"...que nadie se equivoque o se pase de ingenuo: jamás creer que los ciudadanos necesitan de una Constitución para ejercer el derecho de la soberanía popular, la cual están convencidos que están ejerciendo en las calles y que se ganó desde la Revolución Francesa. Lo que se está proponiendo con una Democracia Participativa, es una ALTERNATIVA
CIVILIZADA PARA EJERCER LA SOBERANÍA POPULAR, porque la alternativa de la Democracia Representativa, que está vigente, se agotó y ha demostrado que, si los
ciudadanos no salen a las calles y se inmolan, nadie los escuchará y menos,
pensará en solucionarle los problemas."
Yo elijo APRUEBO el proceso constituyente por muchas razones, pero
principalmente porque:
1.- Chile necesita pasar de
una Democracia Representativa a una Democracia Participativa. La actual clase
política ha perdido la credibilidad y la confianza de la ciudadanía, lo cual se
refleja en todas las encuestas de opinión realizadas en el país. El
empoderamiento ciudadano es consecuencia de este desprestigio de la clase
política y del abandono de ésta a la solución oportuna de las demandas
sociales. Quienes nos gobiernan no tienen autoridad moral y por ello, han
dejado perder hasta lo más sagrado de la democracia: el respeto de los
ciudadanos al Estado de Derecho.
2.- Debemos proteger la Democracia, porque es lo que está en peligro, y por tal
motivo, se requieren mecanismos institucionales que permita a los chilenos
ejercer una Participación Ciudadana más Informada, más Inteligente y más
Inclusiva, que contribuya al mejoramiento de la gestión pública y al control de
las actividades de sus representantes y gobernantes. El gobierno nacional, al
igual que los gobiernos regionales y municipales, avanzan al ritmo de la clase
política que está en el poder, la cual sólo ha respondido a intereses particulares
o de partido, que discriminan o dejan de lado las demandas ciudadanas,
ahondando en la desigualdad, la injusticia y la desintegración social.
3.- La clase política
chilena, ha demostrado no tener voluntad ni interés en abrirle espacio a los
ciudadanos para que, por ejemplo, participen en las iniciativas legislativas,
los plebiscitos vinculantes, los referendos revocatorios, el voto programático,
el silencio administrativo positivo y las veedurías ciudadanas. Los consideran
innecesarios, costosos y no pocos, una amenaza para su permanencia en el poder.
Sin embargo, para quienes los
ven como una amenaza a su autonomía y fueros, deben saber que la Democracia
Participativa no sustituye la labor de los Representantes, porque es una
alternativa de los ciudadanos para actuar en ausencia, defecto o
indiferencia de ellos. Si los Representantes lo hacen bien, muchos
mecanismos de Participación Ciudadana no tendrán que activarse, como sucede en
los países en donde existen.
La Democracia Participativa,
efectivamente, será una carga económica para el presupuesto de la nación. Pero,
les invito a cuantificar el monto de los daños materiales y pérdidas económicas
que ocurren después de cada marcha o protesta social, sin contar el valor y el
dolor de la ciudadanía por el sacrificio y la perdida de vidas humanas... ¿Cómo medir el daño que se ha hecho a la paz y a la buena convivencia
social?
La Democracia Participativa
sí es una alternativa a las protestas, a las marchas y a las manifestaciones
públicas, que ocurren por el cansancio y el hastío ciudadano a la demora y/o
indiferencia de los gobernantes en la solución oportuna de los problemas
sociales o cuando han resultado una burla o un atropello a la dignidad humana.
Pero, que nadie se equivoque o se pase de ingenuo: jamás creer que los ciudadanos necesitan de una Constitución para ejercer el derecho de la soberanía popular, la cual están convencidos que están ejerciendo en las calles y que se ganó desde la Revolución Francesa. Lo que se está proponiendo con una Democracia Participativa, es una ALTERNATIVA CIVILIZADA PARA EJERCER LA SOBERANÍA POPULAR, porque la alternativa de la Democracia Representativa, que está vigente, se agotó y ha demostrado que, si los ciudadanos no salen a las calles y no se inmolan, nadie los escuchará y menos, pensará en solucionarle los problemas Por ello, debemos estar atentos e
involucrarnos en la gestión y el control público, para que la sociedad pueda
vivir en paz y solucionar los problemas de manera oportuna. No debemos permitir
que quienes nos gobiernan sigan cayendo en la corrupción, el abuso del poder y
el enriquecimiento ilícito, los únicos y más grandes enemigos del desarrollo,
el crecimiento y la justicia social.
Las Organizaciones Sociales y
Comunitarias tienen un enorme desafío, porque deben ampliar su base social y
abrir sus puertas a las comunidades sin discriminación alguna, mejorando la
gestión, contribuyendo al crecimiento y al desarrollo social de sus comunidades
y promoviendo una Participación Ciudadana más Informada, más Inteligente y más
Inclusiva, que garantice una existencia duradera y exitosa de la Democracia
Participativa. RDS
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