ANTECEDENTES
Aunque el título de este ensayo es abierto porque puede aplicarse a
cualquier país del mundo, el desarrollo del mismo estará centrado en la
experiencia que hoy vive Argentina. Las
razones son varias, pero la principal es su actualidad, por la polémica de los
trasandinos por el fallo que dio el Juez Thomas P. Griesa del Tribunal Federal
del Distrito Sur de New York, ratificado por la Cámara de Apelaciones de New
York y la Corte Suprema de Estados Unidos, a favor de los Holdouts o Fondos “Buitres”, como los denomina la Presidenta María
Cristina Fernández de Kirchner y la eventual caída en default (cesación de pagos) de su economía. No cabe duda que el desenlace
traerá consecuencias en las relaciones internacionales de nuestro hermano país
y sentará un precedente en el futuro de las relaciones de los países,
especialmente de América Latina, con las potencias mundiales a las cuales,
generalmente, acuden en busca de financiamiento, vía empréstitos o colocación
de bonos, para el desarrollo de sus planes de gobierno, inversión en obras y/o
apoyo al sector privado.
Creo que cuando Argentina decidió congelar el pago de su deuda a los
acreedores internacionales en el año 2001 para iniciar la renegociación de su pago, no imaginó las consecuencias
negativas de largo plazo de esta decisión, toda vez que no es inusual que los
países, cuando están en crisis, acudan a esta figura. De hecho, no es la
primera vez que esto se hace y la mayoría de países del mundo han tenido que recurrir
a esta alternativa en algún momento de su historia.
Por otra parte, catorce años después, parece mucho más fácil
“adivinar” lo que ocurriría. En buen chileno, siempre es más fácil ser un buen
general después de la batalla. Sin embargo, el presente ensayo no pretende
“hacer leña del árbol caído” ni resaltar lo obvio del malestar de los acreedores
afectados, ni del mayor cuidado que seguramente tendrán los inversionistas en
una futura relación comercial con los hermanos trasandinos.
Lo interesante de lo que está ocurriendo a la economía Argentina y su
relación con los acreedores, son las señales de carácter político que se dan al
mundo y que pueden afectar el presente y el futuro de las Relaciones
Internacionales, caracterizadas históricamente por algunos autores
neo-marxistas, por una marcada dependencia económica de los países más pobres a
las naciones capitalistas.
Es importante reiterar que Argentina no es el único, ni el primer país
de América Latina que ha tenido dificultades para cumplir sus compromisos
económicos o pagar su deuda externa; porque como veremos en el ensayo, la
mayoría de los países del mundo han tenido experiencias similares y no ha sido una,
sino varias veces que han tenido que apelar a la suspensión de sus pagos a los
acreedores, buscar la renegociación e incluso pedir la condonación de sus
deudas.
Entonces, ¿por qué si la renegociación de la deuda de un país es un
fenómeno común y corriente, y forma parte de la cotidianeidad del
financiamiento externo, Argentina se
encuentra en el “ojo del huracán” y es vista por la comunidad internacional
como un delincuente al cual se le debe aplicar un castigo ejemplar? ¿Qué hace interesante lo de Argentina, mirado
desde la perspectiva de las Relaciones Internacionales? Justamente, es lo que
me propongo descubrir a lo largo de éste ensayo, partiendo de algunas hipótesis
que espero confrontar al final del estudio.
OBJETIVO
Descubrir las razones que han hecho “popular” el conflicto de
Argentina con sus acreedores e inferir las consecuencias que pueden tener estos
conflictos en las Relaciones Internacionales.
HIPÓTESIS
Mis postulados se enfocan a demostrar que desde finales del Siglo XX, muchos
países han dado claras señales de querer tomar el control de sus economías y de
sus decisiones en materia de política interna. Tradicionalmente, han sido
economías dependientes de las grandes potencias y han recibido recomendaciones
de los organismos internacionales creados por Naciones Unidas, después de la
Segunda Mundial.
