"No ha sido fácil para muchas Organizaciones Sociales y Comunitarias ver condicionado el apoyo a su labor a la simpatía que exigen algunos políticos y gobernantes locales y regionales inescrupulosos, que incluso las han utilizado en sus campañas políticas, como se puede mal interpretar hoy, con la medida del CNTV."
Después de
conocer el fallo del TRICEL sobre las impugnaciones realizadas por las Organizaciones
Sociales y Comunitarias al reglamento expedido por el CNTV, sobre la
participación que tendrán en la franja de televisión asignada para la “Campaña
del Plebiscito del 26 de Abril”, se confirma, una vez más, la paternidad y hegemonía
que tienen los partidos políticos en la estructura general del Estado de Chile,
frente al débil papel que tiene la Participación Ciudadana. El fallo desconoce
la autonomía e independencia de las Organizaciones Sociales y Comunitarias,
toda vez que condiciona la participación de éstas en la franja a su vinculación
con los partidos políticos, en donde estos, a su vez, sólo aceptan la presencia
de aquellas organizaciones que declaren tener afinidad de principios.
Adicionalmente,
el tiempo asignado a las Organizaciones Sociales y Comunitarias demuestra su rol
secundario en la sociedad y desconoce que ha sido la sociedad civil la que ha logrado
convencer al país de exigir a las instituciones del Estado ocuparse de realizar
un cambio estructural que dé cuenta de una real solución a las demandas sociales
y termine con la corrupción, el abuso del poder y el enriquecimiento ilícito de
algunos con los dineros públicos, causantes de muchas de las injusticias sociales
y de la pérdida de credibilidad en la actual clase dirigente y empresarial de
nuestro país.
La posición en que han quedado las Organizaciones Sociales y
Comunitarias con la medida del CNTV es, a todas luces un retroceso en materia
de Participación Ciudadana y un atentado a su autonomía e independencia. La medida,
además, es inconsulta y forzada y no corresponde por ser altamente
inconveniente, injusta e inequitativa.
Es inconveniente, porque al margen que los fundadores y
dirigentes de las Organizaciones Sociales y Comunitarias puedan tener simpatía
o militancia por un partido político, el trabajo que realizan se hace de
manera transversal en las comunidades; razón por la cual, la base social de voluntarios
y beneficiarios de aquellas, se construye separadamente de toda concepción
política de carácter ideológico y/o partidista. Es injusta, porque desconoce la
labor que por años realizan las más de 280 mil Organizaciones Sociales y Comunitarias,
principalmente en las comunidades en donde por diversas razones no llega la
acción del Estado y es inequitativa, porque los segundos asignados en la franja no
se condicen con el mayor número de Organizaciones Sociales y Comunitarias que hay en el país, frente
al menor número de partidos políticos, ni da espacio suficiente para hacer un
llamado a la ciudadanía, con más criterio y autoridad, a participar en el
proceso constituyente, que finalmente es lo que importa.
El CNTV desconoce el gran daño que puede hacer a las Organizaciones
Sociales y Comunitarias que por años han luchado por realizar un trabajo en
las comunidades, con autonomía e independencia, al margen de cualquier
consideración de carácter político partidista. No ha sido fácil para muchas de
ellas ver condicionado el apoyo a su labor a la simpatía que exigen algunos políticos
y gobernantes locales y regionales inescrupulosos, que incluso las han utilizado
en sus campañas políticas, como se puede mal interpretar hoy, con la medida del CNTV. RDS
“Por una Participación Ciudadana más Informada,
más Inteligente y más Inclusiva, con Organizaciones Sociales y Comunitarias más
Autónomas e Independientes, es importante la Aprobación del Plebiscito el
26 de abril”