martes, 14 de octubre de 2014

Los Compromisos Económicos de las Naciones

ANTECEDENTES

Aunque el título de este ensayo es abierto porque puede aplicarse a cualquier país del mundo, el desarrollo del mismo estará centrado en la experiencia que hoy vive  Argentina. Las razones son varias, pero la principal es su actualidad, por la polémica de los trasandinos por el fallo que dio el Juez Thomas P. Griesa del Tribunal Federal del Distrito Sur de New York, ratificado por la Cámara de Apelaciones de New York y la Corte Suprema de Estados Unidos, a favor de los Holdouts o Fondos “Buitres”, como los denomina la Presidenta María Cristina Fernández de Kirchner y la eventual caída en default (cesación de pagos) de su economía. No cabe duda que el desenlace traerá consecuencias en las relaciones internacionales de nuestro hermano país y sentará un precedente en el futuro de las relaciones de los países, especialmente de América Latina, con las potencias mundiales a las cuales, generalmente, acuden en busca de financiamiento, vía empréstitos o colocación de bonos, para el desarrollo de sus planes de gobierno, inversión en obras y/o apoyo al sector privado.    

Creo que cuando Argentina decidió congelar el pago de su deuda a los acreedores internacionales en el año 2001 para iniciar la renegociación  de su pago, no imaginó las consecuencias negativas de largo plazo de esta decisión, toda vez que no es inusual que los países, cuando están en crisis, acudan a esta figura. De hecho, no es la primera vez que esto se hace y la mayoría de países del mundo han tenido que recurrir a esta alternativa en algún momento de su historia.

Por otra parte, catorce años después, parece mucho más fácil “adivinar” lo que ocurriría. En buen chileno, siempre es más fácil ser un buen general después de la batalla. Sin embargo, el presente ensayo no pretende “hacer leña del árbol caído” ni resaltar lo obvio del malestar de los acreedores afectados, ni del mayor cuidado que seguramente tendrán los inversionistas en una futura relación comercial con los hermanos trasandinos.

Lo interesante de lo que está ocurriendo a la economía Argentina y su relación con los acreedores, son las señales de carácter político que se dan al mundo y que pueden afectar el presente y el futuro de las Relaciones Internacionales, caracterizadas históricamente por algunos autores neo-marxistas, por una marcada dependencia económica de los países más pobres a las naciones capitalistas.

Es importante reiterar que Argentina no es el único, ni el primer país de América Latina que ha tenido dificultades para cumplir sus compromisos económicos o pagar su deuda externa; porque como veremos en el ensayo, la mayoría de los países del mundo han tenido experiencias similares y no ha sido una, sino varias veces que han tenido que apelar a la suspensión de sus pagos a los acreedores, buscar la renegociación e incluso pedir la condonación de sus deudas.
  
Entonces, ¿por qué si la renegociación de la deuda de un país es un fenómeno común y corriente, y forma parte de la cotidianeidad del financiamiento  externo, Argentina se encuentra en el “ojo del huracán” y es vista por la comunidad internacional como un delincuente al cual se le debe aplicar un castigo ejemplar?  ¿Qué hace interesante lo de Argentina, mirado desde la perspectiva de las Relaciones Internacionales? Justamente, es lo que me propongo descubrir a lo largo de éste ensayo, partiendo de algunas hipótesis que espero confrontar al final del estudio.
  
OBJETIVO

Descubrir las razones que han hecho “popular” el conflicto de Argentina con sus acreedores e inferir las consecuencias que pueden tener estos conflictos en las Relaciones Internacionales.

HIPÓTESIS

Mis postulados se enfocan a demostrar que desde finales del Siglo XX, muchos países han dado claras señales de querer tomar el control de sus economías y de sus decisiones en materia de política interna. Tradicionalmente, han sido economías dependientes de las grandes potencias y han recibido recomendaciones de los organismos internacionales creados por Naciones Unidas, después de la Segunda Mundial.