Lo anteriormente expuesto, creo que
ocurre por múltiples factores: el fortalecimiento de la economía China,
el resurgimiento de Rusia, la crisis de la Comunidad Económica Europea y la
recesión económica de Estados Unidos que además, ha ido perdiendo protagonismo
y participación en los conflictos bélicos que afectan al planeta. Percibo un
reordenamiento en la geopolítica del mundo, en donde muchos países desean
liberarse del “yugo” americano, aprovechando el “cobijo” que puede ofrecerles una
nueva potencia mundial; porque al final de cuentas, estoy convencido que los
países latinoamericanos están muy lejos de gozar de una autonomía plena.
Por otra parte y paralelo ese afán independentista, la preocupación de
hoy radica en la sensación de alta corrupción y criminalidad que invade la
sociedad y que ha contaminado a la inmensa mayoría de los gobiernos del mundo,
en donde ya no es extraño ver el enorme enriquecimiento de los gobernantes, sus
familiares y círculos cercanos, que actúan en abierta contradicción con las
ideas y principios que dicen defender y por los cuales un día lucharon para
llegar al poder. Parece que una nueva forma de preservar el poder está haciendo
carrera en el mundo y especialmente en América Latina, son las neo-dictaduras,
que se instalan y perpetúan “democráticamente” en el poder, el cual ejercen de
la misma forma y con los mismos vicios de las dictaduras tradicionales. Está
claro que en estos modelos los dineros ni los recursos tampoco llegan a la
población ni se invierten en un mayor y mejor bienestar social.
Los dineros desaparecen, al igual que la información a la ciudadanía y
a la comunidad internacional. Lo que es inocultable en estas nuevas sociedades,
es el malestar de la gente, el aumento de la emigración, la fuga de cerebros y
de capitales y por supuesto, el crecimiento de la brecha de la desigualdad.
Por lo anterior, parece que ya no existen razones para que países
ricos, inversionistas o grandes empresas, solidaricen con otros gobiernos
cuando entran en crisis. Ya no es suficiente la promesa de pretender contribuir
al crecimiento y al desarrollo de sus pueblos con los dineros que piden. En
materia de endeudamiento externo, cada vez toma más importancia la evaluación
del riesgo financiero y comercial y que cada país cargue con sus problemas.
La corrupción y la deslealtad está matando la confianza entre los
países y mientras ésta no sea revivida, las relaciones internacionales seguirán
teniendo una rara mezcla de discurso cooperativo, con señales de comportamiento
anarquista y claras muestras de dependencia de los más poderosos. Me parece que cada vez los gobiernos de los
países, especialmente los latinoamericanos, pierden mayor credibilidad, tanto
al interior como a nivel de la comunidad internacional.
DESARROLLO
Las relaciones comerciales entre Estados son tan antiguas como la
existencia de ellos mismos e inclusive, van mucho más atrás, si consideramos
los incontables viajes de intercambios de mercaderías que se realizaban por
parte de las tribus en la antigüedad. Y
dado que no es el propósito de éste documento ocuparse de las teorías que
explican el origen y la evolución del comercio internacional, simplemente diré
que desde aquel origen y en algún momento de la historia tendrían que reconocerse
las Relaciones Internacionales y su importancia; y con ellas, la necesidad de
contar con mecanismos que garanticen un beneficio mutuo de las potencialidades
de cada uno de los países que intervienen. Quizás estas relaciones o acuerdos,
se basaron o se basan en el temor o la confianza de la contraparte.
Estas relaciones comerciales, que han evolucionado, se han fortalecido
y se han extendido con vigor a lo largo y ancho del planeta, han tenido
innumerables experiencias, costumbres y
prácticas, al punto que han sido capaces de generar instituciones que
regulan y fiscalizan estas relaciones y los posibles conflictos que de ellas se
deriven.
Como consecuencia de lo anterior, no son pocos los países que en algún
momento de la historia han tenido que entrar en recesión, o devaluar su moneda,
o tener que renegociar sus deudas para no entrar en cesación de pagos.
Estrategias estas dolorosas, pero de ninguna manera alguna desconocidas ni
causantes de rompimiento de relaciones internacionales.
Pero, ¿por qué en el caso de Argentina parece que su actual crisis
económica y el fallo de un Tribunal Federal de Distrito (Distrito Sur de New
York a cargo del Juez Thomas P. Griesa), colocan al país en una situación
excepcional? ¿Es acaso el endeudamiento de la Argentina excesivo? ¿Por qué
Argentina teme a una declaración internacional de default técnico? ¿Son realmente los acreedores que se negaron a
renegociar su deuda con el gobierno de los “K,” verdaderos “Buitres”?
