viernes, 5 de marzo de 2010

¡AYUDEMOS A AYUDAR!

Desde el mismo día de la catástrofe, el sábado 27 de febrero, he sido testigo del caudaloso río de ayudas que se ha formado por la acción voluntaria de las personas que no han parado de recoger dinero, ropa y alimentos, para llevarlas a los damnificados de una u otra zona de desastre. Me he llegado a conmover hasta las lágrimas ser testigo de la fuerza de este río de ayudas, que comenzó con una pequeña gota proveniente de algún remoto rincón de éste maravilloso país y que cayó a este inmenso desierto hoy sediento de amor y comprensión.

Sin embargo, desde que comenzó a formarse este inmenso río, me están preocupando algunas cosas:

1.- Saber si las ayudas están llegando a todas las comunas y personas que realmente las necesitan.

2.- Si es posible garantizar el flujo de ayudas a las personas, de manera estable y durante todo el tiempo que dure la recuperación o reestablecimiento de las mismas.

ORDENAR LAS AYUDAS

Personalmente no veo una estructura lógica, ordenada, ni coordinada, en la forma como se están realizando y entregando las ayudas.

Existe un afán si, para mi gusto inexplicable, de muchos donantes de querer hacer entrega personal a los damnificados de los artículos y elementos recolectados.

He conocido casos de personas que han llenado su vehículo personal con alimentos y se han ido a una de las zonas de desastre para repartirlos personalmente entre los habitantes. Durante su permanencia en la zona de desastre han tenido que hacer uso de los mismos recursos o han tenido que canjearlos con otros donantes para poder “sobrevivir” mientras están en tan noble misión, porque en estas zonas no hay restaurantes, ni almacenes donde comprar alimentos. Lo peor, es que tampoco hay servicios públicos y tienen que hacer uso de los mismos servicios que se han improvisado para los damnificados. Yo me pregunto, si estos buenos ciudadanos están realmente contribuyendo a solucionar los problemas.

Hay otras personas que en un acto más inexplicable, llevan cámaras de fotografía y video grabadoras, para registrar sus conductas solidarias y de paso llevar un recuerdo del desastre con los rostros demacrados y angustiados de los damnificados.

Creo que éste tipo de voluntariado sólo contribuye a concentrar las ayudas en manos de unos pocos, dejando la inmensa mayoría de damnificados fuera del alcance de las mismas. Adicionalmente, generan congestión en las vías con sus vehículos y dentro de las mismas comunidades obstaculizan la labor de las brigadas de auxilio y de emergencia.

Me pregunto, por qué no utilizan las instituciones solidarias que hay en el país, el Hogar de Cristo, un Techo para Chile, la Cruz Roja, Caritas, La Teletón … y otras tantas instituciones, que con tanto esfuerzo y años de trabajo tienen establecida una red solidaria a nivel nacional, con instalaciones, personal voluntario profesional y una amplia experiencia en el manejo y distribución equitativa de las ayudas nacionales e internacionales entre quienes los necesitan. Por su experiencia, ya deben tener un catastro de todas las comunidades afectadas y de sus principales necesidades.

ORDENAR LOS VOLUNTARIOS

También observo con preocupación el desplazamiento de personas voluntarias de manera autónoma o independiente. Desde luego que también es una actitud muy noble y altruista, pero mejor sería inscribirse previamente o antes de partir, en una organización social para que sea asignado a un lugar donde pueda prestar un servicio realmente importante y necesario. De lo contrario, es muy fácil caer en el efecto “pelotón” en donde hay mucha gente dispuesta a ofrecer una ayuda, pero no tienen nada que hacer. Salvo obstaculizar el trabajo de otros o vagar por las calles…

En una de las tragedias en la que he sido voluntario, me tocó ver a 20 personas levantar la puerta de madera de una casa. En circunstancias que con 2 hubiera sido suficiente. Una abuela me decía que estaba muy cansada, porque los voluntarios la tenían agobiada dándole cosas y preguntándole por su estado. -“¡todos vienen a preguntar lo mismo, como si yo fuera la única necesitada!”, me decía.

