domingo, 28 de abril de 2019

Líderes Descomunales


En el Consejo General de Evópoli, que se realizó el fin de semana, tuve la oportunidad de participar al final de del evento en un taller en que los asistentes debíamos identificar las cualidades de un gran líder, un líder descomunal. Teniendo en cuent,a la calidad humana de los asistentes y su rol dentro del partido, me pareció el lugar más adecuado para recoger las mejores ideas para definir y acercarnos a dicho perfil.

Las tres comisiones en las cuales se dividió la asistencia llegaron a la plenaria con un listado de valores y cualidades que debe tener un líder, las mismas que cada uno declaró tener y que, entre sí, tenían muchas coincidencias.

Creo, sin lugar a equivocarme, que todos las cualidades o valores declarados son importantes y necesarios y por ello, no deberían obviarse por los actuales y potenciales dirigentes sociales y líderes comunitarios. Mucho menos, por quienes aspiren a ocupar cargos de representación en centros de decisión política a nivel comunal o regional.

Ahora bien, debemos comprender que un líder no se hace de la noche a la mañana y menos a través de una declaración de principios y valores en los que cree, porque es mediante el trabajo permanente y la práctica constante de aquellos valores que lo podemos lograr, hasta que fluyan o emerjan de manera espontánea y natural de nuestro ser y de nuestro actuar. Siendo el mejor indicador de nuestro progreso el reconocimiento espontáneo que nos hacen quienes nos rodean.

Creo también importante decir, que el liderazgo no es una meta a la cual se llega para levantar un trofeo o un título que se adquiere en un centro de formación superior. No es un destino, sino un camino que construimos y entre más temprano mejor, y que solamente dejamos de recorrer cuando nos despedimos de este mundo.

Para cerrar esta introducción les diré, que tengo dos noticias: una buena y otra mala. La mala es que, es prácticamente imposible alcanzar la perfección para ser un gran líder. Son muchas las cualidades que debe tener. La buena es, que es posible lograrlo en corto tiempo, si se trabaja en equipo, complementando los talentos y cualidades que cada uno tiene.

Dicho lo anterior y reconociendo con humildad mis debilidades y carencias y el corto camino recorrido hacia el liderazgo, deseo compartir una reflexión, específicamente sobre tres valores, que por supuesto también fueron declarados por las comisiones: Lealtad, Honestidad y Solidaridad.

Estos tres valores tienen en común que, al tenerse como practica de vida, potencian la condición de las personas, especialmente de los líderes y que cuando no se practican o se violan, pueden hacer grave daño a quienes nos rodean y a las propias instituciones. En este caso a nuestro partido y al entorno de militantes y simpatizantes. Justamente, es por la pérdida de estos valores que vivimos en un mundo, en una sociedad y en un país con creciente perdida de la credibilidad en las personas y en las instituciones, y en un permanente conflicto.

Que estos valores hayan salido de las voces del encuentro y no de un documento, auguran un buen futuro para nuestro partido y para nuestra convivencia. Sólo resta perseverar en su práctica y hacer de ella un comportamiento natural, hasta ser paradigma y referente para otras instituciones y movimientos.

Perseverar en la defensa de los principios y valores de Evópoli y hablar de ellos, de su importancia y conveniencia para una sana convivencia social y próspera economía. Esto es lealtad.

Perseverar en la lucha contra la corrupción y el uso indebido de los recursos del Estado, que son generados y aportados por la sociedad. Esto es honestidad.

Perseverar en una gestión de las instituciones públicas y privadas, sin abuso del poder y con servicios oportunos y de calidad. Esto es solidaridad.  

Una Ciudad Justa, una sociedad justa, no es solamente territorio y personas, son también las acciones y las buenas prácticas que realizan día a día los dirigentes y líderes que la sustentan. Aspiraciones y sueños de excelentes líderes, líderes descomunales, que jamás debemos dejar solos. RDS

Rubén D Solano S
Militante de Evópoli

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