Veamos cada uno de estos interrogantes, con el propósito de entender
lo que pasa en Argentina y conocer las señales que perciben en el mundo los
dueños del dinero, sean estos inversionistas particulares, grandes empresarios
o países desarrollados:
a) Nivel de Endeudamiento de los Países
Las relaciones comerciales dieron origen, en algún momento, a la
posibilidad de que una comunidad, un pueblo, una sociedad o un Estado,
solicitaran y recibieran dinero en calidad de préstamo de parte de un tercero. Esta
práctica ha permanecido a lo largo de la historia de la humanidad,
evolucionando y perfeccionándose con los desarrollos tecnológicos alcanzados.
Hoy los países tienen también la posibilidad de colocar bonos en los
mercados internacionales y los inversionistas los adquieren libremente a través
de corredores, después de evaluar el riesgo y la rentabilidad.
No tengo dato de ningún país que no haya hecho uso de un préstamo a lo
largo de de su existencia, aunque existen pequeños reinados y estados-ciudad,
reconocidos como tales a partir del Siglo
XX que sobreviven con sus propios recursos.
Por otra parte, tampoco se puede atribuir esta práctica de obtener
dinero prestado exclusivamente a países menos desarrollados, porque como
veremos en la siguiente tabla, inclusive las grandes potencias mundiales no
solo han acudido al financiamiento internacional, sino que tienen el mayor
nivel de endeudamiento al día de hoy:
(A)
(B)
Fuente: World Factbook. Imagen publicada por: http://www.cartafinanciera.com
En la tabla (A) se puede apreciar el orden de mayor a menor de los
países con mayor endeudamiento al 31 de diciembre de 2012; y en la tabla (B) se
puede apreciar el orden sobre el porcentaje que la deuda representa del PIB
cada país.
Como se puede apreciar, la comparación del endeudamiento con el PIB de
cada país cambia nuestra mirada. La cantidad de ingresos anuales que reciben
estos países, puede bajar el nivel de preocupación de los inversionistas sobre
algunos países y aumentar la preocupación de los inversionistas en otros. Es el
caso por ejemplo de United States, la Unión Europea y China, que desaparecen de la tabla (B) y de
Irelanda, Singapore, United Kingdom, Hong Kong y Netherlands que tienen
comprometido su PIB en porcentajes que superan el 300%
Sin embargo, las Relaciones Internacionales de estos países no aparece
afectarse, como sí lo están la de otros
países latinoamericanos, entre ellos Argentina, cuyo nivel de endeudamiento tan
solo representa el 30% de su PIB. Aunque se debe recordar que el nivel de
endeudamiento de Argentina superaba el 200% del PIB al comienzo del presente
siglo. El monto de la deuda al 2012 representa un 10% del endeudamiento de
Belgium, que ocupa el sexto lugar entre los países más endeudados del mundo.
Fuente: World Factbook. Imagen publicada por: http://www.cartafinanciera.com
La situación de Estados Unidos que es más llamativa, parece menos
preocupante, porque a pesar de tener un nivel de endeudamiento que supera el
100% de su PIB, lo cual lo hace estar muy por debajo de los países que ocupan
los 20 primeros lugares, ha logrado en varias oportunidades que el Congreso
aumente el techo de la deuda, para que ésta siga creciendo, como se aprecia en
la siguiente gráfica:
Fuente: Whitehouse.gov. Imagen publicada por:
http://www.bbc.co.uk
b) Cesación De Pagos
Por otra parte, la generación de compromisos económicos y su aumento, también
sugiere la posibilidad de que el Estado deudor por cualquier circunstancia, pueda
verse impedido de cumplir con su pago. Y como dato histórico, se cuenta que en Grecia
en el año 377 A. de C., varias de su polis -ciudades griegas- decidieron no cumplir con
sus obligaciones financieras.
Al terminar el Siglo XX, se esperaba un colapso de los sistemas tecnológicos.
