Querido Edgar, nos ruboriza y llena de emoción tu mensaje. No estaba en nuestra imaginación lo que despertaría la celebración del Cumpleaños de José Antonio. Ahora vemos como esta hermosa experiencia nos deja alegrías, lecciones y profundas reflexiones, ya que no son pocas las personas y los acontecimientos que dejamos pasar inadvertidos a nuestro alrededor en este corto camino de la vida... Alguien que un Caminante como tú y Marlene no dejarían pasar, porque aprecian y entienden muy bien esa riqueza. En tu "Crónica de una Caminata por el Cañón del Chicamocha", recoges esa experiencia maravillosa del encuentro consigo mismo y con personas que, no por vivir en el silencio de otros, dejan de aprender y cultivar la sabiduría que les entrega la naturaleza, para luego desbordarla con generosidad y llenar el corazón de quienes estamos prestos a escucharlos.
¡Qué sencillo y fácil es hacer feliz una persona! Es increíble que para muchos sea suficiente un saludo sincero. Igual de maravilloso es sentir como se ensancha nuestro corazón y se alegra nuestra vida, cuando nos sabemos también, artífices de ese milagro de la felicidad.
José Antonio es una persona autista. Solo escucha a sus padres y obedece en silencio cada orden que le dan. El entra y sale de la sala de música sin saludar ni mirar a nadie. Jamás le he visto una expresión de molestia, rabia, tristeza o alegría. El sólo irradia paz y aunque parece que no tiene iniciativa propia, es una "caja de sorpresas". Viste de manera ordenada y cuidadosa. Me recuerda a mi madre, que me vestía y peinaba antes de salir para la escuela. Él es como un niño grande, callado y juicioso. El celular es su compañía, mueve los labios y las manos, como si conversará con él. Tiene algunas rutinas que me parecen graciosas... Cuando sabe que estoy presente, no sé cómo lo hace, nunca nos hemos cruzado con la mirada, aunque tiene unos "ojos enormes", con los cuales parece que quiere comerse el mundo, se me acerca por un lado y me dice algo sobre Colombia: El Tren de la Sabana, Caracol, RCN, Inravisión, Cartagena, Bogotá, Medellín, ... ¡Es impresionante!
Por eso, cuando un día se me acercó y me habló de la bandeja paisa, de manera espontánea le dije: Te voy a invitar a mi casa para que comas arepas antioqueñas. ¿Qué te parece? ¡Se iluminó su cara! Después los padres me decían que sólo se hablaba en la casa de la invitación. No fue difícil definir el día que cumpliría mi promesa, cuando conversando en una reunión, supimos que José Antonio cumplía años el 25 de febrero y así no más, decidimos con mí Rosita ofrecernos para celebrarle el cumpleaños en nuestra casa, en donde encontraría como sorpresa, las arepas antioqueñas con chocolate, que es su bebida preferida. Y con la información de los padres, todo se hizo con chocolate, desde helados de chocolate para los invitados al ingreso, hasta torta de chocolate para el Happy Birthday. La decoración de la casa era obvia, tenía que ser como un rincón de mi Colombia querida. Además, en diciembre le habíamos entregado de regalo de "Niño Dios", unas artesanías, un mapa y un libro con imágenes de Colombia en donde le había escrito: "Con cariño para el Embajador más Especial de Colombia."
Los integrantes de Cantares de la Villa, estaban listos para asistir a la invitación. Nunca supimos, si por la celebración del Cumpleaños de José Antonio o por la degustación de las arepas antioqueñas. ¡Jajaja!
Quedaba solo un detalle: ¿Quiénes iban a saludar a José Antonio en su Cumpleaños, además de las personas que siempre estamos con él? ¿Dónde estaban sus amigos? Vaya soledad, para alguien tan especial y brillante, me preguntaba. Por eso, se nos ocurrió la idea de invitar a mi familia y a mis amigos de Colombia... ¿y por qué no, al mismo Embajador de Colombia en Chile? ¿Cuántos países del mundo tienen el orgullo de conocer una persona extranjera, que de manera espontánea ha despertado el interés por su país, como José Antonio por Colombia?... Las invitaciones estaban hechas y enviadas. Tal vez se vería como una locura, pero nunca pensamos en ello.
Lo que siguió a continuación todos lo saben: la Celebración fue mágica para José Antonio y para nosotros, que fuimos testigos de la "existencia" de una persona que se emocionó hasta las lágrimas viendo y escuchando los saludos que le enviaron, que disfrutó los regalos, la decoración y las arepas antioqueñas con chocolate caliente. Al día siguiente asistió a la invitación del Consulado de Colombia en Chile que lo recibió con gran respeto y admiración. Lo pasearon por todas las instalaciones, le explicaron lo que allí hacen, le mostraron la cédula y el pasaporte de Colombia. Conversó con la Cónsul sobre el Tren de la Sabana, las Minas de Sal de Zipaquirá, el paso de la TV analógica a digital, … ¡Fue deslumbrante! Era como una enciclopedia abierta, enseñando a todos un país que él conoce muy bien.
José Antonio es, con orgullo, nuestro Embajador Especial de Colombia en Chile y nosotros nos sentimos más felices de estar a su lado y haberlo presentado. -Rosita❤️ Rubén
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