Hagamos “la corta”, utilicemos las redes de asistencia social y dejemos que ellos ordenen el trabajo y las ayudas. La solidaridad no es para mostrar, es para demostrar. La solidaridad es como el amor, para que sea real ¡hay que sentirlo!

Lo que importa es que las personas damnificadas reciban las ayudas de manera oportuna y sientan la tranquilidad que esta ayuda se podrá sostener todo el tiempo que sea necesario.

AYUDAR HASTA QUE NOS DUELA

Finalmente, quiero interpretar el mensaje de San Alberto Hurtado, cuando dijo que “debemos dar hasta que duela”, porque la ayuda tiene que ser con artículos y elementos que se necesitan, y no tiene nada que ver, con entregar las cosas que ya no necesitamos en la casa. Hay personas que mal interpretan el sentido de la solidaridad cuando aprovechan estas oportunidades para sacar del cuarto de San Alejo todo “el cachureo”.

Lo mejor es estar atentos a lo que piden las organizaciones sociales como el Hogar de Cristo, un Techo para Chile, La Cruz Roja, Caritas, la Teletón… Inclusive, ellas mismas se organizan y “especializan” por artículos o elementos. Una se hace cargo de los medicamentos, otra de los alimentos, otra de la ropa, etc. Así es mucho más fácil y ahorra tiempo en clasificación de productos y entregas demoradas.

CAMPAÑA "CHILE AYUDA ACHILE", UN EJEMPLO A IMITAR

Lo mejor, para mi gusto, es dar dinero, porque de esta manera las organizaciones pueden comprar al por mayor lo que realmente se necesita. La Campaña, “Chile Ayuda a Chile” es un evento que convocan todos los medios de televisión, en coordinación con organizaciones solidarias como un Techo para Chile y el Hogar de Chile, en el que dos entidades bancarias se comprometen con sus trabajadores para tener sus oficinas abiertas durante 24 horas continuas y en que los recursos recaudados tienen un claro propósito que puede ser medible y evaludo en el tiempo, tiene sentido y debe ser imitado.

Por eso, estas 24 horas de la Campaña, “Chile Ayuda a Chile” debemos ponernos con “lukitas” hasta que nos duela!

Con mi esposa hemos decidido reducir durante éste año, las salidas al cine, a almorzar fuera de la ciudad y consumir algunas de nuestras bebidas preferidas… Esto si que me va a doler!!

FUERZA CHILE!!!!!!

miércoles, 3 de marzo de 2010

¡SIEMPRE HAY QUE ESTAR ALERTA!


El fuerte terremoto que padeció nuestro país, el pasado sábado 27 de febrero ha dejado al descubierto las debilidades de nuestros planes y sistemas de seguridad y emergencia.

Se que para muchos de los lectores es prematuro escribir sobre estos temas, pero quiero hacerlo ahora porque no sabemos que tan lejos o que tan cerca estamos de volver a vivir una nueva experiencia como la ya vivida.

Además, sólo quiero atacar los puntos que considero vitales de tener en cuenta al momento de suceder una tragedia colectiva de cualquier tipo y magnitud.

ACTUAR, NO PENSAR

Es un hecho que en momentos de tragedia, la probabilidad de que la mente del ser humano se bloque es muy alta. Recordemos las imágenes sobre la reacción del Ex Presidente de USA, George W. Bush, cuando los terroristas atacaron las Torres Gemelas de N.Y… Sólo se reacciona por instinto y es justamente el instinto de conservación el único que puede explicar muchas de nuestras conductas.

Si antes de que ocurran las tragedias, pensamos en cuales deben ser las acciones, medidas y comportamientos que debemos asumir en determinadas circunstancias o escenarios que nos encontremos, seguramente que el instinto buscará en nuestro cerebro esas conductas y nos hará actuar de una forma que parecerá más racional. Recordemos que en esos momentos no hay mucho tiempo para pensar. El sábado, sólo fueron 180 segundos y todo se vino abajo!