El mundo se paralizaría y todo volvería a comenzar de cero. Con una apuesta de
tal magnitud, no era extraño escuchar decir a muchas personas que sus “deudas
desaparecerían”. Parece broma, pero incluso muchas personas optaron mejor por
el suicidio antes de ser testigos presenciales de la hecatombe. Es el caso, por
ejemplo, de una secta liderada por el destacado político demócrata Kimbwetere
en la República de Uganda en donde se suicidaron más de 1.000 personas. (Ver
noticia disponible en Internet: (http://www.abc.es/20100317/historia-/suicidio-colectivo-mortifero-historia-201003171004.html).
Hoy se considera una exageración los cientos de millones de dólares invertidos para
evitar los diversos desastres que provocaría un colapso de los sistemas y la
pérdida de sus datos ante la falla informática denominada “Y2K”.Ver noticia
disponible en Internet: (http://www.lanacion.com.ar/1216919-a-diez-anos-del-fallido-y2k).
Argentina introdujo serios cambios, a comienzos del presente siglo, en
el manejo de la Deuda Externa y en la política de relación con los acreedores.
En efecto, a una deuda externa que venía creciendo de manera “descontrolada” al
pasar de US$58.700 millones en el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) a más
de US$147.000 millones en el gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001, acompañada
por una crisis económica y financiera, que hizo agua con el aumento al 14% de
la tasa de interés externa a la financiación de los préstamos del país.
La cesación de pagos por parte de un país no es ninguna novedad.
Argentina ha caído por ocho veces en “default” desde su independencia en 1816. Brasil y Chile también tienen su historia, 11
y 9 veces respectivamente. Lo preocupación de los analistas y de los
inversionistas es la cantidad de tiempo que duran en “default” los países y la forma como negocian con sus
acreedores. Esto es lo que construye la confianza o hace deteriorar la imagen
de un país. Y esto es precisamente lo que nunca ha cuidado el país
trasandino.
c) Los Fondos “Buitres”
Posteriormente, se inició por obligación o estrategia política, un
proceso de disminución de la deuda externa en el gobierno de Néstor Kirchner
(2003-2007). En el 2002, se decretó el octavo default por US$100.000 millones,
y durante el 2005 y el 2010 se reestructuró la deuda con quitas del 65% y plazos
más largos de pago. El 93% de los acreedores aceptaron la propuesta.
Durante el proceso de renegociación de la deuda, un grupo de
acreedores (7%), decidió no aceptar la propuesta ofrecida por el gobierno
argentino y demandar al Estado por el pago total de lo adeudado, incluyendo los
intereses.
Este grupo se caracteriza por ser tenedores de bonos argentinos,
adquiridos a titulares a un muy bajo costo, en momentos en que estos
consideraban perdido su dinero o presionados por la urgencia de tener liquidez.
Son inversionistas legítimos que están a la caza de las “jugosas” oportunidades
que hay en la quiebra de empresas o en las crisis económicas de los
países.
Una cronología del manejo de la deuda externa de Argentina, en
relación con el desenlace de estos Fondos “Buitre”, se puede leer en el siguiente artículo, disponible en Internet en
el sitio de información para los suizos en el exterior
:
“2001. El 23 de diciembre, el
entonces presidente interino Adolfo Rodríguez Saa, declara el cese del pago de
la deuda externa.
2002. El 12 de diciembre, el
presidente interino Eduardo Duhalde, anuncia que solamente pagará intereses de
la deuda externa, sin utilizar reservas del Banco Central.
2003. En septiembre, el
presidente electo Néstor Kirchner, firma con el FMI un acuerdo
Stand By a tres años.
2003. En septiembre, el
ministro de Economía Roberto Lavagna, propone una reestructuración de la deuda
con una quita del 75% - RECHAZADA.
2004. En junio, el
Gobierno de Kirchner, anuncia la “propuesta de Buenos Aires” para reestructurar
los pagos de esa deuda, con quitas de entre el 63% y el 45%.
2005. El 14 de enero se realiza
el lanzamiento de la operación de canje de la deuda en default.
2005. El 15 de abril finaliza
el primer canje de deuda y Argentina renegocia 81.800 millones de dólares y
logra una adhesión del 76,15%. El resto mantiene sus reclamos.
