Padecen las Consecuencias de la Violencia?
La historia de la extrema izquierda y la extrema
derecha en el poder en América Latina y el mundo es similar en odio,
persecución, represión y venganza. Sus regímenes sólo son grandes en armamento
y fuerzas de defensa, en donde sus líderes son protegidos por una temida
guardia pretoriana. Estos regímenes, que generalmente son criminales,
privilegian y priorizan su seguridad antes que la superación del hambre y la
miseria de sus pueblos.
Claro
que esto a nadie debe extrañar: son regímenes criminales con muchos enemigos.
Lo que nos debe extrañar es el comportamiento de los candidatos aspirantes a déspotas,
antes de llegar o tomarse el poder, porque es aquí en donde la extrema
izquierda gana el "oro" Olímpico y se diferencia de cualquier otro
régimen, porque son mentirosos e incoherentes mientras están en campaña. Todos
se revisten de una falsa autoridad moral para rechazar y condenar toda
presencia y acción militar por considerarla atentatoria y violadora de los
derechos humanos. No les importar el aumento de la delincuencia, la que ven
como producto de las injusticias del sistema, ¡qué son ellos mismos!, ni las
consecuencias de los hechos graves de violencia callejera cometidos por
delincuentes infiltrados en marchas y protestas, a las que legitiman, sin
vergüenza alguna...
El reciente comportamiento del Diputado y Candidato
a la Presidencia, Gabriel Boric en el Penal Santiago Uno, confirma una vez más
lo dicho, no por pretender visitar un prisionero en una cárcel, lo cual siempre
debe considerarse un bonito gesto de humanidad al margen de los crímenes que
haya cometido el reo, sino por su gesto en favor de perdonar y premiar a las
personas que destruyeron, vandalizaron, saquearon, incendiaron y arruinaron la
vida y el ahorro de miles de personas y familias chilenas.
Gabriel Boric también abusó de su pequeño poder,
dio mal ejemplo a sus seguidores y enloda sus aspiraciones políticas, al haber
encarado en otro episodio anterior a las Fuerzas Especiales cuando se
encontraban cumpliendo su deber en una manifestación que, por culpa de
delincuentes infiltrados y algunos manifestantes, se salió de control. El
uso de la violencia como medio para alcanzar objetivos no se debe aceptar, por
muy legítimas que sean las demandas. Recordemos que aún en las familias
más humildes, no se aprueban las pataletas ni rabieta de los hijos. Esta
es una actitud que toda persona sensata debe reprobar y mucho más quienes
aceptamos vivir en un Estado de Derecho. No creo que se requiera ser un
Mandela para condenar el camino de la violencia, por ello, desde mi
humilde morada escribo esta nota, que implora una vez más a quienes me lean, me
sigan y me escuchen, el fin de la violencia y el respeto de las reglas de
convivencia y al Estado, demando el cumplimiento de sus deberes. Para eso los
elegimos y pagamos los impuestos.
Entonces, dicho lo anterior, le pregunto al
Diputado Gabriel Boric y a todos los políticos que piensan como él: ¿Por qué
tanta empatía y magnanimidad con quienes de manera constante ponen en peligro
la vida y el patrimonio de quienes creemos en la democracia, el Estado y sus
instituciones?
¿Por qué condenar e impedir la acción de
Carabineros de Chile o de las FFAA, por las malas acciones que pueden cometer
algunos de sus miembros? Sería como pretender bloquear la acción del Congreso,
la Justicia o el Gobierno, por la mediocridad, el abuso y la corrupción que
acumulan algunos honorables.
¿Por qué condenar a la miseria y al dolor a la
señora Juanita, a la sociedad chilena, que lucha y ha logrado superar la
pobreza alcanzando muchos de ellos un buen nivel de autonomía económica a pesar
de la mediocridad, el abuso, la corrupción y el enriquecimiento fácil de
algunos?
Piense: Usted y la gran mayoría de personas de su
generación y posteriores, son los únicos y verdaderos privilegiados de toda
América Latina, porque no conocen el hambre, la miseria, la violencia, el
secuestro, el terrorismo, la violación de los derechos humanos, el exilio, la
inestabilidad de gobiernos autoritarios o secuestrados por grupos armados,
guerrilleros, paramilitares y/o narcotraficantes, que por décadas han tenido
que padecer y soportar los jóvenes de los demás países de la región, que
además, se amontonan en las fronteras de nuestro país.
Por favor, señores de extrema derecha y de extrema
izquierda, aprendices y aspirantes a dictadores, no nos hagan más difícil la
vida manipulando la ciudadanía y aprovechándose de nuestra ignorancia.
Disfruten el dinero que mes a mes les pagamos y que es superior en más de
cincuenta veces a lo que nosotros ganamos con sudor y sacrificio. Mejor, cuando
tengan un poco de tiempo y recuerden quién les paga sus privilegios, solucionen
uno de nuestros problemas y no aumenten los que ya tememos. ¡Dios y la Patria
no se lo agradecerán porque no hablan ni sufren, pero nosotros los chilenos,
sí! RDS
No hay comentarios:
Publicar un comentario