domingo, 28 de abril de 2019

Carta a un Diputado

Soy militante de Evópoli. Nunca antes había militado en un partido político y esta es la primera vez que hago públicas mis preferencias y convicciones, que han sido motivadas por las recientes declaraciones de un diputado, que le solicitó a Evópoli que, "defina su domicilio político." No entiendo mucho las intenciones de esta petición que le hace a Evópoli y aunque hay quienes dicen que sólo es una estrategia comunicacional, yo quisiera entender su buena fe y por ello, humildemente, quiero expresar mi opinión personal desde mi visión y experiencia como simple militante de un partido joven, tal vez el primero nacido en plena democracia.

Siento que el único domicilio político de Evópoli es el de las buenas ideas para contribuir en la solución de los problemas de nuestro país. Por ello creo, se ha ganado un espacio en los centros de decisión del país, en las entidades de gobierno y en el corazón de muchos chilenos. Porque ya no se trata de domicilios de derechas, ni de izquierdas, ni de centros. En un mundo tan globalizado y tan rico en experiencias de gobierno y regímenes de todo tipo, ya nada es tan auténtico ni tan original. Ni siquiera lo somos los seres humanos, aunque nos esforcemos por recuperar y cultivar nuestro origen ancestral. Claro que tampoco se trata de domicilios de trincheras o de billeteras, porque esas son viejas prácticas. Rezagos de una mala estrategia que mantiene en la UTI la credibilidad de la ciudadanía en la clase política. 

Evópoli es evolución política. Una alternativa diferente, que no nació para recoger ni deshacer algÚn Desastre Institucional de la política. Si la mayoría de simpatizantes o militantes provienen de algunos domicilios en particular, es porque encontraron un mejor hogar. Tal vez con más calor e iluminación, en donde todas las ideas y los debates son bienvenidos, aunque me consta que nadie nos garantiza un apoyo per se. 

El domicilio de Evópoli no tiene puertas, para permitir que el resto de los ciudadanos, sin domicilio previo o conocido, pueden entrar a conocer la tienda y compartir las actividades que permanentemente estamos realizando los militantes a lo largo y ancho del país, a través de las múltiples causas sociales que nos unen, nos motivan y convocan.

Se equivoca entonces, el estimado diputado, cuando pide a Evópoli definir su domicilio. ¿Qué otra cosa puede significar eso? ¿Qué los militantes y simpatizantes debemos cambiar de barrio o peor aún, en el caso de otros, volver a la vieja casa? … Evópoli, no es producto del azar. Nació con domicilio conocido y pretende que su dirección esté más clara en su Voto Político, para que nadie se equivoque al momento de ingresar. 

En Evópoli, los militantes lo sabemos y nos agrada, que la ciudadanía esté cada vez más empoderada, aunque esté cada vez más fragmentada. Por ello, entiende que el respeto a las autoridades por parte de la ciudadanía, por ejemplo, ya no resida en los cargos, sino en la capacidad que estas tengan de entender y dar respuesta a sus demandas. En este sentido creemos que las soluciones no deben continuar saliendo de la gaveta de los escritorios, ni menos de la cocina de los partidos. Es necesario construirlas con la misma comunidad. 

Personalmente considero que las alianzas no son una opción en democracia, sino una obligación. Y si pretendemos avanzar como sociedad, debemos tender puentes, más aún, si reconocemos que en nuestro país cada vez hay más partidos políticos y movimientos sociales, y que los centros de decisión en el país, crecen en número de temas o áreas y en cantidad de miembros. 

Por lo anterior, debemos perseverar en las alianzas y en los acuerdos. No está bien seguir el juego de algunos dirigentes y políticos que insisten en obstruir caprichosamente los planes y proyectos del gobierno nacional o de los regionales o locales de turno. Negar la “sal y el agua” es una mala estrategia en cualquier circunstancia, porque con ella todos perdemos, especialmente los más vulnerables y quienes esperan una pronta solución a sus problemas. 

