Aunque nadie ha pedido mi opinión en política, siempre considero importante expresarla, sobre todo cuando se trata de impulsar el modelo de sociedad que deseo para mí, para mi familia y para la gente que quiero. Es un derecho que siempre he estado dispuesto a ejercer, sin previo anuncio, ni permiso.
Creo que todos los ciudadanos debemos hacer visible nuestra visión de país, de manera respetuosa y pacífica, para lograr el mayor número de adherentes capaces de influir en la voluntad de los gobernantes de turno. Esa es la finalidad de un proceso electoral en una sociedad democrática: que las personas con su voto digan lo que quieren para ellos y para las futuras generaciones. Se trata de nuestro futuro y el de las personas que amamos.
El derecho a elegir es de la esencia de los seres humanos. Sin embargo, no pudiendo o no deseando cambiar de lugar o de sociedad, cuando ésta no responde a nuestros sueños, debemos estar dispuestos a respetar la voluntad de las mayorías. Al fin y al cabo vivimos en un espacio y tiempo que dejó atrás la confrontación tribal o bélica, porque aprendió a comunicarse y a entender el legítimo derecho de vivir en paz de todos los seres humanos.
Por lo anteriormente expuesto, creo que la primera defensa que debemos hacer los miembros de una sociedad, es al derecho a expresarnos y de exigir ser escuchados por quienes nos gobiernan o pretenden hacerlo.
Los programas de gobierno presentados por los candidatos a la presidencia o al congreso, tienen el sentido de representar los ideales de sociedad de una parte de los ciudadanos, que a su vez, ansiamos que sean votados por una mayoría suficiente para llegar a los centros de decisión del país.
Las minorías no representadas deben o debemos, continuar trabajando con los dirigentes en campañas y estrategias que reviertan favorablemente las elecciones en la próxima oportunidad...
Pero, ¿qué hacer cuando las necesidades de una parte de la sociedad son tan grandes, que forman un abismo con el resto?...y cuando la sensación de bienestar de la mayoría, hacen imposible la superación de la pobreza de la minoría y su acceso al poder?...que tensan las relaciones y hacen difícil, casi imposible la convivencia pacífica?...
Aquí, es donde creo que corresponde hacer un NUEVO PACTO SOCIAL, que es algo más profundo y serio que una NUEVA CONSTITUCIÓN o que un simple cambio de gobierno. Un Pacto Social, es la expresión sincera de la voluntad de quienes tienen el poder, para realizar los cambios que se necesitan en la sociedad, y solucionar sin trabas ni egoísmo los principales problemas.
Un Pacto Social implica el acuerdo de todas las tendencias políticas de trabajar en la misma dirección hasta solucionar los problemas identificados, bajo una misma estrategia y durante un tiempo determinado. Sin importar quienes gobiernen entre medio, durante el tiempo pactado.
Un Pacto Social demuestra la madurez de una sociedad, abre espacios de participación ciudadana y contribuye a recuperar la confianza y la credibilidad de sus dirigentes. Ejemplos de pactos sociales, son los realizados en los países de Europa Occidental en la década de los noventa para introducir el euro como moneda única. También los realizados posteriormente en los países de Europa Oriental para ingresar a la Eurozona.
Un Pacto Social implica el acuerdo de todas las tendencias políticas de trabajar en la misma dirección hasta solucionar los problemas identificados, bajo una misma estrategia y durante un tiempo determinado. Sin importar quienes gobiernen entre medio, durante el tiempo pactado.
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