Las primeras medidas adoptadas por Donald
Trump, han generado una respuesta inmediata de los gobiernos
"exiliadores" de la región que curiosamente, han puesto una mirada de
preocupación por las condiciones de miseria, angustia y desesperación en que
viven en los Estados Unidos y en otros países, los migrantes indocumentados o
irregulares.
Por ejemplo, en respuesta, los Presidentes de México y Colombia,
han hecho un llamado a sus compatriotas a "regresar a sus paraísos lo
antes posible, donde les esperan con los brazos abiertos y ayudas
económicas".
Un llamado poco creíble después de conocer las duras sanciones arancelarías y suspensión de visas anunciadas por Trump a Petro al conocer su "pataleta de niño mal educado". De todas maneras, una invitación sin precedentes en la historia de las
migraciones, que me "conmueve hasta las lágrimas", ya que lo normal
son las invitaciones promovidas por potenciales países anfitriones que ven la migración
como algo positivo, una contribución al crecimiento y al desarrollo de sus
países, como lo hizo Chile con los haitianos en el gobierno de Michelle Bachelet
y con los venezolanos el gobierno de Sebastián Piñera, pero que al desbordarse
la migración, pasaron a ser una carga insoportable y un problema del que ahora
nadie quiere hacerse cargo.
Habrá que esperar cuántos migrantes irregulares van a atender estos
llamados de retorno, creer de nuevo en las promesas de sus gobiernos y regresar
voluntariamente a sus países de origen o seguir vagando por el mundo en busca
de otros países más creíbles y estables; y cuáles serán las ayudas económicas
que les esperan, porque las razones por las cuales se ha dado la migración en
este continente, cada vez más masiva y sin esperanza de retorno, es la pérdida
de confianza en la clase política, la inseguridad, la extrema violencia y el
abuso del poder, que han hecho llegar regímenes dictatoriales a algunos países, que hacen que las buenas intenciones y las ayudas económicas se
esfumen o escapen por su indolencia, mediocre gestión, abuso de poder y
corrupción. Ya se ha dicho de muchas maneras: los migrantes no buscan el paraíso, solo quieren salir del infierno en que se transformaron sus países de origen.
Es importante recordar que, según las cifras, desde 2009
hasta 2024, los gobiernos de Estados Unidos han deportado más de 5.0 millones
personas, de los cuales, más de 4.0 millones son mexicanos en situación
migratoria irregular. Abajo les dejo un enlace del diario El País, que presenta
un resumen muy completo de estudios de las deportaciones de mexicanos
realizadas en los últimos 15 años por los gobiernos de Barack Obama, Donald Trump y Joe Baiden. Aquí se ve con claridad que la política de deportaciones es
tan antigua como USA y que es mejor atender la sabiduría popular cuando dice:
"Cuídenme de las aguas mansas, porque de las turbulentas me cuido
yo", toda vez que ha sido Barack Obama quien más deportaciones ha ordenado. En otro enlace pueden ver un resumen de la Oficina del
Censo de USA sobre el número de migrantes hispanos que hay y su tendencia al
mayor crecimiento en los últimos años, lo que refleja la enorme crisis de gobernabilidad en que están sumidos los países latinoamericanos. La pregunta es: ¿En dónde están y qué
hacen los migrantes de esos países deportados en los últimos años? Y la otra
pregunta que siempre me ha dado vueltas: ¿Por qué el mayor número de migrantes
de Latinoamérica pertenece a los países cuyos gobiernos o regímenes son
precisamente los más "progresistas", que llegan al poder con la promesa de terminar con la pobreza,
el abuso, la corrupción y la injusticia social?
Es urgente que los países de América con gobiernos democráticos y líderes sensatos se unan para rescatar los
países secuestrados por regímenes criminales, que llegaron al poder con la
falsa promesa de construir una sociedad más justa para todos y después de
muchos años de esa promesa, sólo han traído más pobreza, hambre y miseria a sus
habitantes que por millones han huido con lo único puesto, abandonado lo poco
que tenían. Hoy vagan por el mundo, siendo la causa principal del hacinamiento y el mayor foco de la violación de los derechos humanos en TODAS las fronteras del mundo.
No olvidemos que Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela, son países con más denuncias sistemáticas por violación de los derechos humanos y con mayor número de ciudadanos forzados a salir de sus países. Sin embargo, no
han mostrado interés, ni preocupación alguna por las medidas de Donald Trump,
es más, las puertas de esos países permanecen cerradas y rotas las relaciones
diplomáticas con el mundo exterior de países que los critican y defienden la
democracia y protegen los derechos humanos. Esto no debe extrañar a nadie,
porque son países cuyos regímenes los han transformado en refugios, balnearios
y paraísos de organizaciones criminales y terroristas. Los que no han podido
escapar sirven como esbirros, incapaces de dar un golpe o renunciar a su
limosna.
Es difícil preever el futuro de América Latina y el de los millones de migrantes apostados en las fronteras del mundo. Por eso, el problema de la migración no es sólo de las potencias mundiales, ni de los países más desarrollados. Es principalmente una responsabilidad de los gobiernos que elegimos y de la actitud pasiva e indiferente que asumimos como ciudadanos frente a sus actos de creciente corrupción y abusos de poder. -Rubén Solano
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* Radiografía de los mexicanos deportados de Estados Unidos: 4,4 millones en 15 años, de la mano dura de Obama a la xenofobia de Trump | EL PAÍS México https://search.app/hfGozKqzjUKEgEMm8
* Nuevas estimaciones resaltan las diferencias de crecimiento entre las poblaciones hispana y no hispana de los Estados Unidos. https://www.census.gov/newsroom/press-releases/2024/population-estimates-characteristics/population-estimates-characteristics-spanish.html
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