Los casos de corrupción y abuso de poder, junto a la creciente
mediocridad en la gestión y la fiscalización pública en Chile, no parecen
preocuparle a la clase política, ya que no disminuyen y no paran de
sorprendernos en tamaño y creatividad de los involucrados en estos casos, que
siempre encuentran la manera de escapar de las sanciones, salirse con la suya y
quedarse con lo robado.
¡Qué sensación de rabia, decepción y desesperación, se siente y
escucha en todos los círculos de conversación! ¿Cómo ha sido posible caer tan
bajo y rápido en un país, que con la experiencia que tiene, propia y del
vecindario, no haya mantenido el nivel de superación alcanzado en los primeros
años desde el retorno a la democracia? ¿No hubiera sido más fácil seguir
avanzando y trabajar en la superación de las debilidades y desigualdades, antes
que retroceder, entregando el poder y las Instituciones a personas inescrupulosas,
que extienden los problemas a toda la sociedad?
Da pena ver como el Estado se ha desnaturalizado al ser
secuestrado o capturado por mentes criminales e inescrupulosas, que con frases
y discursos parsimoniosos justifican acciones y decisiones, que a todas luces
son irresponsables e inadmisibles. Personas que no muestran ni un ápice de
vergüenza en sus entrevistas, ni declaraciones frente a los medios de
comunicación. Están seguros, que escaparán a sus abusos en medio de una
sociedad ignorante, indiferente y amnésica, como la que creen que somos. Su
desvergüenza encuentra acomodo en típicas frases de cajón cuando son
descubiertos: "Me sacaron de contexto", "Es persecución
política", "Es espionaje político", “Voy a demostrar mi
inocencia en los Tribunales."
Lo peor de todo, es que cada nuevo sinvergüenza encuentra
justificación, recordando los robos y crímenes que han cometido los opositores,
olvidando que la "superioridad moral" y el combate a la corrupción y
al abuso de poder fueron las banderas que los llevaron a ocupar los cargos de
autoridad y privilegio que hoy ostentan. ¿Cómo hacer para que entiendan, que el
voto ciudadano que recibieron de la mayoría fue para combatir y erradicar los
sinvergüenzas, no para multiplicarlos? Su estrategia, por el contrario, parece
ser: robarle lo más que se pueda al Estado y debilitar al máximo a sus
opositores.
La verdad, es que ninguno tiene excusa. Más de un millón de
personas que despilfarran y usufructúan del Estado o lo que es lo mismo, que se
roban el dinero de todos los ciudadanos a vista y paciencia de todos sus pares.
¡Sí señores! Porque el mal comportamiento de unos les impide ejercer a todos
con honestidad sus funciones de servidores públicos. Son cómplices pasivos. Por
eso, perdieron hasta la autoridad moral para ejercer la función pública. Nadie
cree que haya personas honestas y si los hay, han sido opacados o acallados,
por los malos funcionarios que abundan en todas las reparticiones del
Estado.
La verdad, es que creo que son muy pocos los buenos funcionarios,
porque ningún gobierno, nacional, regional, ni local, se ha preocupado de sacar
las "manzanas podridas" de las Instituciones, cuando las herramientas
que tienen son suficientes para lograrlo:1.- Denunciar los robos y abusos. 2.-
Rechazar la permanencia en cargos públicos de personas investigadas por casos
de corrupción y abusos de poder. 3.- Impedir cualquier nuevo vínculo con el
Estado, de personas condenadas por estos delitos. 4.- Declarar imprescriptibles
los delitos de corrupción y abuso de poder y 5.- No cerrar ningún caso hasta
recuperar de los imputados y/o de los miembros involucrados hasta el último
centavo robado.
La pregunta a continuación es:
¿Cuáles son los candidatos a la Presidencia de Chile y a los próximos cargos de
elección popular, con convicción y carácter, que se van a comprometer a
erradicar de las Instituciones del Estado los funcionarios
mediocres, corruptos y abusadores de poder? -Rubén Solano
jueves, 22 de mayo de 2025
¿¡QUIÉN LE PONDRÁ EL CASCABEL AL GATO!?
¿Cuánto dinero se han robado de las arcas del Estado?
¿Cuántas demandas sociales se han dejado de atender? ¿Por qué nunca se
recuperan los dineros robados? ¡Sin techo, ni piso! Parece ser un nombre
apropiado para esta serie chilena, que no parece tener un final ni última temporada.
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