Lo anteriormente expuesto, creo que  ocurre por múltiples factores: el fortalecimiento de la economía China, el resurgimiento de Rusia, la crisis de la Comunidad Económica Europea y la recesión económica de Estados Unidos que además, ha ido perdiendo protagonismo y participación en los conflictos bélicos que afectan al planeta. Percibo un reordenamiento en la geopolítica del mundo, en donde muchos países desean liberarse del “yugo” americano, aprovechando el “cobijo” que puede ofrecerles una nueva potencia mundial; porque al final de cuentas, estoy convencido que los países latinoamericanos están muy lejos de gozar de una autonomía plena.

Por otra parte y paralelo ese afán independentista, la preocupación de hoy radica en la sensación de alta corrupción y criminalidad que invade la sociedad y que ha contaminado a la inmensa mayoría de los gobiernos del mundo, en donde ya no es extraño ver el enorme enriquecimiento de los gobernantes, sus familiares y círculos cercanos, que actúan en abierta contradicción con las ideas y principios que dicen defender y por los cuales un día lucharon para llegar al poder. Parece que una nueva forma de preservar el poder está haciendo carrera en el mundo y especialmente en América Latina, son las neo-dictaduras, que se instalan y perpetúan “democráticamente” en el poder, el cual ejercen de la misma forma y con los mismos vicios de las dictaduras tradicionales. Está claro que en estos modelos los dineros ni los recursos tampoco llegan a la población ni se invierten en un mayor y mejor bienestar social.

Los dineros desaparecen, al igual que la información a la ciudadanía y a la comunidad internacional. Lo que es inocultable en estas nuevas sociedades, es el malestar de la gente, el aumento de la emigración, la fuga de cerebros y de capitales y por supuesto, el crecimiento de la brecha de la desigualdad.
  
Por lo anterior, parece que ya no existen razones para que países ricos, inversionistas o grandes empresas, solidaricen con otros gobiernos cuando entran en crisis. Ya no es suficiente la promesa de pretender contribuir al crecimiento y al desarrollo de sus pueblos con los dineros que piden. En materia de endeudamiento externo, cada vez toma más importancia la evaluación del riesgo financiero y comercial y que cada país cargue con sus problemas.

La corrupción y la deslealtad está matando la confianza entre los países y mientras ésta no sea revivida, las relaciones internacionales seguirán teniendo una rara mezcla de discurso cooperativo, con señales de comportamiento anarquista y claras muestras de dependencia de los más poderosos.  Me parece que cada vez los gobiernos de los países, especialmente los latinoamericanos, pierden mayor credibilidad, tanto al interior como a nivel de la comunidad internacional. 
  
DESARROLLO

Las relaciones comerciales entre Estados son tan antiguas como la existencia de ellos mismos e inclusive, van mucho más atrás, si consideramos los incontables viajes de intercambios de mercaderías que se realizaban por parte de las tribus en la antigüedad.  Y dado que no es el propósito de éste documento ocuparse de las teorías que explican el origen y la evolución del comercio internacional, simplemente diré que desde aquel origen y en algún momento de la historia tendrían que reconocerse las Relaciones Internacionales y su importancia; y con ellas, la necesidad de contar con mecanismos que garanticen un beneficio mutuo de las potencialidades de cada uno de los países que intervienen. Quizás estas relaciones o acuerdos, se basaron o se basan en el temor o la confianza de la contraparte.

Estas relaciones comerciales, que han evolucionado, se han fortalecido y se han extendido con vigor a lo largo y ancho del planeta, han tenido innumerables experiencias, costumbres y  prácticas, al punto que han sido capaces de generar instituciones que regulan y fiscalizan estas relaciones y los posibles conflictos que de ellas se deriven.

Como consecuencia de lo anterior, no son pocos los países que en algún momento de la historia han tenido que entrar en recesión, o devaluar su moneda, o tener que renegociar sus deudas para no entrar en cesación de pagos. Estrategias estas dolorosas, pero de ninguna manera alguna desconocidas ni causantes de rompimiento de relaciones internacionales.

Pero, ¿por qué en el caso de Argentina parece que su actual crisis económica y el fallo de un Tribunal Federal de Distrito (Distrito Sur de New York a cargo del Juez Thomas P. Griesa), colocan al país en una situación excepcional? ¿Es acaso el endeudamiento de la Argentina excesivo? ¿Por qué Argentina teme a una declaración internacional de default técnico? ¿Son realmente los acreedores que se negaron a renegociar su deuda con el gobierno de los “K,” verdaderos “Buitres”? 

