Siempre he creído que Chile estuvo muy cerca de un Golpe de Estado en aquellos aciagos días del octubre prepandémico. Claro que nunca creí que fuera por acción o con intervención de las FF.AA., las cuales ya no actúan, sino que "facturan". Aprendieron la lección y a todos los uniformados les "repite" el sabor amargo del "Pago de Chile", no por los violadores de los derechos humanos, sino por la persecusión y el desprestigio causado a las instituciones y el nulo reconocimiento al hecho que su intervención, fue presionada por la insistente petición de una parte importante de la ciudadanía...
Pero, no se me había ocurrido el término "Golpe de Estado No Tradicional", el que me parece muy acertado, porque el Golpe le hubiera llegado a Sebastián Piñera directamente del pueblo, cansado de tantas décadas de promesas incumplidas. Creo que la turba, esa de la "Primera Línea", lo habría linchado sin escrúpulo alguno.
Era la oportunidad de sacar de la escena al "niño" precoz y símbolo de la infiltración del empresariado capitalista en la política chilena. Los ricos están para financiar y mover los "hilos" del Estado tras bambalinas, no para estar en el escenario haciendo de "marionetas", para eso está la "honorable" clase política, que considera esta infiltración una aberración que no tiene matices, igual que Piñera, que tampoco los inspira, a él se le quiere o se le odia y entre los muchos que dicen quererle, se les nota más la "envidia-de-la-buena" que sienten.
Este "Golpe de Estado No tradicional", también hubiera tenido cómplices pasivos: Los oportunistas e hipócritas de siempre. "Típico chileno".
¿Quieren pruebas? Es tan insulso, como pedirle pruebas a Gabriel Boric de la inocencia y méritos de los "niños" que hoy reciben una Pensión Vitalicia por vandalizar, saquear y destruir la ciudad... Nadie dirá, que el mérito, tal vez haya sido haber estado cerca de aquel histórico "Golpe de Estado No Tradicional". -Rubén Solano
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