Si bien comparto el punto central sobre la afirmación de que
el Transantiago es un sistema fracasado, tengo un contrapunto sobre la
solución, teniendo en cuenta la información acumulada sobre la operación y las
graves denuncias realizadas en el programa CONTACTO.
El punto es que lo visto y lo conocido sobre el Transantiago
hasta el día de hoy, es la confirmación de la existencia de una EXTENSA Y PROFUNDA RED DE CORRUPCIÓN Y CRIMINALIDAD
en donde están involucrados especímenes de todo el espectro social: empresarios,
trabajadores, autoridades de gobierno y ciudadanos de a pie. Todos parecen
haber coincidido en este vergonzoso reality show del Transantiago para enviar a
los más corruptos de sus representantes.
Por lo anterior, no creo que la solución a los problemas del Transantiago, pase por la estatización o la desprivatización del sistema o por la unificación de los servicios en una sola empresa, sea esta pública o privada.
Tenemos un problema de mucho más fondo que debemos
solucionar de manera prioritaria o al menos simultáneamente, porque es capaz de
hacer fracasar cualquier iniciativa, por muy ingeniosa que sea, y que se llama
CORRUPCIÓN.
Debemos unirnos como sociedad para frenarla y denunciarla
sin distinción alguna, porque lo triste es que comienza a hacer parte de
nuestra cultura. Por ello, parece no extrañar a nadie que veamos como normal la
oportunidad de algunos de robar los recursos públicos, disfrazados de mil
maneras!
No olvidemos que ni las empresas ni los sistemas tienen vida
como los seres humanos. Somos las personas quienes con nuestro actuar le damos
vida a ellas.
El sindicalismo no nació para "matar" las empresas, ni mucho menos para terminar con los sueños de los trabajadores. Son los dirigentes corruptos y criminales como Luis Campos Salas y Cristián Cameroti, quienes han desprestigiado la organización sindical.
La empresa privada no surge para explotar la sociedad sino
para contribuir en la solución de las necesidades de sus habitantes. Son los
empresarios corruptos y criminales como Juan Pinto, Jorge Gómez y Manuel
Navarrete los que desprestigian y desnaturalizan su razón de ser.
Las instituciones de fiscalización del Estado no se crean
para perseguir ni "asesinar" a los ciudadanos y a sus organizaciones
sino para velar por el equilibrio y la justicia social. Son los funcionarios
corruptos y criminales como Jorge Guzmán y Cristián Melis, los que nos hacen
dudar de la honestidad y la misión de nuestros gobernantes.
No es la desigualdad ni la injusticia social la causa de la
mayor violencia en la sociedad, sino el aumento de los ciudadanos corruptos y
criminales que se aprovechan de su pequeño poder para obtener ventajas
económicas vendiendo su dignidad a otros corruptos y criminales que tienen
algún poder económico y/o político.
En todos los gremios o sectores de la sociedad hay corruptos
y criminales, inclusive en aquellos creados y llamados para protegernos y
combatirlos: hay notarios corruptos y criminales, fiscalizadores corruptos y
criminales, jueces corruptos y criminales, carabineros corruptos y
criminales,... todos se aprovechan de una ciudadanía ignorante y mal educada,
que al final del día repite en coro: "Es culpa del Sistema y hay que
cambiarlo" y para confirmar su enojo e ignorancia termina "pateando
la perra"... Quiero pensar que es por impotencia, pero mucho me temo que
sea por rabia de no formar parte de este sistema corrupto y criminal que crece
como la espuma.
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