martes, 9 de octubre de 2018

Elecciones en Brasil y el Duro Golpe a la Corrupción y al Abuso del Poder en América Latina

De ninguna manera considero a Jair Bolsonaro la mejor opción para la presidencia de Brasil. Pero, sí creo que los brasileros, al igual que los ciudadanos de otros países de América, están votando por la opción menos mala. Se está haciendo costumbre votar no  a favor de un programa o de un candidato, sino contra un candidato que la ciudadanía considera nefasto para el país. Es contra la corrupción, el abuso del poder, la injusticia social y la incompetencia. Las plagas de la humanidad. Los únicos, transversales y grandes enemigos que hoy tiene Latinoamérica.

Mi punto de vista es que por siglos muchos países han estado a merced de los ganadores de una permanente lucha por el poder que se disputan fuerzas políticas con una estrategia de campaña populista, que promete combatir esas plagas y solucionar todos los problemas. Pero, al final de cada gobierno el balance sigue siendo pobre o insuficiente. Es poco lo que se avanza. Las promesas de campaña quedan en nada y el resultado al final deja al descubierto el objetivo real: el Estado como botín a repartir entre los más leales... 

Adicionalmente, observo con preocupación que algunas fuerzas políticas autodenominadas o reconocidas como de izquierda o progresistas en Latinoamérica, que finalmente y después de una larga lucha han llegado al poder por la vía democrática y enarbolando las banderas contra la corrupción, el abuso del poder, la injusticia social y la incompetencia, han demostrado ser más corruptos, abusadores y peores gobernantes que quienes han sucedido en el poder. Más grave aún, han empeorado la situación económica de los países que mal-gobiernan, han profundizado las diferencias sociales, han llevado la población al límite de la guerra civil y han provocado una crisis humanitaria en la región; y no pocos lideres han logrado su permanencia en el poder con practicas antidemocráticas, dictatoriales y genocidas...

Está claro, que en estos casos habiendo sido peor el remedio que la enfermedad, la ciudadanía ha venido castigando a las izquierdas progresistas, como en Argentina, Perú, Colombia, Ecuador, Chile y ahora en Brasil. Se sostienen todavía en el poder los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, no por democráticos y prósperos, sino porque los mal-gobernantes de esos países secuestraron la democracia, exterminaron la oposición y obligaron al exilio a una inmensa parte de la población... Ahora, estamos pendientes de la segunda vuelta en Brasil, la que creo perderá la izquierda y en Bolivia creo que también caerá el corrupto y mentiroso de Evo Morales...

Pero, no debemos conformarnos y menos alegrarnos por estos cambios en el poder que en algunos países pueden significar la alternancia de ideologías extremas y la continuación de la corrupción y el abuso del poder. Por todo ello, confío en que más temprano que tarde, todos los ciudadanos sensatos emprendamos el camino para el ejercicio de una democracia más consciente e inteligente, en donde sin renunciar a nuestras creencias políticas, económicas, ni religiosas, nos unamos en una cruzada contra la corrupción, el abuso del poder, la injusticia social y la incompetencia. Proponiendo y exigiendo la candidatura de los mejores, para que lleguen al poder los más honestos y competentes. 

Debemos trascender como sociedad y salir de la era de "piedra y el garrote", haciendo uso de manera inteligente de las conquistas democráticas y de los Instrumentos de Participación Ciudadana.

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