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Palacio Pereira. Sede de la Convención Constitucional |
Los convencionalistas de derecha no
lograron sumar ni un solo independiente para la Instalación de la Mesa
Directiva, ni capacidad para salir de su trinchera y sumarse en la segunda
vuelta a una de las candidaturas con más opción. Creo que hubiera sido un
bonito gesto de unidad nacional y señal internacional, haber elegido por
unanimidad como presidenta de la Convención Constitucional a Elisa Loncón,
representante de nuestros pueblos originarios.
Los convencionalistas se mostraron
en sus bloques claramente definidos y unidos a la hora de inclinarse por un
solo nombre. Sin embargo, la derecha se mantuvo en su inútil trinchera, la que
fue innecesaria en la segunda vuelta para alcanzar la mayoría absoluta en la
presidencia y en la tercera para definir la vicepresidencia.
Realmente, fue una verdadera
demostración de fuerza lo que hizo la extrema izquierda, que juntó las mayorías
para imponer su voluntad en la instalación de la Convención y desconocer a la
derecha, cuya soledad e inutilidad quedó en evidencia, confirmando de paso, que
tampoco serán necesarios sus votos para conformar los dos tercios en una
decisión cualquiera.
Con este escenario y de no cambiar
la actitud y la estrategia, es muy probable que la derecha desaparezca en la
elaboración de la Nueva Constitución y lo que resulte será efectivamente un
nueva e impredecible carta de navegación para Chile.
Creo que a las viejas izquierda y
derecha les queda rebuscar en su baúl e identificar cuáles son las cosas
mínimas que pueden unirlas para que juntas puedan salvar algo de su dignidad y
de su legado de 30 años, porque el hecho incuestionable es que la extrema
izquierda es la "Dueña de Casa" en el Palacio Pereira. RDS
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