Veamos cada uno de estos interrogantes, con el propósito de entender lo que pasa en Argentina y conocer las señales que perciben en el mundo los dueños del dinero, sean estos inversionistas particulares, grandes empresarios o países desarrollados:
          
a)      Nivel de Endeudamiento de los Países

Las relaciones comerciales dieron origen, en algún momento, a la posibilidad de que una comunidad, un pueblo, una sociedad o un Estado, solicitaran y recibieran dinero en calidad de préstamo de parte de un tercero. Esta práctica ha permanecido a lo largo de la historia de la humanidad, evolucionando y perfeccionándose con los desarrollos tecnológicos alcanzados.
  
Hoy los países tienen también la posibilidad de colocar bonos en los mercados internacionales y los inversionistas los adquieren libremente a través de corredores, después de evaluar el riesgo y la rentabilidad.

No tengo dato de ningún país que no haya hecho uso de un préstamo a lo largo de de su existencia, aunque existen pequeños reinados y estados-ciudad, reconocidos como tales a partir del  Siglo XX que sobreviven con sus propios recursos.  Por otra parte, tampoco se puede atribuir esta práctica de obtener dinero prestado exclusivamente a países menos desarrollados, porque como veremos en la siguiente tabla, inclusive las grandes potencias mundiales no solo han acudido al financiamiento internacional, sino que tienen el mayor nivel de endeudamiento al día de hoy:

                          (A)                                                                                            (B)


Fuente: World Factbook. Imagen publicada por: http://www.cartafinanciera.com

En la tabla (A) se puede apreciar el orden de mayor a menor de los países con mayor endeudamiento al 31 de diciembre de 2012; y en la tabla (B) se puede apreciar el orden sobre el porcentaje que la deuda representa del PIB cada país.

Como se puede apreciar, la comparación del endeudamiento con el PIB de cada país cambia nuestra mirada. La cantidad de ingresos anuales que reciben estos países, puede bajar el nivel de preocupación de los inversionistas sobre algunos países y aumentar la preocupación de los inversionistas en otros. Es el caso por ejemplo de United States, la Unión Europea y China,  que desaparecen de la tabla (B) y de Irelanda, Singapore, United Kingdom, Hong Kong y Netherlands que tienen comprometido su PIB en porcentajes que superan el 300%  

Sin embargo, las Relaciones Internacionales de estos países no aparece afectarse, como  sí lo están la de otros países latinoamericanos, entre ellos Argentina, cuyo nivel de endeudamiento tan solo representa el 30% de su PIB. Aunque se debe recordar que el nivel de endeudamiento de Argentina superaba el 200% del PIB al comienzo del presente siglo. El monto de la deuda al 2012 representa un 10% del endeudamiento de Belgium, que ocupa el sexto lugar entre los países más endeudados del mundo.




Fuente: World Factbook. Imagen publicada por: http://www.cartafinanciera.com

La situación de Estados Unidos que es más llamativa, parece menos preocupante, porque a pesar de tener un nivel de endeudamiento que supera el 100% de su PIB, lo cual lo hace estar muy por debajo de los países que ocupan los 20 primeros lugares, ha logrado en varias oportunidades que el Congreso aumente el techo de la deuda, para que ésta siga creciendo, como se aprecia en la siguiente gráfica:



Fuente: Whitehouse.gov. Imagen publicada por: http://www.bbc.co.uk

b)      Cesación De Pagos

Por otra parte, la generación de compromisos económicos y su aumento, también sugiere la posibilidad de que el Estado deudor por cualquier circunstancia, pueda verse impedido de cumplir con su pago. Y como dato histórico, se cuenta que en Grecia en el año 377 A. de C., varias de su polis  -ciudades griegas- decidieron no cumplir con sus obligaciones financieras.

