Los pasados resultados de las primarias realizadas en Chile, tanto por los Partidos Políticos de Izquierda como de Derecha, confirmaron dos cosas: a) la indiferencia de la ciudadanía en estas convocatorias y, b) el poco interés de la clase política en promover esta estrategia de participación ciudadana para filtrar los candidatos previo a las elecciones en cargos públicos.
Los datos hablan por sí mismo: Sólo un total de 299.966 votantes de un potencial de 4.844.660, es un 6.2%. Nada significativo para un proceso que demanda mucho trabajo y que representa un elevado costo para el presupuesto de la nación. Sin embargo, es un resultado que favorece a la clase política que no es proclive a la Participación Ciudadana, porque a mayor abstención o indiferencia más posibilidad tienen de llegar al poder los "outsiders". Este comportamiento cada vez más generalizado aumenta la desconfianza ciudadana en la política y confirma la crisis de la Democracia Representativa.
Quienes creemos en la Democracia Participativa, más que en la Democracia Representativa, sabemos que las primarias o elecciones internas que promueven los Partidos Políticos y las alianzas entre ellos, es una oportunidad que los ciudadanos debemos aprovechar para que el abanico final de candidatos que estarán en la papeleta aspirando a los cargos públicos de elección popular, esté conformado por las mejores personas. Pero para ello, es importante una participación más consciente y numerosa de ciudadanos en estas convocatorias.
En Chile, los ciudadanos elegimos un Presidente para el país, un gobernador para cada región y un alcalde para cada municipalidad. Estos cargos al menos, deberían pasar por el filtro de las primarias, no así los cargos para senador, diputado, concejal y CORE, que por ser órganos colectivos es más complejo someterlos a este sistema, aunque no por ello, los ciudadanos deberíamos abstraernos de exigir a los Partidos Políticos que filtren al máximo los candidatos para estos órganos, para que también propongan los mejores.
La Participación Ciudadana para la gestión y la fiscalización pública, es un derecho ganado en democracia que toda persona debe valorar y ejercer con responsabilidad y entusiasmo, porque de una buena elección depende el presente y el futuro de nosotros y de las personas que amamos. Por el contrario, ha sido nuestra indiferencia y abstención, la causa principal de los graves problemas que hoy nos agobian, al permitir que quienes nos gobiernan nos provoquen decepción y vergüenza, más que gratitud y orgullo en lo que hacen.
No deberíamos olvidar, que quienes nos gobiernan (Presidente, gobernadores, alcaldes, senadores, diputados, concejales y CORES), junto al poder judicial (que necesita una revisión en su nombramiento, para poner fin al grosero tráfico de influencias en este poder del Estado), son los responsables de la solución de los graves problemas que a diario vivimos y del crecimiento y desarrollo del país, que son necesarios para vivir mejor. Lamentablemente, esto no será posible mientras el país, las regiones y las comunas estén en manos de gobernantes mediocres, abusadores del poder y corruptos, como lo son la inmensa mayoría de quienes hoy dicen representarnos.
Más de $90 mil millones de pesos descubiertos en el reciente desfalco al Estado por las Fundaciones, no es el techo de uno de los cientos de miles de robos al pueblo, es tan sólo la "punta del iceberg", que nos dice que estos desfalcos son infinitamente mayores. Si el Estado además, no puede recuperar el producto de lo robado al término de cada juicio, es la confirmación de la mediocridad de las instituciones del Estado y/o de la vulgar complicidad que hay a su interior.
Por una Participación Ciudadana más Inteligente, más Inclusiva y más y mejor informada, debemos exigir el fortalecimiento de la Democracia Participativa, exigiendo a los Partidos Políticos la organización y realización de primarias y más responsabilidad en la postulación de sus candidatos a los cargos de elección popular. -Rubén Solano
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