2006. En enero, el país cancela
su deuda con el FMI, hace un pago anticipado de 9.530 millones de dólares, un
pasivo contraído entre enero y septiembre de 2001, con vencimientos programados
hasta 2009.
2007. El 31 de enero Argentina
y España firman acuerdo de reestructuración de la deuda, asociada al préstamo
que España realizó en marzo de 2001, durante la XVI Cumbre Iberoamericana.
2008. El 2 de septiembre, la
presidenta Cristina Kirchner resuelve cancelar la deuda de 6.706 millones de
dólares con el Club de París, con reservas internacionales del Banco Central.
2009. El 9 de octubre, el
entonces ministro de Economía, Amado Boudou, anuncia la reapertura del canje de
20.000 millones de dólares de deuda para los holdouts que no habían aceptado las condiciones
de 2005.
2009. El 14 de diciembre se
crea el "Fondo del
Bicentenario para el Desendeudamiento" a través
de un decreto de necesidad y urgencia que dispone el uso de 6.569 millones de
dólares del Banco Central de la República Argentina para el pago de la deuda en
el año 2010.
2010. En abril se lanza de
forma oficial el nuevo canje de deuda, con una quita promedio del 66,3% para
inversores institucionales, y del 50% para los restantes.
2010. El 23 de junio, la
Presidenta Cristina Kirchner anuncia el fin del segundo canje de deuda, con una
aceptación del 66% de los tenedores de bonos defaulteados.
2012. En octubre, la Corte de
Apelaciones de Nueva York emite un dictamen, en el cual se considera que la
Argentina cometió una discriminación con los fondos buitres y los demás
bonistas que decidieron no participar de los canjes de deuda en los años 2005 y
2010.
2012. En noviembre, el juez
neoyorkino Thomas Griesa, ratifica que Argentina debe pagar el 100% de la deuda
que mantiene con los bonistas que no ingresaron a los canjes de deuda.
2014. En febrero, el gobierno
argentino apela el fallo de Griesa y el de la Corte de Apelaciones ante la
Corte Suprema de Estados Unidos.
2014. El 29 de mayo el gobierno
de Cristina Kirchner acuerda el pago de la deuda con el Club de París.
2014. El 16 de junio, la Corte
Suprema de los Estados Unidos rechaza tratar la apelación de la Argentina y el
caso vuelve a Griesa.
d) Populismo y Corrupción
Cuando se va al fondo de las razones de las crisis económicas de los
países, la conclusión a la que generalmente se llega, es el mal manejo de las
finanzas y de las políticas públicas. Populismo y corrupción parecen ser el
común denominador de estos países. Daron
Acemoglu y James A Robinson en su libro “¿Por qué fracasan los países?”
, estudian el
tema de manera profunda y llegan a la conclusión que es la existencia de
instituciones y gobiernos “extractivos” las principales razones de que haya
países atrasados y afirma que mientras permanezcan estas condiciones, jamás
saldrán de la pobreza.
Los escándalos del gobierno Argentina no han parado con la llegado de
los Kirchner al poder. Por el contrario, se han multiplicado y extendido a
varios de los miembros más cercanos de su gabinete. No haré mención a ningún
caso en particular, porque no es el propósito de este ensayo, pero quiero
remitirlos a las constantes denuncias que realiza el polémico periodista Jorge
Lanata, sobre corrupción y populismo en Argentina, a través de los medios de
comunicación, especialmente de su programa dominical “Periodismo para Todos” y
que menciono por la enorme audiencia que tiene, la cual debe influir de alguna
manera en la opinión pública nacional e internacional.
Conclusiones
Ha quedado claro, a lo largo del
presente ensayo, que el endeudamiento externo de los países es una práctica
habitual que difícilmente desparecerá y que las posibilidades que un país entre
en cese de sus pagos tampoco es algo nuevo, ni que sólo les ocurra a unos pocos
países.
Argentina no es el país más
endeudado del planeta, ni el que más veces haya tenido que renegociar sus
deudas con los acreedores. Desde éste punto de vista, ni los argentinos ni
ningún otro país del mundo deberían tener mayores preocupaciones.
