martes, 8 de febrero de 2022

¡No es mi culpa!

La rendición de Granada. Pintor español Francisco Pradilla y Ortiz

   "Lloran como niños lo que no supieron defender como hombres"
Atribuida a la Sultana Aixa

La clase política tradicional, es decir, aquella que gobernará hasta la posesión del nuevo Presidente de la República el próximo 11 de marzo, no tuvo la capacidad de continuar respondiendo a las expectativas de las mayorías que la sostuvieron en el poder por más de cincuenta años. Tampoco tuvieron la generosidad para formar una generación de políticos que le sucediera en el poder y mejorara lo alcanzado. Por ello, hoy debemos recordarles aquella vieja expresión, lloran como niños lo que no supieron defender como hombres.

Aunque, a decir verdad, ninguno simplemente llora. Ellos también nos culpan de su fracaso, por no haber seguido saliendo en masa y de manera silenciosa a votar por sus falsas promesas, porque es así como entienden la participación ciudadana, una masa de ignorantes, que sólo debemos esperar pacientemente el turno de su magnanimidad. Nunca aceptaron que el ciudadano pretenda ir más allá de las urnas permaneciendo atento, para contribuir en la gestión pública o teniendo injerencia en la fiscalización de las instituciones o de sus actuaciones.

Esta clase política, siempre ha visto las marchas y protestas como el derecho ciudadano al "pataleo" en donde los desmanes y actos de vandalismo simplemente deben condenarse, y las motivaciones ciudadanas ponerse en la fila de sus "preocupaciones" y en los temas de conversación con los medios de comunicación, sin que medie responsabilidad alguna ni solución de parte de ellos a las demandas ciudadanas.

La clase política y sus protegidos, lloran su fracaso, porque han perdido un jugoso botín y por eso, algunos están dispuestos a renunciar a sus principios y valores para "regalarse" sin vergüenza a los nuevos titulares del poder que desde siempre los han criticado y condenado.

Mientras tanto, todos los demás ciudadanos, tendremos que seguir lamentando depender de una clase política mediocre y cargada de ambiciones personales y resentimiento, porque se sabe de antemano, que quienes les han sucedido en el poder, no harán nada mejor, ya que por años, nos hemos acostumbrado a elegir los gobernantes "menos malos" de una lista que en cada oportunidad crece en cantidad, pero nunca en calidad. Un abanico de candidatos y candidatas, donde nadie destaca por probidad e idoneidad. Ninguno ha sido motivo de orgullo ciudadano, más bien algunos nos producen vergüenza ajena.

Hoy, simplemente la gente prefirió elegir a los que históricamente, han sido catalogados como los "más mediocres" del abanico con la esperanza, tal vez, de un milagro o de finalmente irnos todos  para la misma "mierda". Se cansó la ciudadanía de tanta promesa incumplida, abuso de poder, corrupción, nepotismo y arrogancia de quienes se creían los más capaces y ahora se entregó a la voluntad de los que siempre han sido considerados incapaces de gobernar.

Sin embargo, la vida sigue igual. Quienes se van, se retirarán sin un Mea Culpa, por el contrario, nos responsabilizan de haberlos sacado del poder y de las eventuales fatales consecuencias de este cambio, y quienes llegarán, aún sin gobernar un solo día, ya parecen sentirse el mejor gobierno de la historia de Chile.- Rubén Solano

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