En el trabajo que realizo como voluntario en los programas de organización social y desarrollo comunitario, me duele inmensamente el abandono en que se encuentran muchas comunidades, por la falta de competencias políticas de sus representantes. Muchas comunidades ni siquiera son importantes para algunos candidatos, porque según ellos, “esas” comunidades no marcan en el padrón electoral. Saber que hay políticos y gobernantes que condicionan el apoyo a una comunidad a la expectativa del caudal de votos o a la simpatía que demuestran sus habitantes por sus partidos o movimientos, es demasiado cruel… A las comunidades que visito siempre les digo, es necesario que todos trabajen y aporten en la solución de los problemas, sin mirar para el lado, porque cuando llegue a faltar el agua en la comunidad, por ejemplo, es probable que todos mueran de sed. Los de izquierda y los de derecha. Los de la “U” y los del Colo. Los viejos y los niños. Los pobres y los ricos… Unos más tarde y otros más temprano, pero nadie sobrevivirá. Y aquellos políticos que discriminen en la representación o gobiernen para unos y no para todos, estarán muy cerca de cometer genocidio. 

Finalmente, creo que los problemas sociales y económicos de nuestro país están claros. Las prioridades dependen de cada región, comuna, villa o grupo social y en ese sentido, tengo la convicción que nuestro país está sobre diagnosticado. Creo, además, que tenemos los recursos y/o la forma de obtenerlos. Hay talento y solidaridad innata. Entonces, ¿Qué hace falta? ¡Voluntad política! … y aunque es verdad, que es difícil conseguirla porque compiten muchos intereses, tendencias e ideologías; será imposible lograrla sí, además, no estamos dispuestos a conversar y negociar con quienes piensan diferente. 

Nadie podrá instalar un modelo socio-económico y menos impulsar una ideología si, ni siquiera tiene la capacidad de resolver los problemas sociales del presente, que agobian a la sociedad. 

En política y menos en democracia, no es inteligente cortar los puentes con ningún opositor y mucho menos, con nuestros aliados tradicionales. Si esto no lo entendemos, no solamente estaremos equivocados de domicilio político, sino más grave aún, estaremos también equivocados de domicilio profesional. RDS



Rubén D Solano S
Militante de Evópoli

¡No se la envié! … ¡Pero lo pensé!”


Líderes Descomunales


En el Consejo General de Evópoli, que se realizó el fin de semana, tuve la oportunidad de participar al final de del evento en un taller en que los asistentes debíamos identificar las cualidades de un gran líder, un líder descomunal. Teniendo en cuent,a la calidad humana de los asistentes y su rol dentro del partido, me pareció el lugar más adecuado para recoger las mejores ideas para definir y acercarnos a dicho perfil.

Las tres comisiones en las cuales se dividió la asistencia llegaron a la plenaria con un listado de valores y cualidades que debe tener un líder, las mismas que cada uno declaró tener y que, entre sí, tenían muchas coincidencias.

Creo, sin lugar a equivocarme, que todos las cualidades o valores declarados son importantes y necesarios y por ello, no deberían obviarse por los actuales y potenciales dirigentes sociales y líderes comunitarios. Mucho menos, por quienes aspiren a ocupar cargos de representación en centros de decisión política a nivel comunal o regional.

Ahora bien, debemos comprender que un líder no se hace de la noche a la mañana y menos a través de una declaración de principios y valores en los que cree, porque es mediante el trabajo permanente y la práctica constante de aquellos valores que lo podemos lograr, hasta que fluyan o emerjan de manera espontánea y natural de nuestro ser y de nuestro actuar. Siendo el mejor indicador de nuestro progreso el reconocimiento espontáneo que nos hacen quienes nos rodean.

Creo también importante decir, que el liderazgo no es una meta a la cual se llega para levantar un trofeo o un título que se adquiere en un centro de formación superior. No es un destino, sino un camino que construimos y entre más temprano mejor, y que solamente dejamos de recorrer cuando nos despedimos de este mundo.