Al terminar el Siglo XX, se esperaba un colapso de los sistemas tecnológicos. El mundo se paralizaría y todo volvería a comenzar de cero. Con una apuesta de tal magnitud, no era extraño escuchar decir a muchas personas que sus “deudas desaparecerían”. Parece broma, pero incluso muchas personas optaron mejor por el suicidio antes de ser testigos presenciales de la hecatombe. Es el caso, por ejemplo, de una secta liderada por el destacado político demócrata Kimbwetere en la República de Uganda en donde se suicidaron más de 1.000 personas. (Ver noticia disponible en Internet: (http://www.abc.es/20100317/historia-/suicidio-colectivo-mortifero-historia-201003171004.html). Hoy se considera una exageración los cientos de millones de dólares invertidos para evitar los diversos desastres que provocaría un colapso de los sistemas y la pérdida de sus datos ante la falla informática denominada “Y2K”.Ver noticia disponible en Internet: (http://www.lanacion.com.ar/1216919-a-diez-anos-del-fallido-y2k).

 Como una rara coincidencia, varios países latinoamericanos parecen haber sufrido el síndrome del “cambio de milenio” y, si no tuvieron muerte súbita con el cambio de siglo, sí vienen padeciendo una larga agonía que no sabemos hasta cuando se extenderá. Es el caso de Argentina, que viene soportando una larga crisis económica y financiera, en medio de una propuesta de cambio del modelo social, que paradójicamente demanda cuantiosos recursos.  

Argentina introdujo serios cambios, a comienzos del presente siglo, en el manejo de la Deuda Externa y en la política de relación con los acreedores. En efecto, a una deuda externa que venía creciendo de manera “descontrolada” al pasar de US$58.700 millones en el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) a más de US$147.000 millones en el gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001, acompañada por una crisis económica y financiera, que hizo agua con el aumento al 14% de la tasa de interés externa a la financiación de los préstamos del país.

La cesación de pagos por parte de un país no es ninguna novedad. Argentina ha caído por ocho veces en “default” desde su independencia en 1816.  Brasil y Chile también tienen su historia, 11 y 9 veces respectivamente. Lo preocupación de los analistas y de los inversionistas es la cantidad de tiempo que duran en “default”  los países y la forma como negocian con sus acreedores. Esto es lo que construye la confianza o hace deteriorar la imagen de un país. Y esto es precisamente lo que nunca ha cuidado el país trasandino.          

c)       Los Fondos “Buitres”

Posteriormente, se inició por obligación o estrategia política, un proceso de disminución de la deuda externa en el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007). En el 2002, se decretó el octavo default por US$100.000 millones, y durante el 2005 y el 2010 se reestructuró la deuda con quitas del 65% y plazos más largos de pago. El 93% de los acreedores aceptaron la propuesta.

Durante el proceso de renegociación de la deuda, un grupo de acreedores (7%), decidió no aceptar la propuesta ofrecida por el gobierno argentino y demandar al Estado por el pago total de lo adeudado, incluyendo los intereses.

Este grupo se caracteriza por ser tenedores de bonos argentinos, adquiridos a titulares a un muy bajo costo, en momentos en que estos consideraban perdido su dinero o presionados por la urgencia de tener liquidez. Son inversionistas legítimos que están a la caza de las “jugosas” oportunidades que hay en la quiebra de empresas o en las crisis económicas de los países. 

Una cronología del manejo de la deuda externa de Argentina, en relación con el desenlace de estos Fondos “Buitre”, se puede leer en el  siguiente artículo, disponible en Internet en el sitio de información para los suizos en el exterior :
  
“2001. El 23 de diciembre, el entonces presidente interino Adolfo Rodríguez Saa, declara el cese del pago de la deuda externa.

2002. El 12 de diciembre, el presidente interino Eduardo Duhalde, anuncia que solamente pagará intereses de la deuda externa, sin utilizar reservas del Banco Central.

2003. En septiembre, el presidente electo Néstor Kirchner, firma con el FMI un acuerdo Stand By a tres años.

2003. En septiembre, el ministro de Economía Roberto Lavagna, propone una reestructuración de la deuda con una quita del 75% - RECHAZADA.

2004. En  junio, el Gobierno de Kirchner, anuncia la “propuesta de Buenos Aires” para reestructurar los pagos de esa deuda, con quitas de entre el 63% y el 45%.

2005. El 14 de enero se realiza el lanzamiento de la operación de canje de la deuda en default.

2005. El 15 de abril finaliza el primer canje de deuda y Argentina renegocia 81.800 millones de dólares y logra una adhesión del 76,15%. El resto mantiene sus reclamos.

