Después de conocer los derechos fundamentales aprobados por la Comisión Experta, considero que la nueva propuesta de Constitución para Chile, debe ser un documento que incorpore y destaque los mínimos comunes en que las más amplias mayorías del país están de acuerdo. Es por ello, que el éxito del proceso dependerá de la sabiduría del Consejo Constitucional y del resultado del Plebiscito de Salida que se realizará en el mes de diciembre, el cual deberá superar el 70% de aprobación ciudadana para que goce de la legitimidad de quienes critican la Constitución vigente.
Quienes gobiernen en el futuro, deben poder conducir los destinos del país, intentando hacer realidad sus programas de campaña y pudiendo para ello, legislar de conformidad con las directrices de la Constitución y la voluntad de las mayorías que los eligieron. Por supuesto que no deberán excluir a nadie, porque en democracia, el poder lo tienen las mayorías y se sostienen en él, gobernando para todos. Lo público y lo privado debe coexistir para hacer realidad lo que es mejor para el país.
No se debe olvidar, que la actual Constitución ha tenido esa virtud, no obstante la crítica que se hace a su origen. Es la razón por la cual se pudieron introducir más de 280 reformas y han podido gobernar con ella partidos políticos de todas las tendencias, incluyendo el actual, que siendo de extrema izquierda, ha podido llevar adelante dos procesos constitucionales.
De todas maneras, considero que existe un gran vacío en la actual Constitución y desearía que la Nueva Propuesta pueda llenarlo, incorporando normas concretas para combatir la corrupción, el abuso del poder y la ineptitud en la gestión pública de quienes ocupan cualquier cargo en el Estado y sus instituciones, porque estos problemas, son los principales causantes de la ineficiencia del Estado, la injusticia, la desigualdad y la rabia social.
La Nueva Constitución debe declarar imprescriptibles los delitos de corrupción y abuso del poder, y prohibir ocupar cargos públicos a quienes sean declarados culpables de haberlos cometido.
La corrupción y el abuso del poder, por ser transversales a la clase política y haber permeado la casi totalidad de las instituciones del Estado, no son fáciles de combatir desde adentro, desde el gobierno, ni desde el congreso, por la dificultad para conseguir la voluntad política y lograr las mayorías necesarias para legislar adecuadamente sobre ellas. Por ésta y otras razones, debe ser un tema de ineludible tratamiento y definición dentro del Consejo Constitucional.
La Nueva Constitución también, debe declarar obligatorio el ejercicio del derecho al voto, junto con la formación ciudadana, para que la sociedad civil, con el apoyo de los centros de formación superior y las organizaciones sociales, promuevan la generación de una cultura de Participación Ciudadana más Inteligente, más Inclusiva y más y mejor Informada, capaz de contribuir en el mejoramiento de la gestión y la fiscalización pública.
Finalmente, es deber de todos los ciudadanos combatir la manipulación y el populismo, para escapar de posibles tiranías y liderazgos nefastos, que han conducido a los países a la autodestrucción y a la inmolación de la gente. Debemos zafar de falsos líderes, inescrupulosos, ineficientes y cobardes, que sólo aceptan a los adversarios si están en el exilio, en la cárcel o en el cementerio, mientras ellos se reparten la riqueza de la nación y culpan a "otros" de sus crímenes y constantes fracasos.
Los principios de la libertad y la democracia deben protegerse y estar por encima de ambiciones personales, para garantizar la paz y la convivencia ciudadana, porque toda revolución lleva implícita una contrarevolución. -Rubén Solano
RESILIENCIA: "Más que el brillo de la victoria nos conmueve la entereza ante la adversidad." Octavio Paz
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