Para cerrar esta introducción les diré, que tengo dos noticias: una buena y otra mala. La mala es que, es prácticamente imposible alcanzar la perfección para ser un gran líder. Son muchas las cualidades que debe tener. La buena es, que es posible lograrlo en corto tiempo, si se trabaja en equipo, complementando los talentos y cualidades que cada uno tiene.

Dicho lo anterior y reconociendo con humildad mis debilidades y carencias y el corto camino recorrido hacia el liderazgo, deseo compartir una reflexión, específicamente sobre tres valores, que por supuesto también fueron declarados por las comisiones: Lealtad, Honestidad y Solidaridad.

Estos tres valores tienen en común que, al tenerse como practica de vida, potencian la condición de las personas, especialmente de los líderes y que cuando no se practican o se violan, pueden hacer grave daño a quienes nos rodean y a las propias instituciones. En este caso a nuestro partido y al entorno de militantes y simpatizantes. Justamente, es por la pérdida de estos valores que vivimos en un mundo, en una sociedad y en un país con creciente perdida de la credibilidad en las personas y en las instituciones, y en un permanente conflicto.

Que estos valores hayan salido de las voces del encuentro y no de un documento, auguran un buen futuro para nuestro partido y para nuestra convivencia. Sólo resta perseverar en su práctica y hacer de ella un comportamiento natural, hasta ser paradigma y referente para otras instituciones y movimientos.

Perseverar en la defensa de los principios y valores de Evópoli y hablar de ellos, de su importancia y conveniencia para una sana convivencia social y próspera economía. Esto es lealtad.

Perseverar en la lucha contra la corrupción y el uso indebido de los recursos del Estado, que son generados y aportados por la sociedad. Esto es honestidad.

Perseverar en una gestión de las instituciones públicas y privadas, sin abuso del poder y con servicios oportunos y de calidad. Esto es solidaridad.  

Una Ciudad Justa, una sociedad justa, no es solamente territorio y personas, son también las acciones y las buenas prácticas que realizan día a día los dirigentes y líderes que la sustentan. Aspiraciones y sueños de excelentes líderes, líderes descomunales, que jamás debemos dejar solos. RDS

Rubén D Solano S
Militante de Evópoli

martes, 2 de abril de 2019

¿Qué Hacer con la Narco-Dictadura?

¿Qué hacer con este genocida, que transformó un gobierno democrático en una narco-dictadura, que corrompió las fuerzas militares de orden y de policía, que amañó las instituciones públicas, que desplazó y envió al éxodo a varios millones de personas y que encarcela y tortura a quienes se le opongan?

¿Qué hacer con este ignorante, corrupto e incompetente que destruyó la economía de uno de los países más grandes y ricos de América, que saqueó sus riquezas y dejó en la miseria, la oscuridad y el hambre a todo un país?

¿Qué hacer con este mentiroso, paranoico que miente sin límite ni vergüenza, que es capaz de acusar de su caos y los constantes apagones a otros gobiernos y a la oposición, y al día siguiente decretar racionamiento de energía porque el problema es, que por su corrupción y deficiente gestión dejó al país sin un programa de mantenimiento?

¿Qué hacer con este inconsecuente que odia a los Estados Unidos, pero que durante 20 años consecutivos ha demostrado su incapacidad de sobrevivir sin su apoyo?

¿Qué hacer con este idiota que entregó el manejo del país a la fracasada y parasita dictadura castrista?

¿Qué hacer con este chavismo mal parido. Preñado por una clase política vengativa,  que padeció dictaduras y hoy parece que se regocija con el dolor de los demás,  que insiste en un modelo de sociedad que ha fracasado por culpa de su inconsecuencia, corrupción y abuso del poder?
...
¿Por qué tanta lentitud para sacar al criminal que se encuentra atrincherado, que cada día que pasa aumenta su fuerza con mentiras y concentra mayor número de criminales, terroristas, dictaduras y regímenes corruptos a su favor?

¿Por qué resulta tan difícil que América le devuelva la mano a los venezolanos y ayude a la independencia al pueblo que hace doscientos años nos sacó de la esclavitud y nos regalo la libertad?