El dictador corrupto de Nicolás Maduro,
pretende hacer creer al mundo que el atentado con los drones es una
conspiración de los Estados Unidos y de Colombia. Lo que no quiere entender el
genocida incompetente es, que estos países no están interesados en darle otro
falso mártir al chavismo y mucho menos, aumentar el caos en un país desolado,
hambriento y humillado por un régimen inútil y nefasto…
Desde luego, que deben existir muchas
personas que quisieran asesinar al dictador criminal. Pero, son intentos
aislados, personas desesperadas, “lobos solitarios”. No cabe duda que Venezuela
y el mundo estarían mucho mejor sin personajes tan ambiciosos, prepotentes e
ignorantes al frente de los destinos de los países. Pero, de ahí a promover el
asesinato de Nicolás Maduro, hay un abismo de aquí a la eternidad.
Maduro, solo hace daño a los venezolanos
y cree disfrutar de un país encantador, pero triste y desolado. Atrincherado y
acobardado por el miedo, más temprano que tarde su pequeño y pobre imperio, se
vendrá abajo. Mientras tanto, el resto del mundo, especialmente los países
latinoamericanos, están felices de recibir los inversionistas y creativos
empresarios venezolanos, su mano de obra profesional y calificada… De color
blanco y de buena facha. Música para los oídos de un continente racista y
explotador.
Después de 20 años de Estado fallido en
Venezuela, de destrucción total de la economía y polarización de la población,
provocado por un régimen corrupto, incompetente, mentiroso, populista y
manipulador, intervenido únicamente por otras dictaduras y economías nefastas,
oportunistas y limosneras como la castrista. Apoyado por la izquierda del Foro
de Sao Pablo, la misma que apoya los gobiernos corruptos de Lula y Dilma en
Brasil, los Kirchner en Argentina, Correa en Ecuador, en Bolivia a un Evo
que se resiste a abandonar el poder y que construye un costoso y escandaloso
palacio presidencial, y a los narcoterroristas de las FARC-ELN en
Colombia, y al asesino de Ortega en Nicaragua, lo único que se espera es
la caída por inercia del dictador. Que no será provocada por el pueblo
venezolano, porque no tiene vocación guerrillera, ni la sangre de los próceres
que en otro tiempo le dieron la libertad a prácticamente todo un continente.
Esa gente ya no existe, porque hoy la lucha no es por la alternancia en el
poder para solucionar los problemas sociales y construir países justos y
desarrollados, sino por la alternancia de la corrupción y el saqueo del Estado.
La oposición venezolana, igual de corrupta y abusadora, pero más eficiente que
el chavismo, todavía no se pone de acuerdo en cómo se van a repartir el país
cuando caiga de podrido el maduro.
...Al igual que muchas personas he sido
un crítico de todos los gobiernos en América Latina, porque no creo que desde
el fin de la colonización en el siglo XIX haya habido un gobierno modelo,
preocupado realmente de la solución de los problemas sociales, que no haya
abuso del poder y que sus representantes no se hayan tentado por la corrupción.
No han traído soluciones estables ni duraderas. Sólo "pan para hoy y
hambre para mañana". El desprestigio de la clase política, la pérdida de
confianza por parte de la ciudadanía y la creciente abstención electoral son un
claro reflejo de este desencanto ciudadano que es transversal a países,
ideologías y tendencias. Sin embargo, estas negatividades no desalientan mi
gusto por opinar de la política, la cual considero no sólo un mal necesario,
por la importancia de tener que contar con un estado de derecho que regule la
difícil convivencia humana, sino porque creo que de sus decisiones y
actuaciones depende el presente y el futuro nuestro y de las personas que
amamos.
Con la indiferencia y el alejamiento de
la política por parte de los ciudadanos, solamente se contribuye a que personas
incompetentes, ambiciosas e inescrupulosas lleguen a los centros de decisión
del país, sean concejos municipales, regionales, cámara de diputados o senado.
La heterogeneidad de personas en estos centros no es en sí mismo un problema,
si estos representan causas y mayorías importantes. Donde el problema se
presenta con la elección es con los alcaldes, intendentes, gobernantes y por
supuesto del presidente, porque una baja votación les quita autoridad y
representación, con lo cual sus decisiones siempre serán cuestionadas. Una
votación sin responsabilidad por parte de los electores hace que lleguen al
poder personas incompetentes, fácilmente manipulables, las cuales pueden llevar
una sociedad o un país al desastre.
La izquierda venezolana ganó las
elecciones democráticamente en 1999 con el voto popular de las mayorías. Ha
sido gobernada 14 años por Hugo Chávez y 6 años por Nicolás Maduro, después de
haber sido ungido por aquel. El balance de estas dos décadas de régimen de
izquierda en Venezuela es desastroso e injustificable. En este período de
tiempo la izquierda chavista destruyó la economía de uno de los países más
ricos de América. Corrompió todas las instituciones del Estado comenzando por
las Fuerzas Armadas y de Policía. Eliminó la oposición enviando a la cárcel a
sus dirigentes, obligándolos al exilio o asesinándolos. Dividió las familias y
polarizó y radicalizó la opinión pública nacional e internacional. Expropió y
cerró las empresas productivas, saturó de mano obra innecesaria las empresas
públicas hasta asfixiarlas. Acalló los medios de comunicación. Generó la mayor
oleada de desplazados y emigrantes de la historia de Latinoamérica. Acabó con
las reservas internacionales del país y la inflación sobrepasó el millón por
ciento. El pueblo se muere por falta de atención médica, medicinas
y alimentos. La violencia se tomó las calles y la rapiña se transformó en la
única manera de sobrevivir. La corrupción de la izquierda venezolana ha llegado
al extremo de desaparecer la ayuda internacional de países como China y Rusia y
ni los fondos de pensiones han escapado a la voracidad de los corruptos, como
tampoco lo ha sido la participación en el negocio del narcotráfico... Todo lo
que llega a Venezuela lo desaparecen los corruptos del régimen…
Lo anterior y mucho más, en menos de 20
años, porque del desastre ya llevamos recibiendo noticias hace varios años.
Esto es muy grave, porque antes de que la izquierda llegara al poder en
Venezuela, pasaron casi 200 años de regímenes liberales y conservadores y ni de
sus peores momentos se conoce un desastre tan lamentable y vergonzoso. Es más,
con todo lo que tenemos que lamentar y cuestionar de los casi 4 siglos de
sometimiento a la colonización española, no se conoce un régimen tan desastroso
y nefasto como el de la izquierda venezolana. Sin embargo, de manera increíble,
este desastre del modelo socialista venezolano, todavía mantiene defensores en
la izquierda latinoamericana, que han llegado al colmo de lo obsceno y
recalcitrante, porque hay quienes insisten en desconocer el fracaso y solo
hablan de un proceso revolucionario en donde todo lo que ocurre es normal.
Como sociedad debemos aferrarnos a una
Participación Ciudadana Inteligente e Inclusiva, para cerrarle la puerta a
estos regímenes corruptos, populistas y nefastos de izquierda o de derecha
y exigir a los gobiernos de turno soluciones reales y duraderas a los
problemas sociales.
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