Si esa clase de educación fuera suficiente, no veríamos a profesionales de todas las disciplinas huyendo de sus países de origen, abandonando todo lo que han construido, para escapar del caos económico y de regímenes corruptos, abusivos y criminales.
La calidad de un gobierno se refleja en la calidad de vida de sus ciudadanos. La pregunta es simple: ¿los extranjeros que viven en un país están allí por elección o por necesidad? ¿Están huyendo del caos y la violencia de sus países de origen o están buscando oportunidades en un entorno seguro y próspero?
La respuesta es clara: las personas huyen del infierno, no del paraíso. Por lo tanto, es fundamental que nos preocupemos por elegir líderes competentes, idóneos y probos para gobernar nuestros países.
La educación no solo debe desarrollar habilidades y conocimientos, sino también, formar ciudadanos críticos y responsables que puedan tomar decisiones informadas y contribuir al bien común.
Debemos ser conscientes de la importancia de elegir a las personas adecuadas para gobernar nuestros países y trabajar juntos para construir sociedades más justas, equitativas y prósperas para todos.
El mundo y América Latina en particular se encuentran en un momento de gran inestabilidad e incertidumbre. Esto se debe en gran medida a que muchos países están siendo gobernados por líderes que carecen de las competencias para gobernar, sin autoridad moral para promover entre los habitantes la honestidad y el respeto al Estado de Derecho.
Los discursos sobre la libertad, la democracia, la justicia y la defensa de los derechos humanos se han convertido en una mera farsa. La pérdida de la vergüenza y la falta de responsabilidad han llevado a una crisis de confianza en las Instituciones y en los líderes, de la que será difícil salir.
Sin embargo, hay una solución. Los ciudadanos debemos entender y retomar el significado de la soberanía popular y el derecho a ejercer con inteligencia los instrumentos de la participación ciudadana. Debemos demandar transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad de nuestros líderes. Solo así podremos recuperar la confianza en nuestras Instituciones y construir un futuro más justo y equitativo para todos. La hora de actuar es ahora. En este sentido, la educación que se debe tener en mente y que a ningún ciudadano debe faltar, es aquella que:
* Fomenta la ciudadanía activa y participativa. Inclusiva e informada.
* Desarrolla la capacidad crítica y reflexiva para analizar problemas y tomar decisiones informadas.
* Promueve la comprensión y el respeto por la diversidad y la pluralidad.
* Inculca valores como la justicia, la igualdad y la solidaridad.
* Prepara a los individuos para que asuman responsabilidades y liderazgos en la sociedad.
* Promueve el conocimiento de los objetivos de las Instituciones del Estado y las funciones de las autoridades.
En resumen, "Gobernar es Educar" se refiere a la educación que forma individuos capaces de gobernarse a sí mismos y de contribuir al bien común de la sociedad a través de las organizaciones de la sociedad civil. Es una educación que busca empoderar a los ciudadanos para que puedan participar activamente en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Se trata de la educación o la Formación Cívica que necesitamos para construir sociedades más justas y equitativas, la cual no llegará por decreto de ningún gobierno, ni con la calidad, suficiencia y oportunidad con que la requieren los ciudadanos. Esta Formación Ciudadana no llegará por iniciativa de quienes han llegado al poder aprovechándose de la ignorancia y la indiferencia de los ciudadanos, que no se involucran lo suficiente en la gestión ni en la fiscalización pública.
Resulta alarmante que algunos gobernantes de América Latina hayan reconocido abiertamente la necesidad de mantener a la población en la pobreza y la ignorancia cívica. Esto tiene que ser un llamado a la acción para todos nosotros. Debemos unirnos y demandar una Formación Ciudadana que nos permita participar activamente en la construcción de nuestros países y garantizar un futuro más estable, próspero y justo para todos.
Es hora de recordar y hacer realidad el sabio dicho popular: "Sólo el pueblo salva al pueblo", ya que, como ciudadanos, debemos tomar la iniciativa y exigir esta Formación Ciudadana, la que lograremos a través de las organizaciones de la sociedad civil y los centros de formación superior. Sin permitir, que los intereses de unos pocos prevalezcan sobre el bien común.
Es una realidad que los países tienen los gobiernos que los ciudadanos se merecen, porque somos los responsables de elegirlos, aunque muchas veces no participamos en la selección de los candidatos. Por eso, es fundamental que asumamos la responsabilidad de exigir a los partidos políticos que postulen a los mejores candidatos y que se hagan responsables por su eventual mal desempeño.
Reiteramos que la calidad de un gobierno depende de la calidad de sus líderes y esto es responsabilidad de quienes los postulan y de quienes votan por ellos. Por lo tanto, debemos ser conscientes de la importancia de elegir a las personas adecuadas para gobernar nuestros países. Esto implica informarse sobre los candidatos, evaluar sus propuestas y trayectorias, hacer seguimiento de su gestión y exigirles transparencia y rendición de cuentas permanentemente. -Rubén Solano
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