2006. En enero, el país cancela su deuda con el FMI, hace un pago anticipado de 9.530 millones de dólares, un pasivo contraído entre enero y septiembre de 2001, con vencimientos programados hasta 2009.

2007. El 31 de enero Argentina y España firman acuerdo de reestructuración de la deuda, asociada al préstamo que España realizó en marzo de 2001, durante la XVI Cumbre Iberoamericana.

2008. El 2 de septiembre, la presidenta Cristina Kirchner resuelve cancelar la deuda de 6.706 millones de dólares con el Club de París, con reservas internacionales del Banco Central.

2009. El 9 de octubre, el entonces ministro de Economía, Amado Boudou, anuncia la reapertura del canje de 20.000 millones de dólares de deuda para los holdouts que no habían aceptado las condiciones de 2005. 

2009. El 14 de diciembre se crea el "Fondo del Bicentenario para el Desendeudamiento" a través de un decreto de necesidad y urgencia que dispone el uso de 6.569 millones de dólares del Banco Central de la República Argentina para el pago de la deuda en el año 2010.

2010. En abril se lanza de forma oficial el nuevo canje de deuda, con una quita promedio del 66,3% para inversores institucionales, y del 50% para los restantes.

2010. El 23 de junio, la Presidenta Cristina Kirchner anuncia el fin del segundo canje de deuda, con una aceptación del 66% de los tenedores de bonos defaulteados.

2012. En octubre, la Corte de Apelaciones de Nueva York emite un dictamen, en el cual se considera que la Argentina cometió una discriminación con los fondos buitres y los demás bonistas que decidieron no participar de los canjes de deuda en los años 2005 y 2010.

2012. En noviembre, el juez neoyorkino Thomas Griesa, ratifica que Argentina debe pagar el 100% de la deuda que mantiene con los bonistas que no ingresaron a los canjes de deuda.

2014. En febrero, el gobierno argentino apela el fallo de Griesa y el de la Corte de Apelaciones ante la Corte Suprema de Estados Unidos.

2014. El 29 de mayo el gobierno de Cristina Kirchner acuerda el pago de la deuda con el Club de París.

2014. El 16 de junio, la Corte Suprema de los Estados Unidos rechaza tratar la apelación de la Argentina y el caso vuelve a Griesa.

d)      Populismo y Corrupción

Cuando se va al fondo de las razones de las crisis económicas de los países, la conclusión a la que generalmente se llega, es el mal manejo de las finanzas y de las políticas públicas. Populismo y corrupción parecen ser el común denominador de estos países.  Daron Acemoglu y James A Robinson en su libro “¿Por qué fracasan los países?” ,  estudian el tema de manera profunda y llegan a la conclusión que es la existencia de instituciones y gobiernos “extractivos” las principales razones de que haya países atrasados y afirma que mientras permanezcan estas condiciones, jamás saldrán de la pobreza.

Los escándalos del gobierno Argentina no han parado con la llegado de los Kirchner al poder. Por el contrario, se han multiplicado y extendido a varios de los miembros más cercanos de su gabinete. No haré mención a ningún caso en particular, porque no es el propósito de este ensayo, pero quiero remitirlos a las constantes denuncias que realiza el polémico periodista Jorge Lanata, sobre corrupción y populismo en Argentina, a través de los medios de comunicación, especialmente de su programa dominical “Periodismo para Todos” y que menciono por la enorme audiencia que tiene, la cual debe influir de alguna manera en la opinión pública nacional e internacional.

Conclusiones

Ha quedado claro, a lo largo del presente ensayo, que el endeudamiento externo de los países es una práctica habitual que difícilmente desparecerá y que las posibilidades que un país entre en cese de sus pagos tampoco es algo nuevo, ni que sólo les ocurra a unos pocos países.

Argentina no es el país más endeudado del planeta, ni el que más veces haya tenido que renegociar sus deudas con los acreedores. Desde éste punto de vista, ni los argentinos ni ningún otro país del mundo deberían tener mayores preocupaciones.

La razón por la cual el fallo de un Tribunal estadounidense contra Argentina llama la atención del mundo, tiene que ver con las consecuencias que se derivarán de éste. En materia de inversión y financiamiento, el mundo económico siempre estará atento a dos puntos principalmente: la forma cómo los gobiernos de los diferentes países del mundo invierten los recursos y generan con ellos crecimiento económico y estabilidad social, y en segundo lugar, sobre la manera como resuelven el pago de las deudas a sus acreedores cuando entran en crisis.