PRESENCIA DE LA AUTORIDAD

La sensatez, la cordura y el buen criterio, no son conductas que nacen con las personas. Tampoco son conductas que les interese tener a muchas otras. Estas se adquieren en el seno del hogar o en medio de un ambiente escolar y social proclive a ellas. No seamos ingenuos, no le pidamos peras al olmo!

El miedo, el instinto de conservación, el egoísmo, la brutalidad y el instinto criminal, generalmente son los que se apoderan de las personas más vulnerables e ignorantes en los momentos de una tragedia. Tristemente, no son pocos y por esta razón en las catástrofes se convierten en bandas, hordas o masa, que se mueven sin líderes y sin motivos. Estas personas no razonan, no aceptan instrucciones. Sólo se pueden aplacar con gestos u órdenes dadas por personas que demuestren ser más fuertes que ellos.

Cuando las comunidades pudieron levantarse del primer impacto del terremoto y se ordenaron, o cuando llegaron las fuerzas militares, el caos social terminó.

Por eso la presencia de las fuerzas del orden desde el mismo instante de la emergencia o de la tragedia es fundamental. Aquí es mejor pecar por exceso que por defecto, porque nunca se sabe en los primeros minutos, cuál es la gravedad ni la magnitud de lo que esta ocurriendo.

Teniendo en cuenta que existen muchos lugares del país donde no será rápida la presencia de las fuerzas militares, conviene a la población prepararse y tener sus propias Brigadas de Seguridad para reaccionar de manera inmediata cuando vea amenazada su integridad personal o patrimonial.

CAPACITAR, SIMULAR, PRACTICAR,…

Con la familia, con los amigos, con los compañeros de trabajo, cuando haya la ocasión debemos hablar sobre las medidas de seguridad y el comportamiento que deberíamos tener en caso de una tragedia. Nunca esta demás, ponernos en situaciones difíciles y conocer las experiencias que ayudaron a sobrevivir a otros.

La ONEMI y las demás instituciones públicas y privadas encargadas o preocupadas de estos temas de emergencias y catástrofes juegan un rol muy importante, instruyendo, capacitando y educando la población. La revisión permanente de los planes de emergencia y su divulgación por todos los medios, así como la realización de simulaciones de catástrofes con la participación de la misma comunidad es fundamental. Los pobladores de la Isla de Juan Fernández, deben sus vidas a una acción y a un comportamiento previamente acordado: “Cuando suene el gong. ¡Todos al cerro!”

CONTROLAR LA ANGUSTIA Y LA DESESPERACIÓN

Es la tarea más importante que debemos y podemos cumplir todas las personas desde el mismo momento de la tragedia y desde cualquier sitio y posición. Llevar tranquilidad a los damnificados, hacerlos sentir acompañados, estar con ellos en cuerpo, mente y alma. Acompañar a los familiares y amigos para que nadie se sienta sólo en esos momentos, son acciones que no cuestan nada, pero en cambio si renuevan el espíritu luchador del que está caído. Levantar una bandera golpeada por la catástrofe en medio de los escombros, dio más ganas de vivir y salir adelante en esos momentos que cualquier otro tipo de ayuda!

La labor de los Radio Aficionados, las Redes Sociales, los Medios de Comunicación y tantas personas inscribiéndose en uno u otro voluntariado, renuevan la fe y le dan mucha esperanza a quienes más lo necesitan. Fue genial la idea de un miembro de Facebook, cuando recomendó liberar las claves de acceso a Internet en las zonas de desastre.

REACCIONAR A TIEMPO

Sin embargo, hay elementos que son básicos y necesarios en todas las catástrofes y que inexplicablemente siempre se demoran para llegar. Me refiero por ejemplo, al agua, la leche, los pañales para adultos mayores y niños… La ONEMI los conoce muy bien, e inclusive tiene una lista de ellos, a la cual se puede acceder vía Internet.

Pero, los productos no llegan a tiempo, nunca están disponibles. Esto tiene que cambiar y se me ocurre que existe una manera muy fácil para que así sea: Estos productos deberían ser entregados en consignación o depósito a la ONEMI por parte de los proveedores y/o supermercados cercanos a las zonas de desastre para que disponga de ellos. Tengan la seguridad que no nos va a faltar dinero con que pagar las cuentas!

