martes, 22 de mayo de 2018

¡Libertad para Venezuela!

¡Libertad para Venezuela!

La consulta popular o plebiscito vinculante es una de las varias herramientas de la Participación Ciudadana,[1] que en América Latina están comenzando a utilizarse para resolver conflictos socio-políticos. Pero, estos instrumentos de nada han servido, ni servirán, con ausencia de una ciudadanía formada para su utilización y de un gobierno que no esté dispuesto a respetarlos.

Una experiencia exitosa que se recuerda en América Latina, en la cual tanto el gobierno como la ciudadanía coincidieron en poner fin a un conflicto mediante un plebiscito fue en Chile, cuando los ciudadanos votaron para decidir sobre la continuidad del régimen militar. En aquella oportunidad el gobierno aceptó el resultado del plebiscito y el país retornó a la democracia. Por el contrario, nunca en Venezuela el chavismo ha respetado la voluntad del pueblo cuando éste ha pretendido utilizar los instrumentos de participación ciudadana disponibles, no obstante que es el país que cuenta con la Constitución Política más moderna y participativa del continente. En Colombia, donde la constitución del año 1991, abrió las puertas a la participación ciudadana, los acuerdos del gobierno con las FARC, firmados en la Habana, fueron rechazados en un plebiscito, cuyo resultado fue finalmente desconocido por el gobierno...

¿Entonces, qué puede hacer un pueblo contra un régimen dictatorial, genocida, criminal, narcotraficante y corrupto, como lo es el de Venezuela? Un régimen que ha se burlado de la Constitución Nacional, quebrado las instituciones democráticas, corrompido las fuerzas militares, asesinado la oposición, destruido la economía y enviado al exilio a la inmensa mayoría de la población activa, para finalmente quedarse con los más vulnerables, a los cuales puede manipular y someter porque en su mayoría son gente humilde, ancianos, niños y enfermos…

Todas las manifestaciones, marchas y protestas del pueblo han terminado con mucha sangre y dolor, sacrificando la vida de personas inocentes, que desesperadas e impotentes, lo único que les ha quedado es terminar en la cárcel, la posta o el cementerio. ¿Acaso, son pocas las vidas humanas que se han perdido en Venezuela? ¿Qué poder y capacidad de resistencia puede ofrecer un pueblo humillado, hambriento y enfermo, frente a un régimen de asesinos armado y desalmado?

Lo único que queda para estos países, que caen en las garras de criminales ambiciosos de poder, es la solidaridad internacional, que lamentablemente, en América Latina está bastante cuestionada, porque se ha descubierto que los inmigrantes son generalmente esclavizados y explotados en varios países anfitriones. Además, toda la ayuda humanitaria que se envía a los países que están secuestrados por regímenes dictatoriales y corruptos, es acaparada por mafias de delincuentes que especulan con ellas y hacen más difícil la sobrevivencia para los rezagados.

Una intervención militar ya no es posible ni tan simple, los dictadores han aprendido que para sostenerse en el poder deben controlar las fuerzas militares y ganar tiempo… Sólo queda el repudio diplomático y el bloqueo económico, que por lo demás, los aliados del régimen criminal estarán prestos a compensar.

En estas circunstancias, es normal que se sientan “ganadores” los amigos de la dictadura venezolana o de su "modelo de sociedad". Solamente, nos queda esperar la caída del régimen por su incapacidad para resolver los problemas y responder a la presión de la comunidad internacional. Suplicar que los países donde llegan los exiliados, controlen la explotación y la esclavitud a los inmigrantes y no permitan la especulación con el envío de mercaderías ni de ayuda humanitaria a Venezuela.

Mientras tanto, los ciudadanos que creemos en la democracia debemos continuar promoviendo con más fuerza y convicción la generación de una Participación Ciudadana más Inteligente e Inclusiva, no para que enfrente las dictaduras, sino para impedir que potenciales dictadores se tomen el poder de más países democráticos. Debemos aprender que los únicos enemigos del pueblo a lo largo de la historia de la humanidad y a los cuales hay que combatir sin tregua, son la injusticia social, la corrupción y el abuso del poder. No las izquierdas ni las derechas.


