemos avanzar y pasar de una lucha fratricida por la recuperación y defensa de los derechos básicos, a una relación civilizada, de armonía y empatía con las demandas de las minorías y de respeto por la voluntad de las mayorías. En donde la protección de los derechos humanos y una mayor calidad de vida para todos los seres vivos que habitan el planeta, estén en el centro de las políticas públicas de cualquier tipo de gobierno y en todos los países del mundo.

En un futuro y sociedad ideal, con una Participación Ciudadana más Inteligente, más Inclusiva y más y mejor Informada, ninguna demanda social por legítima que sea, será necesario exigirse por la vía de la violencia y menos vulnerando los derechos de los demás. Ya no está bien aceptar la destrucción de nuestras ciudades, espacios y servicios públicos, porque es autodestrucción. Tampoco debemos aceptar el enfrentamiento de la ciudadanía con las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, porque es enfrentamiento entre hermanos, que aumenta la polarización y el resentimiento. Menos debemos aceptar que haya personas que se inmolen en las plazas públicas acosadas por la desesperación de no sentirse escuchadas ni ser parte de la sociedad.   

La tesis que postulo o mejor, la utopía que invito a seguir,  es que las crisis sociales que vivimos, que han llevado a la gente a la protesta, la marcha, las movilizaciones sociales, la autodestrucción, el sacrificio y la pérdida de vidas inocentes, debe tender a la disminución y desaparición y evolucionar a una estrategia en donde prime las acciones de las instituciones de un Estado Justo que además, tiene el respaldo ciudadano, que se puede materializar con el uso de los Mecanismos de Democracia Directa, que han sido incorporados en las constituciones políticas de América Latina y que no tengo duda, son mucho más efectivos para lograr los cambios o transformaciones sociales que todos deseamos.

Finalmente, y esto es muy importante, no puedo dejar de reconocer lo complejo y difícil que resulta este nuevo escenario de aspirar a la generación de una nueva cultura ciudadana, porque el problema que tenemos es que, en medio de tanto crecimiento económico, logros y avances científicos, en donde los beneficios no llegan a todos los habitantes, sino que por el contrario, las brechas entre unos y otros son cada vez más grandes. A pesar, que con cada política pública que se anuncia, nos sentimos como ganadores del boleto con derecho a vivir en un paraíso; pero pronto nos damos cuenta que es una ilusión y que sólo unos pocos privilegiados están incluidos para vivir en él.

Por todo lo anterior, la conclusión es que el camino que debemos seguir o el desafío que debemos aceptar es que nos involucremos en la formulación, la gestión, la fiscalización y la evaluación de las políticas públicas y no solamente estemos disponibles para la crítica, la marcha y la protesta cuando ya no hay nada por hacer. Esta estrategia de la Participación Ciudadana para la Gestión Pública, que no sólo es posible, sino que además forma parte del deber ser de la Democracia Participativa, requiere de un proceso de Formación Ciudadana permanente, que no creemos que vaya a ser asumida por la clase política tradicional que ha encontrado en la ignorancia y la indiferencia ciudadana el mejor aliado para perpetuarse en el poder, no obstante ser de manera general, con contadas y honrosas excepciones, una clase política desprestigiada y despreciada por sus constante actos de corrupción y abusos del poder que con sus actos, sólo han agravado la condición de injusticia social y desigualdad que padecen la inmensa mayoría de los habitantes de este planeta. La Formación Ciudadana debe ser al mismo tiempo un derecho ciudadano y una obligación del Estado y deben ser las Organizaciones Sociales y Comunitarias las llamadas a asumir esta tarea, llevando incluso, un control del comportamiento y la tendencia de los indicadores de corrupción. Sobre este último punto les recomiendo un estudio de la CEPAL, sobre la Corrupción y la Impunidad en América Latina. [6] que expone las relaciones entre crimen organizado, exclusión social e ingobernabilidad; por otra parte, analiza la desconfianza social con motivo de la crisis de legitimidad que sufren las democracias en la región, debido a la falta de transparencia pública y a la corrupción. También se analiza el índice de corrupción de Transparencia Internacional, frente al cual urgen políticas de buena gobernabilidad y anticorrupción. RDS

Bibliografía

·         Bobbio, N. (2008). Democracia. En Bobbio, Norberto, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino. Diccionario de Política. Tomo 1. México: Siglo veintiuno editores.

·         Dahl, R. (1989). La poliarquía: participación y oposición. Madrid: Tecnos

·         Lissidini, A. (2008). Democracia directa latinoamericana: riesgos y oportunidades. En Y. W. Alicia Lissidini, Democracia directa en Latinoamérica (págs. 13-62). Buenos Aires : Prometo Libros.

·         Londoño O. Juan F. (2015). Democracia participativa en Colombia: Entre la promesa incumplida y el propósito colectivo. CEDAE y Registraduría Nacional del Estado Civil. Colombia

·         Sartori, G. (1987). The Theory of Democracy Revisited. Catham, NJ: Catham Publishers.



[1] Texto del Poema de Bertol Bretch: Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. - Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. - Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero, tampoco me importó. - Mas tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. - Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. - Ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde.

[2] ACNUR. Tendencias Globales. Desplazamiento Forzado en 2019. “El 1% de la humanidad se encuentra desplazado” Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados

[3] Ruiz R, Nubia Yaneth. 2011. El Desplazamiento Forzado en Colombia: Una revisión histórica y demográfica. Estudios Demográficos y Urbanos. Vol. 26. N°1 México.

[4] Sartori, Giovanni. 2005. Teoría de la Democracia

[5] Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública. 2009. Carta firma por 16 países en Lisboa-Portugal.

[6] Wiledant, Gonzalo y Otra. 2007. La Corrupción y la Impunidad en el marco del desarrollo en América Latina y el Caribe: Un enfoque centrado en derechos desde la perspectiva de las Naciones Unidas. Serie Políticas. Públicas. División de Desarrollo Social. Chile