El traslado de los productos a las zonas de desastre puede resultar un poco más complicado y demorado, pero no tanto como ha resultado en esta oportunidad. La ONEMI debería poder contar con los helicópteros, avionetas, vehículos y naves, de propiedad pública o privada para hacerlos llegar. Tampoco faltará dinero para pagarles los servicios de transporte a quienes no los puedan ofrecer desinteresadamente.

Finalmente, estoy convencido que la solidaridad y la cooperación humana son mucho más grandes y fuertes a nivel mundial de lo que nos podemos imaginar. Así mismo, estoy convencido que tenemos la imaginación, el talento y los recursos suficientes para estructurar sofisticados Planes de Emergencia para enfrentar cualquier tipo de tragedia o desastre.

CAPACIDAD DE GESTIÓN

En donde estamos muy débiles, casi en pañales, es en nuestra CAPACIDAD DE REACCIÓN Y GESTIÓN. No sabemos ordenar las prioridades, ni manejar los recursos que se disponen en un momento determinado. No sabemos distribuirlos. Con nuestros sistemas, estamos dejando mucha gente fuera del alcance de las ayudas y estamos estimulando el oportunismo, el acaparamiento, la especulación y la rapiña de algunos...

Hay muchas lecciones que debemos aprender de esta tragedia y a mi me gustaría enriquecer estas ideas con todos los que quieran, con el fin de hacer más dignas y llevaderas la enorme carga emocional y sensación de vacío e impotencia, que deja en nosotros este tipo de tragedias. AQSA

lunes, 1 de marzo de 2010

Chile no esta preparada para enfrentar una catástrofe!


Con mucha responsabilidad he llegado a esta conclusión después de vivir lo ocurrido durante el terremoto.

El pillaje, el acaparamiento, la especulación, el saqueo, la sensación de soledad de la gente, las filas en estaciones de servicio y supermercados ubicados en zonas distantes de las zonas de catástrofe, son algunas de las pruebas de tal afirmación.

Seamos sinceros, la zona del epicentro no cubre más del 10% de la población del país y gracias a Dios no fue en la Región Metropolitana, donde esta el gobierno central, porque de haber sido así, estaríamos viviendo un caos provocado por el mal comportamiento de la población, de consecuencias que no quiero ni imaginar.

Medidas elementales que se toman de manera automática cuando ocurren tragedias no se tomaron o no se vieron parte alguna. Por ejemplo:

- La zona del epicentro debe ser protegida por las fuerzas militares de manera inmediata.
- Se deben demarcar con claridad los perímetros de seguridad y regular sus accesos: Zona(s) de desastre, donde sólo acceden las brigadas de rescate. Zona(s) de damnificados donde se concentran los damnificados para recibir las ayudas. Zonas de recepción de ayudas e información... A estas zonas sólo debe entrar el personal acreditado por los organismos de emergencia.

Existen otros operativos que deben ponerse en marcha como consecuencia de un plan de emergencia previamente elaborado:

- A nivel Nacional se deben congelar los precios de los artículos de primera necesidad.
- Los proveedores de productos de primera necesidad deben poner a disposición de la autoridad central las existencias en bodega de sus productos y reforzar su producción. Todo por cuenta de los fondos de emergencia.

No quiero extenderme, pero hay recomendaciones hasta para el rol que deben jugar los medios de comunicación durante el periodo de emergencia. Las medidas que se deben tomar contra los acaparadores y especuladores. La lista de productos que deben entregarse a los damnificados de manera inmediata. La facultad que debe tener el gobierno para "confiscar" (contratar) todos los bienes y recursos que se necesiten para enfrentar la tragedia....

No tengo dudas que saldremos adelante, pero gracias a la fuerza y capacidad de trabajo de personas e instituciones responsables y solidarias y no por la acción coordinada y oportuna de un gobierno que tiene que demostrar que esta preparado para enfrentar una catástrofe.