La razón por la cual el fallo de
un Tribunal estadounidense contra Argentina llama la atención del mundo, tiene
que ver con las consecuencias que se derivarán de éste. En materia de inversión
y financiamiento, el mundo económico siempre estará atento a dos puntos
principalmente: la forma cómo los gobiernos de los diferentes países del mundo
invierten los recursos y generan con ellos crecimiento económico y estabilidad
social, y en segundo lugar, sobre la manera como resuelven el pago de las
deudas a sus acreedores cuando entran en crisis.
Un gobierno con una gestión poco transparente de los recursos, con
inversiones improductivas al interior del país o que no traigan un real aporte
al bienestar ciudadano, que sólo busca perpetuarse en el poder, genera desconfianza
en los inversionistas porque pone en riesgo la recuperación de sus capitales.
Una señal del escalamiento de la desconfianza y el alto riesgo, se aprecia en
las cada vez mayores expectativas de los inversionistas, los cuales exigen
mayores tasas de interés por la colocación de sus dineros o la adquisición de
los bonos de deuda pública. En el caso
de Argentina, hasta antes de fallo del Tribunal Federal de Distrito de New
York, los préstamos que obtenía eran del 14%, porcentaje muy superior a la
media de los países que tienen una buena imagen y calificación.
El gobierno Argentino ha politizado el tema del incumplimiento de sus pagos a los acreedores.
Exigiendo solidaridad internacional y calificando de “buitres” a los tenedores de bonos que en un acto de
oportunidad u oportunismo (da lo mismo), compraron las acreencias de
inversionistas que ya habían perdido las esperanzas de recuperar el dinero
directamente de Argentina.
Creo también que la crisis de Estados de Unidos y su debilitamiento en
las relaciones internacionales, está siendo aprovechado por algunos gobiernos
de América Latina que han entrado en la senda del “progresismo” y están tomando
medidas que revocan los contratos con empresas multinacionales y los
compromisos firmados por gobiernos antecesores. Desde luego que esto no se
vería mal, si los gobiernos “progresistas” hubiesen fijado reglas claras para
poner fin y facilitar la salida de las empresas y/o inversiones con
explotaciones en discusión.
Lamentablemente, esto no ha sido así y por ello la fuerte caída de la
imagen de Argentina en todos los mercados internacionales, incluyendo los que
se consideran con una línea política similar. Lo que el mundo se pregunta es,
si el gobierno Argentino se volverá a salir con la suya en esta oportunidad.
Personalmente, creo que no porque
China, que es su aliado y que pudiera ser la salida de la crisis para
Argentina, igual ve con desconfianza el gobierno de los “K” y por ello, en su último acuerdo
para construir un par de represas en la Patagonia, no aceptó dirimir eventuales
diferencias en Argentina, sino en Londres o en París. La desconfianza no puede
ser más evidente.
Lo anterior, me demuestra la importancia y especial atención que los
gobiernos deben poner a sus relaciones internacionales, si pretenden llevar
adelante sus políticas nacionales de modernización y de cambios profundos en la
sociedad.
Hacia una visión Neo-cooperativa
Creo que en una visión neo-cooperativa del mundo y de la sociedad,
todos los países deben contar con la solidaridad internacional cuando les
sobrevengan crisis económicas por causas ajenas a la corrupción y la
negligencia de sus gobiernos.
El desarrollo de las naciones en el mundo debe fundarse en la confianza por la cual deben apostar permanentemente
sus gobernantes.
De ninguna manera la opinión pública internacional, especialmente
representada en los líderes de todos los gobiernos del mundo, deberían aceptar
con su silencio, las medidas de gobiernos que conduzcan a la destrucción de la
economía, la fuga de capitales, la violación y el término unilateral de los
contratos y la emigración a gran escala de su población. Todo esto justificado
en un discurso de “recuperación” de la soberanía nacional y “fin” a la
desigualdad, que es muy contrario a la realidad, cuando se comparan sus
resultados con los que tenía el país con los gobiernos que los precedieron.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.cartafinanciera.com/tendencia-actual/los-20-paises-con-mas-deuda-del-mundo/
Enlace disponible:
Enlace
disponible:
http://www.swissinfo.ch/spa/cronolog%C3%ADa-de-la-deuda-argentina-y-los--fondos-buitre-/40469228
Peyrefitte
Alain, “La Sociedad de la Confianza”, Ed Andrés Bello, 1995
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