[1] Otros instrumentos de Participación Ciudadana de carácter vinculante son la Revocatoria del Mandato, las Veedurías Ciudadanas y la Iniciativa Legislativa Popular. El Sentido de la Participación Ciudadana es intervenir en la fiscalización y la gestión pública en ausencia, deficiencia o debilidad de las instituciones democráticas de representación tradicional y sólo hasta que las instituciones del Estado recuperen la confianza de la ciudadanía.

jueves, 3 de mayo de 2018

¡Mi Voto es por Evópoli!

"Si queremos que en nuestro país ocurra algo nuevo y que el sueño de Evópoli, que hoy es nuestro sueño, se haga realidad, es el momento que despertemos, nos levantemos y nos pongamos las zapatillas, porque esta carrera por un Chile más equitativo, libre e inclusivo, ¡jamás la ganaremos sin nuestra presencia!"

Hoy es el último día de campaña electoral interna del partido y más que pedirle un voto para mí, quiero pedirle un voto para EVÓPOLI. Así es, un voto para Evópoli. Para ello, le comparto la siguiente reflexión que me surge de una pregunta: ¿En una sociedad que está perdiendo a pasos agigantados la credibilidad en la clase política y que se encuentra agobiada por la corrupción, el abuso del poder y la injusticia social, qué papel debe jugar en estos momentos un partido político como Evópoli que se funda justamente, para recuperar la confianza de los ciudadanos y ayudar a cumplir el sueño de los chilenos?

Un partido que cree qué, para alcanzar este sueño, se debe cultivar la libertad, valorar la diversidad, luchar por la justicia y fomentar el emprendimiento. Porque cree en la capacidad de las personas para tomar buenas decisiones, y para organizarse en una sociedad en que el apoyo y la confianza mutua son el soporte más firme.

Pero, ¿acaso, Evópoli tiene vida por sí mismo? ¿Pueden las declaraciones y los principios plasmados en los discursos, lograr hacer cumplir el sueño de tantos y tantas chilenas? … De ninguna manera, porque las metas y los sueños solo son posible alcanzarlos con el trabajo y la acción permanente de los seres humanos. Las empresas no tienen vida, solo son instrumentos. Somos las personas, de carne y hueso, las que con nuestro accionar le damos vida a las instituciones y logramos que las cosas pasen.

Evópoli es un proyecto colectivo, que únicamente se hace realidad con la presencia física y el accionar de nosotros, sus militantes, no con la publicidad masiva, que gracias a la tecnología y a las redes sociales puede inundar el planeta, pero jamás cambiar el resultado que provoca nuestra presencia o nuestra ausencia. 

A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre sensato ha tenido que jugar con las reglas, con la información y con los instrumentos que han estado a su alcance, y ha ganado o ha perdido. Pero, jamás, el juego ha ocurrido cuando todos hemos estado ausentes.

Si queremos que en nuestro país ocurra algo nuevo y que el sueño de Evópoli, que hoy es nuestro sueño, se haga realidad, es el momento que despertemos, nos levantemos y nos pongamos las zapatillas, porque esta carrera por un Chile más equitativo, libre e inclusivo, ¡jamás la ganaremos sin nuestra presencia!

Evópoli nos representa, a través de nuestras causas, que nos representan a nosotros mismos. Demostremos que somos un partido diferente, capaces de producir cambios, porque los militantes asumimos los desafíos y siempre decimos, ¡Aquí estamos! Especialmente, cuando se trata de hacer realidad nuestros sueños.

Este sábado 5 de mayo, digamos SI a Evópli con nuestra presencia en las urnas. Digamos SI, a este proyecto colectivo que es muy jóven, que nos representa y que está despertando a tantos chilenos.

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