Un gobierno con una gestión poco transparente de los recursos, con inversiones improductivas al interior del país o que no traigan un real aporte al bienestar ciudadano, que sólo busca perpetuarse en el poder, genera desconfianza en los inversionistas porque pone en riesgo la recuperación de sus capitales. Una señal del escalamiento de la desconfianza y el alto riesgo, se aprecia en las cada vez mayores expectativas de los inversionistas, los cuales exigen mayores tasas de interés por la colocación de sus dineros o la adquisición de los  bonos de deuda pública. En el caso de Argentina, hasta antes de fallo del Tribunal Federal de Distrito de New York, los préstamos que obtenía eran del 14%, porcentaje muy superior a la media de los países que tienen una buena imagen y calificación.

El gobierno Argentino ha politizado el tema del  incumplimiento de sus pagos a los acreedores. Exigiendo solidaridad internacional y calificando de “buitres”  a los tenedores de bonos que en un acto de oportunidad u oportunismo (da lo mismo), compraron las acreencias de inversionistas que ya habían perdido las esperanzas de recuperar el dinero directamente de Argentina.

Creo también que la crisis de Estados de Unidos y su debilitamiento en las relaciones internacionales, está siendo aprovechado por algunos gobiernos de América Latina que han entrado en la senda del “progresismo” y están tomando medidas que revocan los contratos con empresas multinacionales y los compromisos firmados por gobiernos antecesores. Desde luego que esto no se vería mal, si los gobiernos “progresistas” hubiesen fijado reglas claras para poner fin y facilitar la salida de las empresas y/o inversiones con explotaciones en discusión.
  
Lamentablemente, esto no ha sido así y por ello la fuerte caída de la imagen de Argentina en todos los mercados internacionales, incluyendo los que se consideran con una línea política similar. Lo que el mundo se pregunta es, si el gobierno Argentino se volverá a salir con la suya en esta oportunidad.

Personalmente, creo que no porque  China, que es su aliado y que pudiera ser la salida de la crisis para Argentina, igual ve con desconfianza el gobierno  de los “K” y por ello, en su último acuerdo para construir un par de represas en la Patagonia, no aceptó dirimir eventuales diferencias en Argentina, sino en Londres o en París. La desconfianza no puede ser más evidente.

Lo anterior, me demuestra la importancia y especial atención que los gobiernos deben poner a sus relaciones internacionales, si pretenden llevar adelante sus políticas nacionales de modernización y de cambios profundos en la sociedad.

Hacia una visión Neo-cooperativa

Creo que en una visión neo-cooperativa del mundo y de la sociedad, todos los países deben contar con la solidaridad internacional cuando les sobrevengan crisis económicas por causas ajenas a la corrupción y la negligencia de sus gobiernos.

El desarrollo de las naciones en el mundo debe fundarse  en la confianza por la cual deben apostar permanentemente sus gobernantes. 

De ninguna manera la opinión pública internacional, especialmente representada en los líderes de todos los gobiernos del mundo, deberían aceptar con su silencio, las medidas de gobiernos que conduzcan a la destrucción de la economía, la fuga de capitales, la violación y el término unilateral de los contratos y la emigración a gran escala de su población. Todo esto justificado en un discurso de “recuperación” de la soberanía nacional y “fin” a la desigualdad, que es muy contrario a la realidad, cuando se comparan sus resultados con los que tenía el país con los gobiernos que los precedieron. 

 BIBLIOGRAFÍA

 Enlace disponible:
http://www.cartafinanciera.com/tendencia-actual/los-20-paises-con-mas-deuda-del-mundo/

Enlace disponible:

Enlace disponible:
http://www.swissinfo.ch/spa/cronolog%C3%ADa-de-la-deuda-argentina-y-los--fondos-buitre-/40469228

 Daron Acemoglu y James A Robinson en su libro “¿Por qué fracasan los países?” Ediciones Deusto. 2013

 
Peyrefitte Alain, “La Sociedad de la Confianza”, Ed Andrés Bello, 1995